El gobierno del presidente de los Estados Unidos Donald Trump anunció el cierre del Departamento de Educación Federal. Esta acción es una condenable, pero no debemos olvidar que este mismo Departamento de Educación impuso las políticas privatizadoras, neoliberales y conservadoras que buscan destruir las aulas de nuestro país. El efecto podría ser devastador si el desmantelamiento del Departamento incluye una reducción en los fondos para las zonas donde estudian las minorías raciales y étnicas.
La administración ha cerrado programas académicos o los ha puesto en moratoria, ha dejado caer la planta física y los predios agrícolas en un marcado y acelerado deterioro, que junto a la más que alarmante baja en la matrícula, siguen anunciando el fin de la UPRU. Llama la atención, hasta ahora, el silencio de parte del profesorado, los sindicatos y el estudiantado del recinto.
Una serie de videos presentando las condiciones de deterioro de las escuelas públicas fueron realizados por estudiantes de escuela superior. Usando las redes sociales como mecanismo de protesta han forzado la discusión pública en torno al estado de las escuelas y la pésima distribución de los recursos en el Departamento de Educación.
En el día de ayer, viernes 26 de enero, un centenar de maestras militantes protestó las ilegalidades del DE en el proceso de revisión de salario del magisterio. Denunciaron las presidentas de las uniones magisteriales FMPR, Educamos y Únete que continúan las violaciones de ley en la implementación de la Carrera Magisterial.