Sobre los escritos de Juan Urrutia: Socialistas rechazamos estilos difamatorios de debate

| Publicado el 20 abril 2010

Comité de San Juan MST

Alrededor del proceso electoral al interior de la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) se ha desarrollado un intenso debate entre los sectores en pugna en el sindicato que ha trascendido y envuelto a la izquierda socialista. La discusión, salpicada por profundos resentimientos, ha incluido pronunciamientos tergiversados, difamatorios, falsos y oportunistas que han enturbiado cualquier posibilidad de entendimiento.

Una introducción necesaria

El propósito de este escrito es fijar nuestra posición ante las constantes expresiones difamatorias que, con el seudónimo de Juan Urrutia, se han difundido periódicamente en los últimos meses. No obstante, antes de entrar de lleno a lo que nos ocupa, queremos enmarcar nuestros señalamientos sobre este personaje dentro de ese clima de discusión que se ha desarrollado antes y después de las elecciones del 12 de mayo de 2009.

La dirección de la FMPR y de CODEMI, y en especial aquellos que están identificados como miembros de nuestra organización, ha estado sometida a una brutal campaña de descrédito, mentiras y difamación por parte del grupo EDUCAMOS que postuló a la compañera Eva Ayala a la presidencia del sindicato. Se han unido a esa campaña de falsedades la portavoz de los empleados despedidos de la FMPR y del Frente Socialista (FS) y miembros del Movimiento al Socialismo (MAS), al que pertenecen algunos de los líderes de la plancha opositora.

Sistemáticamente han acusado a los compañeros y compañeras en la FMPR de fraude en las elecciones sin aportar un ápice de prueba y justo cuando las indicaciones que existen es que, si hubo vaciado de listas y robo de votos, ocurrió en aquellos colegios donde CODEMI no tenia representantes y EDUCAMOS corrió solo el proceso.

En múltiples escritos han tratado de demonizar a Rafael Feliciano, Luis Ángel Torres y al MST.

La campaña de odio ha llegado incluso a la agresión verbal y física de compañeros y compañeras por parte de la gente de EDUCAMOS. Recordemos que el Presidente de la FMPR Rafael Feliciano fue agredido cobardemente por un miembro de EDUCAMOS y el MAS cuando asistía a una reunión magisterial en Caguas.

Destacamos estos elementos con mucha brevedad porque no queremos que se de la impresión en momento alguno de que estamos obviando la manera baja con que algunos han tratado de destruir a una gente que con su sacrificio personal han estado al frente de la FMPR en los últimos siete años. Porque, sin que ello suene a una justificación, la gente debe estar conciente de que a veces cuando se siembran vientos, se cosechan tempestades.

Los ataques de Juan Urrutia

Juan Urrutia parece ser un personaje creado por una o varias personas con el propósito de difundir situaciones y asuntos sin que los que leemos sus escritos podamos identificar al autor o autores. El personaje ha puesto un énfasis casi enfermizo en atacar y desprestigiar a la compañera Milagros Rivera, ex empleada de la FMPR. Para hacerlo se ha valido del uso de motes e información sobre alegadas situaciones de esta como empleada. Ha usado un tono irrespetuoso y chabacano en todos sus escritos.

El cinismo, usado con mesura, es un recurso legítimo en una discusión. Es una manera de resaltar contradicciones y de imprimirle vida al debate. Ahora, cuando se abusa del estilo y se usa para tratar de asesinar personalidades se convierte en algo repudiable. Este es el caso de los escritos de Juan Urrutia.

Rechazamos enérgicamente los estilos difamatorios en la discusión

Al igual que denunciamos como bajas e intentos de demonizar a algunos de nuestros compañeros y a nuestra organización las expresiones de portavoces de EDUCAMOS, el MAS y el FS, tenemos que repudiar con firmeza los escritos de este personaje. Hay muchas razones para condenar el uso de la difamación en el debate:

1. El uso de este estilo reprobable le permite a aquellos con los que se pretende discutir evadir los puntos medulares en conflicto. No contribuye a que se deslinden los campos a base de posiciones y hace que la discusión se vaya en imputaciones sobre quien ha difamado mas o quien lo hizo primero.

2. Le impide a quienes desearían afrontar unas discusiones con seriedad el poder hacerlo por temor a que se les vincule como una de las focas justificadoras del personaje. Escribir sobre la manera como la FPT abandono a los empleados y empleadas despedidos de la FMPR cuando vio que tenia las de perder hubiera sido convertirse en un eco del tal Urrutia por mas esfuerzos que se hicieran por mantener la seriedad.

3. Este tipo de escritos entretiene a los que los producen y satisface la sed de venganza de los que sangran por sus heridas personales pero el efecto sobre la mayoría de los que lo leen es de repulsa y hastío. Es un estilo que tiende a alejar y desmovilizar a la gente.

Pero mas importante que todo esto es que la difamación, el asesinato de personalidades a lo Juan Urrutia y esa guachafita bajuna NO ES DE SOCIALISTAS.

Difamar no es de socialistas

Los socialistas buscamos prefigurar con nuestros actos la sociedad en que creemos. Nos inspiran idearios de libertad de expresión, honestidad y respeto hacia los que, con nuestras contradicciones y diferencias, conformamos el pueblo. Esperamos que cuando la gente mire hacia nosotros observe ejemplos de las cosas que defendemos en la teoría.

Mal podemos representar el socialismo si no somos capaces de vivir de acuerdo a las cosas que predicamos.

Difamar, tomar a una compañera o compañero para destruirlo a través de diez o doce artículos, llenarlo de motes y ridiculizarlo hasta el cansancio, no es propio de socialistas. Justificarlo con argumentos de que “ellos también han difamado” (cosa que es una verdad como un templo), es reconocer que nuestros principios mas preciados ceden a la voluntad de nuestros detractores.

La difamación y el desprestigio sistemático de un militante socialista u organización del pueblo es un método fascista que no respaldaremos.

El Comité de San Juan del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST) se reitera en su rechazo enérgico a las expresiones difamatorias de Juan Urrutia y establece que no representan posiciones de nuestra organización. Defenderemos a nuestra gente y al MST de las campañas de descrédito de aquellos y aquellas que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pero lo haremos sin recurrir a métodos que cuestionarían nuestro compromiso socialista.