“…nada es lo que parece ser, ni lo que se supone
que sea, ni lo que se supone que pareciera ser.”
Carlos Pabón Ortega
Nación Postmortem
Carlos Pabón Ortega, profesor de historia de la UPR Recinto de Río Piedras, publicó el viernes 9 de octubre el artículo “Lo que está en juego: elecciones 2020 y la posibilidad del cambio» en la Revista 80 Grados. Título interesante por demás, precisamente en esta coyuntura en que habitamos. En este artículo explica y justifica por qué él va a votar por el Movimiento Victoria Ciudadana, (MVC), y aboga que sus lectores hagan lo propio.
Comienza exponiendo el contexto en que surge el bipartidismo a partir del triunfo en las elecciones de 1968 de Luis A. Ferré, candidato a la gobernación del recién fundado Partido Nuevo Progresista. Ese triunfo provocó la ruptura de la hegemonía del PPD en el control de la administración de gobierno. A la misma vez abrió la era de la alternancia de esa administración entre el binomio PPD-PNP. En el artículo se nos presenta un análisis muy bien pensado, elaborado y expuesto del contexto de las elecciones 2020, y del MVC como agente político del cambio con posibilidad real de romper con el bipartidismo.
Vemos a través del artículo cómo una de las críticas que desde la izquierda le hacemos al MVC, el proyectarse como “el voto útil y la posibilidad real de provocar un cambio”, atraviesa de principio a fin el mismo como argumento en favor de votar por esa organización. Quizás sin darse cuenta Pabón Ortega asume como argumento velado lo que critica a otros como elemento negativo de cómo se valora o juzgan las posibilidades de MVC. Según él, esa organización es quien único tiene posibilidad de realizar la ruptura con el bipartidismo y terminar con su hegemonía. Entonces, nos señala que el bipartidismo es la manifestación de un problema mayor: el régimen de partidos imperante, que el mismo se organiza en torno al paradigma del estatus y que este define a los partidos según se posicionan en cuanto a esa creencia.
Esta tesis-afirmación pudiera pasar con fichas si uno de los componentes del binomio del bipartidismo, el PPD, no hubiese establecido y desarrollado su vida política, en lo relativo al estatus, afirmando que el mismo no está en issue, porque lo que apremia es la atención a los problemas que aquejan al país. Es aquí donde surge uno de los disloques en el cuerpo conceptual del análisis que nos propone el artículo. Se trata de que esa política del PPD es precisamente la misma línea política del MVC: venimos a atender los problemas que aquejan al país y a tales efectos prometemos una administración de gobierno limpia de corrupción. Como si la crisis en Puerto Rico fuera una de mala administración, como si el que seamos una sociedad capitalista colonial no tuviera nada que ver.
De ahí se monta toda una crítica a quienes rechazan al MVC por razón de la ausencia de un posicionamiento sobre un estatus particular, y por incluir la estadidad como una opción no colonial. O sea, que no se trata de que MVC no adopte una posición cualquiera sobre el estatus, sino que esa organización no se define como independentista o soberanista. Es bueno señalar que esa crítica surge al interior de MVC y de ahí se traslada al resto del independentismo. De hecho, hubo sectores que se alejaron del MVC por tal motivo y luego, a partir del mes de septiembre, regresaron. Así también, el que la lógica del black-hole del estatus no domina a esa organización está por verse. Desde la Asamblea que se llevó a cabo en el municipio de Juana Díaz en septiembre de 2019, el MUS tomó control de la estructura organizativa de MVC, y eso tiene su efecto sobre las políticas que adoptan.
Aquí hay que ver como José Bernardo Márquez, candidato a representante por acumulación, se ha manifestado a favor de votar Sí en el referéndum de estadidad Sí o No, y así lo ha hecho también Zayira Jordán Conde, candidata a la Comisaría Residente. Estas posturas van en contra del planteamiento del camino descolonizador de la Asamblea Constitucional de Estatus que propone el MVC en su Agenda Urgente. Así la posición que asumen estas personas debe obedecer a un intento electoralista invertebrado de capturar el voto de penepés, no matter what. Se trata de otra inconsistencia de los dobles discursos que deambulan en el MVC, postulan unos principios programáticos a la vez que actúan contra los mismos.
En esto Pabón Ortega no observa lo que parece indicar, que el MVC está inscrito en el discurso de la lógica del black-hole en torno al paradigma del estatus. No basta con analizar las propuestas y postulados programáticos de una organización. Las actuaciones políticas de sus funcionarios y candidatos informan más certeramente acerca de qué realmente cree esa organización, más allá de lo que dicen creer. Aquí vemos otro disloque en el cuerpo conceptual del análisis que nos propone. Pero al momento pesa más cuidar la “unidad, proteger la franquicia”, y lucir bien en el espectáculo electoral. Una vez pasen las elecciones la pugna del estatus estallará y dejará de ser un asunto de funcionamiento interno del MVC. Si hay dudas al respecto, pregúntenle a los del MUS y Vamos.
En el desgaste del bipartidismo se analiza el buen resultado electoral obtenido por Lúgaro en 2016. Por alguna razón extraña, en el artículo no se discuten ni analizan a fondo al menos dos puntos que considero de importancia. Primero, la campaña de Lúgaro 2016 se monta en la crítica de la partidocracia y no del bipartidismo. Así, el problema de la crisis eran los partidos políticos y su mal manejo en la administración de gobierno. Entonces llega ella como llanera solitaria, sin partidos y contra estos para protegernos y salvarnos del mal que aqueja a Puerto Rico: la partidocracia.
Y aunque hoy asumen la crítica al bipartidismo, el contenido de esa crítica es el mismo que hacía Lúgaro contra la partidocracia de 2016. Claro, ahora el problema son los partidos políticos expresados a través del bipartidismo de la vieja política. Nosotros, diría el MVC, no somos un partido, somos un movimiento de “nueva política” y nuestra misión es acabar con el bipartidismo de la vieja política y su hegemonía. El hecho de que en 2016, Lúgaro, obtuvo un apoyo impresionante nadie lo duda ni lo discute. Pero, sacar muchos votos no es sinónimo de posturas y propuestas correctas, progresistas o de avanzada.
Pedro Rosselló y Luis Fortuño fueron candidatos a la gobernación que obtuvieron más de 1 millón de votos. ¿Acaso por haber sacado tantos votos se validan sus propuestas como de avanzada y hay que votar por ellos? Pero ese apoyo a Lúgaro en 2016, se monta sobre el descontento con los partidos políticos y el señalar a estos como el problema, como los causantes y responsables de la crisis. Hoy, ante las elecciones del 2020, ella comparece como parte de un partido político de nuevo cuño. Entonces hay que ver si ese descontento con los partidos va a seguir apoyando a Lúgaro que ahora viene en representación de lo que ella señalaba en 2016 como el problema.
Segundo, el apoyo a Lúgaro en 2016 se monta sobre la base de propuestas neoliberales: políticas de austeridad; privatización, cierre de escuelas; cierre y/o consolidación de Recintos de la UPR; clausura y/o venta de la AMA; privatización de la AEE; reestructuración del gobierno incluyendo el despido de empleados públicos. Además, apoyó candidaturas en el PNP-PPD, al mismo tiempo que apoyó las propuestas económicas de gobierno que hacía Ricardo Rosselló y el PNP. Entonces, cuando hoy la critican por sus propuestas y su rol protagónico en defensa de esa agenda neoliberal de 2016, debemos tener presente que esa es una carga negativa muy pesada que la acompañará por mucho tiempo. Y ahora, al ser candidata a la gobernación, quiéralo ella o no, traslada ese peso negativo al nuevo partido del cual es fundadora y su figura principal.
En política, la percepción pública lo es todo. Si esa percepción es real o inventada no importa, para la opinión pública y para la gente, es real. Y esa percepción que acompaña a Lúgaro desde la campaña pasada es la que proyecta hacia MVC y es la que la gente tiene sobre esa organización. Es bueno de vez en cuando salirse de las redes sociales y “tocar base con la calle”. Facebook, Twitter, Instagram y las demás redes no son el mundo real, si lo dudan pregúntenle a Neo en la película The Matrix. De manera obligada hay que cuestionar, ¿ese voto y apoyo debido a propuestas de políticas neoliberales, está hoy con la candidata que ahora rechaza las mismas? No sé, pero a mí me da la impresión que la coyuntura que vive el país es algo más compleja que salir a apoyar la última moda en la calle, o más bien en las redes.
La singularidad de estas elecciones habrá que volver a analizarla a la luz de los resultados electorales del 3 de noviembre próximo. Ahí veremos cuán cierta es esa realidad que pretenden vender de que “el MVC viene con una fuerza innovadora y una capacidad de mover el escenario político del país hacia otra dirección.” Se sabrá si el MVC prevalece como una opción de “nueva política” con posibilidad real contra el bipartidismo y el neoliberalismo. También veremos si luego de las elecciones el black-hole del estatus no se traga al MVC. Además, no basta con exponer unos postulados constitutivos que bien pueden figurar como plataforma electoral. El problema es otro. ¿MVC cree en verdad lo que postula? ¿Estará comprometido con llevarlo a la práctica? Este punto es de fundamental importancia, pues ya hay un par de situaciones en las que esa organización se ha saltado principios de sus documentos constitutivos para cerrar filas en apoyo a su candidata.
“Por décadas, políticos de los partidos tradicionales han llegado al poder mediante campañas pomposas y extravagantes que son costeadas por grupos poderosos que son favorecidos cuando esos políticos llegan al poder. Para evitar que esto suceda necesitamos expulsar a aquellos cuyas conciencias tienen precio y cerrarle el paso a quienes están dispuestos a pagarlo. Para ello proponemos una reforma política que incluya:
(Documento base del cual sale la Agenda Urgente y Principios Éticos. Pág. 3. Revisado- 30 de enero de 2019).
Sería bueno que aclaren por qué postulan como principio constitutivo el “Financiamiento público de campañas que elimine el inversionismo político.” (Agenda Urgente). Sin embargo, llegada la hora de optar por tal financiamiento, el MVC decide no acogerse al mismo. Aquí el autor del artículo repite de manera acrítica el eslogan publicitario de que el MVC “no se acogió al fondo electoral”. ¡Ay bendito, no tienen chavos! Pero lejos de analizar el alcance y las posibles consecuencias negativas de tal decisión, se va por las ramas: de lo bello que es un partido político de nuevo cuño que con escasos recursos económicos logra impactar en las campañas políticas y en la opinión pública estableciendo contacto directo con la gente, escuchándolos y llevando sus propuestas.
Primero, es cierto, hay que salirse de las redes sociales para ver cuán realista es que MVC esté impactando la vida política del país. Hay que ver si esa organización es en realidad una opción de ruptura con el bipartidismo. Segundo, el MVC no renunció al fondo electoral. Ese fondo dejó de existir con la reforma electoral de 2014, y MVC se funda cinco años después en 2019. No sé, pero en el campo, la gente no renuncia a lo que no existe. Lo que sí existe es el pareo de fondos. El partido consigue $250,000 y el gobierno le da $1,000,000. Pero ese dinero solo se puede usar en la campaña a la candidatura a la gobernación. No puede invertirse en las campañas del resto de las candidaturas. A ese pareo de fondos fue a lo que renunció el MVC.
La cosa no se queda ahí en cuanto al financiamiento de campañas se refiere. El MVC tiene que dar buenas explicaciones, más allá de culpar a la vieja política (hay que joderse la culpa siempre es huérfana) de por qué aceptó el financiamiento privado de su campaña por parte de la SEIU. Ese financiamiento lo encubren usando a la filial SPT como Political Action Committee. SPT participó en el proceso de fundación del MVC, y parte de su liderato también dirige esa organización. Esto empeora, la SEIU lleva años en el inversionismo político de compra-venta de candidatos y partidos con el propósito de ser favorecidos una vez llegan al poder. Contratos, nombramientos de hijos talentosos, facilitar la organización sindical de empleados públicos y negociar convenios colectivos, asignaciones preferenciales en la privatización de servicios públicos y en Comisiones de “investigación”.
Se trata de una inversión para asegurarse un lugar privilegiado en el pillaje al presupuesto gubernamental escamoteando servicios públicos y promoviendo la privatización de los mismos. Con esos propósitos en 1996 la SEIU contribuyó al financiamiento de la campaña de Pedro Rosselló, en el 2000 apostaron a Sila Calderón, en 2004-2008 la apuesta fue con Aníbal Acevedo Vilá, en 2012-2016 invierten en Alejandro García Padilla. Así también, realizaron inversiones en candidaturas del PPD como las de Carmen Yulín y Manuel Natal entre otras, a la vez que invirtieron en la campaña de Betito Márquez, candidato PNP para la alcaldía de Toa Baja.
Para las elecciones del 2020, la apuesta de la inversionista política, la SEIU, se va con el MVC. Así que decir que comparecen con escasos recursos económicos porque “decidieron no acogerse al fondo electoral”, no es del todo cierto. Más grave aún es no cuestionar esa decisión. Grav es ignorar cómo la misma expone al MVC a ser más de lo mismo y formar parte de esa “vieja política” que de manera electorera ellos critican y dicen pretender acabar. Por supuesto que renuncian al financiamiento público de la campaña, si ya tenían a un comprador-inversionista asegurado.
MVC podía ser una opción política al hacer las cosas de manera diferente y propiciar la ruptura con el bipartidismo intentando acabar con su hegemonía en la política del país. Que estén financiados por zorros del viejo inversionismo político liquidó esa posibilidad, y expuso al MVC como un componente más de la misma vieja política que critican. Aquí nuevamente el artículo de Pabón se queda en las ramas. El hermoso árbol que ve en el MVC le impide ver el bosque del inversionismo político que esa decisión financiera deja intacto. Ese inversionismo político, según la Agenda Urgente, es fuente y estímulo de la corrupción. En mi campo de Orocovis saben que el que paga los músicos escoge la música. Uno no puede, o no debe condenar el inversionismo político en el bipartidismo, pero cuando el inversionismo llega al partido de uno, entonces se mira para otro lado. Como se puede ver, hay muchas explicaciones que dar.
Me parece acertada la crítica a quienes despotrican contra la persona de Lúgaro, sobre todo cuando la candidata que comparece en 2020 ya no es la misma que compareció en 2016. Ha habido un tránsito, unos cambios importantes que ha asumido esta persona y que pone distancia de sus posturas y propuestas neoliberales de su pasada campaña. Hay quienes la andan criticando que no establecen esos cambios, esas diferencias. Por otro lado, lo importante es ver y discutir sobre la base de las propuestas que se traen, sin olvidar las prácticas políticas. Ella hoy viene en representación de un partido político y como tal es parte de ese nuevo proyecto. Al centrar la crítica en la candidata, se desvía la atención hacia la persona y no se toma en cuenta lo que hoy propone.
Eso sí, hay un punto que a mi entender es importante, pues tiene que ver con saber si MVC tiene voluntad real de implementar sus propuestas y principios constitutivos. Se trata de la forma como el MVC atendió la exposición pública de la demanda de Virginia Hernández contra AAA, Corp. & Associates. La manera cómo trabajaron esa situación los alejó de principios constitutivos de la Agenda Urgente y los Principios Éticos. Además, actualizaron y validaron la pugna, la trajeron al presente, a la campaña electoral 2020. Asume particular importancia este caso, pues al posicionarse a favor de la candidata, quizás sin querer, ni darse cuenta, terminaron apoyando a la patronal contra la empleada.
Entonces uno se pregunta, ¿dónde quedan los postulados de defender los derechos de los trabajadores y la condena al discrimen por lugar de nacimiento? Cuando les tocó enfrentar una prueba de fuego se alinearon con los patronos y contra los derechos de los trabajadores que dicen defender. ¿Qué credibilidad se puede tener en MVC? La propia organización se encargó de torpedear la misma. A ese cuestionamiento de la erosión de la confianza en MVC nos trae la forma tan burda y torpe como atendieron este asunto y la decisión final que tomaron. No se puede, o no se debe postular que se va a restituir y defender los derechos de los trabajadores y a la misma vez actuar como aliado de los patronos. Nuevamente, como se puede ver, hay que dar explicaciones.
Sobre las críticas de sectores progresistas al MVC creo que las mismas deben centrarse en las propuestas políticas de la Agenda Urgente y los Principios Éticos que son sus documentos constitutivos. Así también tener presente que recientemente la candidata dio a conocer su plataforma de propuestas de gobierno para las elecciones del 2020. Entonces contrastarlos con sus prácticas políticas y ver si se corresponden. Vemos como bajo el lema de “¡Terminemos lo que empezamos!” la candidata entrelaza la propuesta del MVC 2020 a su campaña de 2016. Y aquí surge la duda, ¿qué de las propuestas neoliberales de aquella campaña de candidata independiente y anti partidos políticos está entrelazando con la propuesta del MVC 2020?
Las consignas y los bullets publicitarios carecen de base sólida como para uno hacerse una idea de sus propuestas. Esta parte va muy ligada a la de la apuesta por Dalmau y el PIP. Es interesante como el artículo plantea olvidar las críticas a Lúgaro por lo que creía en 2016, pues ella ahora ha cambiado y cree en otras cosas. Sin embargo, esa posibilidad de cambio se le niega a Dalmau y al PIP, al no reconocerles posibilidad de cambio. No se les mide con la misma regla que se pide valorar a Lúgaro y al MVC. Tampoco se les juzga con los mismos criterios.
Es extraño e interesante que en el artículo no se menciona, ni se analiza los Principios Éticos de MVC. No existe, para efectos del artículo, uno de los documentos constitutivos de esa organización. ¿Será porque ese documento está enmarcado en un nacionalismo hueco y de prejuicios contra los extranjeros? Sí, ese doble discurso muy común en el MVC, en este caso, de decir que se condena el discrimen, pero a la misma vez insinuar que la corrupción no es puertorriqueña. ¿Qué extranjero será responsable de haber traído la corrupción a Puerto Rico? En el preámbulo de ese documento se establece que: “Victoria Ciudadana nace como un instrumento para representar y defender los intereses puertorriqueños frente a la corrupción y los malos manejos de los recursos públicos, mediante la participación de la ciudadanía”.
¡La corrupción es extranjera y hay que defender los intereses puertorriqueños de ella! Así, es bueno que se enteren que, en Puerto Rico, queridos defensores de los victoriosos, “los recursos públicos” están constituidos fundamentalmente por fondos federales que son tan puertorriqueños como Thomas Jefferson y George Washington. Además, este planteamiento de los Principios Éticos es peligrosamente un estímulo a la xenofobia. También, aquí se puede ver como ronda de manera velada y abierta el fantasma del black-hole del paradigma del estatus impulsado por el MUS y Vamos al interior del MVC.
Ver cómo de manera subliminal cuelan a través del discurso de la identidad la lógica del discurso del estatus que en Puerto Rico siempre anda de la mano de lo identitario. Al no poder identificarse con una fórmula de estatus particular, entonces se acude al discurso velado de la identidad y así cuelan el mensaje independentista-soberanista. Son semillas que se van regando por ahí en espera de que crezcan y se desarrollen. Y el autor que es tan perspicaz y crítico con ese discurso nacionalista/neonacionalista identitario, aquí le pasaron gato por liebre.
Que el PIP es un partido ideológico a base de su preferencia de estatus nadie lo niega, ni siquiera ellxs mismxs. Hasta en el nombre del partido está la palabra “Independentista” que lo define. Pero ese partido también se ha llenado de sangre joven salida de las más variadas luchas sociales que se dan a lo largo y lo ancho de este archipiélago. Para las elecciones 2020 han postulado candidatas y candidatos, una cantidad impresionante de jóvenes, a todas las posiciones electivas, desde legisladores municipales hasta la gobernación. Incluso llama la atención el municipio de Salinas, donde todas las posiciones electivas están cubiertas por mujeres. Eso no es todo, si ha tenido la oportunidad de leer la propuesta de gobierno verá allí más de 1,000 propuestas a corto y mediano plazo para atender la grave situación de crisis que vive el país.
Es cierto, sí, se debe juzgar a todas las candidaturas con criterios uniformes. En lo que a Lúgaro respecta hay críticas que se le hacen solo por ser mujer, y eso hay que condenarlo venga de donde venga. Así también, reconozco que en el PIP tienen consignas y lemas que se inscriben en la lógica del estatus, algunas como “Puertorriqueños Siempre”, huecas de contenido y hasta idiotizantes. Pero, si uno se adentra en las propuestas del programa de gobierno ha de ver que las mismas son una ruptura con esa lógica del estatus. Son propuestas para implementarlas desde hoy, mañana, o la próxima semana.
Se dará cuenta al ver esas propuestas que se trasciende de las políticas del black-hole del estatus para atender la realidad del día a día. Entonces, me parece que se reclama un trato y unas condiciones para atender y valorar a Lúgaro y al MVC que no se le concede a Dalmau y al PIP. Y esto apunta a que sí, hay varas y medidas distintas según el color del cristal con que se mira. No se puede, o no se debe pedir juzgar con justeza, ver y analizar las propuestas programáticas, pero a la hora de la verdad no hacerlo cuando se juzga a otros. Creo que por ahí en el análisis que hace y propone el artículo tiene su talón de Aquiles.
Para finalizar esta parte, cito del artículo en cuestión: “De hecho, en diversas elecciones el “melonismo” -una fracción de electores que se identifican como independentistas y simpatizantes del PIP- ha contribuido de manera decisiva a fortalecer el bipartidismo al “prestar” su voto al PPD para derrotar al PNP y el “avance del anexionismo”.” Aquí, se trata de un lapsus lingüe o de un error de edición, pero lo que sí es cierto es que al autor se le perdió la brújula. Sugerir y/o afirmar que el PIP fomenta el bipartidismo nos demuestra que al autor se le fue la guagua. Estas críticas están muy cargadas de un reduccionismo mecanicista donde la edad del partido, se fundó en 1946, juega un rol determinante. Lo que falta es que al PIP lo analicen según su horóscopo, entonces sustituimos la ciencia social por predicciones astrales y Walter Mercado será nuestro guía.
Por otro lado, sobre esta adjudicación al PIP como responsable del melonismo solo me limito a citar al autor del artículo, pero esta vez de un escrito de 18 años atrás; “En tal sentido, dicho proyecto no es más que una puesta al día de la propuesta de realineamiento político que hizo Juan Mari Brás en los años 70 y cuyo objetivo era concertar una alianza estratégica entre independentistas y autonomistas para detener la estadidad. Esta fue la propuesta que dio paso al fenómeno político que luego se conocerá como el melonismo.” (Carlos Pabón Ortega, Nación Postmortem, páginas 405-406). Parece que hay que volver a consultar las fuentes, así también revisar los escritos de autoría propia.
“En fin, no es suficiente decir “ni azules, ni rojos”. Hay que precisar cómo se va a derrotar el bipartidismo y el régimen de partidos hegemónico.” Sería bueno saber si el autor del artículo tiene alguna propuesta al respecto. Porque entre los componentes del MVC no son pocos los que han saltado de la crítica a la partidocracia en 2012-2016 a la crítica del bipartidismo en 2020, y en el ir y venir de las elecciones acaban votando por el PPD. Claro ahora son un partido político por lo tanto la crítica a la partidocracia, el rechazo, condena y demonización de los partidos no les suena bien y hay que cambiarla, pues los puede perjudicar. Entonces, ¿cómo resolvemos la partidocracia y el bipartidismo? Fácil: fundamos un nuevo partido y decimos que somos nueva política, (o sea, que somos un partido, pero en realidad no somos un partido porque somos un movimiento, pero para efectos electorales volvemos a ser un partido), y venimos a acabar con la partidocracia y la hegemonía del bipartidismo.
Otra vez me acuerdo lo que dicen en mí campo, “del dicho al hecho hay un gran trecho”. No basta decir «soy X o Y», es necesario ir más allá y demostrar de verdad si se es eso que se dice ser. Al interior del MVC coexisten diversas tendencias políticas. A los amigos progresistas y de izquierda dentro de esa organización se les dificulta el trabajo entre otras razones porque hay gente que no les interesa la movilización de los sectores influenciados por el MVC, y esa tendencia es la dominante. Así reducen la posibilidad de impactar y extender su esfera de influencia de manera más amplia en su trabajo de base. Por otro lado, también nuestros amigos chocan dentro del MVC con sectores que no solo no están de acuerdo con la Agenda Urgente, sino que simple y sencillamente no les interesa la misma.
¿Qué le hace pensar que el MVC no es otro proyecto en circunvalación en torno a las esferas de la universidad y lo universitario, algo así como un PPT con esteroides? Entonces, la cosa no es como la pintan y la pretenden proyectar desde el interior de esa organización. Así también, al Movimiento Victoria Ciudadana le falta dar ese paso importante de demostrar que en realidad cree y practica lo que postula en sus documentos constitutivos, en sus propuestas y promesas. O sea, contrastar la teoría con las prácticas políticas. Y sí, es cierto, lo que está en juego es de fundamental importancia. Veremos qué tempestades nos deja el 3 de noviembre a partir de estos nubarrones y chubascos.
Ese es un artículo de encargo del estadolibrismo.
Bueno, el artículo de Torres desmonta muy bien los flojos argumentos de Carlos Pabón, Entonces, el artículo de Pabón es lo que he pensado y expuesto desde que lo leí; un articulo malo, y Pablo Torres lo demuestra, de hecho, sigue la lógica de su también libro flojo y arrogante, Nación Postmortem.
excelente
Artículo largo, que pudo resumir así, el MVC es un partido que quiere ocupar la posición que tiene el PPD. Con el mismo cuento del status no está en issue. El problema aquí es la colonia, no hay forma de esconder esa realidad ni con el follón del «bipartidismo». Nota histórica – el independentismo siempre desde Betances hasta nuestros días ha tenido la descolonización y justicia social de la mano. «Puertorriqueño siempre», no hombre va a decir «gringo siempre», hay que joderse con la gente que quiere esconder las cosas para verse amplio, inclusivo, no, no, no, yo no soy nacionalista estrecho, bodoques. En una colonia usted se reafirma siempre, «la función principal de un comunista en una colonia es luchar por su independencia», Ho Chi Ming.