Segundo seminario de la izquierda socialista

| Publicado el 20 octubre 1973

“Hacia la creación del nuevo movimiento”

Documento de trabajo y discusión
Grupos de Estudio y Trabajo Socialista (GETS)

*Nota editorial: El Comité Editorial de Bandera Roja en Línea continúa reproduciendo textos históricos de nuestras organizaciones fundadoras. Aquí reproducimos el informe a ser discutido en el Segundo Seminario de la Izquierda Socialista.

El 2do Seminario de la Izquierda socialista fue el seminario que dio paso a la formación del Movimiento Socialista Popular, organización que posteriormente se fusionaría con el Partido Socialista Revolucionario para formar lo que hoy se conoce como el Movimiento Socialista de Trabajadores.

El documento aquí reproducido formaría parte de la Declaración General del Movimiento Socialista Popular, documento que republicaremos en un futuro cercano.


Introducción
Más de doscientos delegados representantes de los cientos de militantes que abandonaron recientemente el Partido Independentista Puertorriqueño se reunieron el pasado 11 de septiembre en San Justo en lo que se llamó “El Primer Seminario de la Izquierda Socialista”. Los militantes, luego de más de seis horas de discusión en pequeños grupos y luego en un Plenario, concluyeron que es necesario crear un nuevo movimiento a través del cual esos cientos de militantes puedan canalizar su práctica política. Se decidió convocar un segundo seminario, para que luego de un proceso de discusión en la base, siente las bases políticas del nuevo movimiento. Para implementar esta decisión se eligió un grupo timón que tendrá a su cargo la preparación del segundo seminario. Este grupo timón está integrado por unos 20 compañeros.
Luego de varias reuniones y un seminario de 10 horas el grupo timón acordó un plan preparatorio del segundo seminario en donde se constituya el nuevo movimiento: Se ha preparado un documento guía para discusión y estudio en el cual se exponen las bases políticas y organizativas del nuevo movimiento. El documento guía recoge el consenso de la discusión que llevó a cabo la Izquierda dentro del PIP y fuera de el.
Ese documento guía servirá de base para la una serie de foros que el comité timón llevará a cabo en toda la isla y para la discusión con los grupos de los diferentes pueblos. De esos foros y reuniones locales deben salir las críticas y enmiendas que la base considere necesario hacerle al documento.
Esas críticas y enmiendas se llevarán al segundo seminario de la Izquierda Socialista que se celebrará el próximo 21 de octubre. En el seminario se buscará un consenso sobre un programa político y organizativo que sirva de base a la creación del movimiento.
Hay que hacer claro que lo que se busca del seminario es un programa mínimo para comenzar la construcción del movimiento. El programa político del movimiento se irá forjando en la práctica política y en el estudio riguroso de la realidad puertorriqueña.
Por Comité Timón: Pucho Alvarado Aníbal Santos Miguel Reyes Pastor Santiago Eneida Vázquez José E. Pérez Vallé Aureo Torres Iris Vargas Marciano Avilés Luis Angel Torres Pablo Torres Carlos Gallizá Germán Díaz Angel Villarini Carmen del Toro Vicente Martínez René Campos Norman Pietri Norberto Cintrón César Andreu Iglesias
I.Ubicación en la realidad puertorriqueña y en la lucha por la independencia y el socialismo El imperialismo
Puerto Rico vive bajo el dominio del imperialismo norteamericano. El imperialismo, que no es otra cosa que la fase superior del capitalismo, se manifiesta sobre todo en la explotación económica de la que es víctima nuestro pueblo, en especial la clase trabajadora. La lucha por la independencia surge por la contradicción de intereses entre nuestro pueblo y el imperialismo norteamericano. Las relaciones económico-políticas de explotación a las que se somete a Puerto Rico constituyen el más grave obstáculo al desarrollo de nuestros recursos y capacidades y, por tanto, a la solución de nuestros más graves problemas. De ahí que la expulsión del imperialismo de Puerto Rico sea la condición necesaria y el hecho inevitable que permitirá nuestro desarrollo y la satisfacción de nuestras necesidades más apremiantes.

La pequeña burguesía
La lucha por la independencia de Puerto Rico la ha dirigido tradicionalmente un sector de la pequeña burguesía carente de una base económica suficientemente poderosa. Consciente de la precariedad de su poder y de su fracaso histórico de conseguir la independencia, e influenciada por la lucha de clase de los trabajadores y por el desarrollo de las fuerzas socialistas en el mundo, un sector radicalizado de esa pequeña burguesía patriótica llegó a la conclusión de que la derrota del imperialismo y el colonialismo, cuya característica principal es la explotación económica, tenía que contar con esa lucha de clase de los trabajadores. De ahí que en los últimos años todos los sectores importantes del independentismo hayan incluido “el socialismo” en sus programas.
La clase trabajadora
No nos cabe la menor duda de que por su posición de máxima importancia en el proceso productivo de la economía, por su número, porque su desarrollo y progreso son antagónicos al sistema de explotación capitalista, la clase trabajadora es la que tiene el potencial de derrotar al imperialismo en Puerto Rico. Pero ese potencial se desarrollará plenamente sólo cuando al lucha de los trabajadores adquiera dimensiones políticas sobrepasando así las importantes metas de reivindicación económica que hasta ahora han predominado.

El partido de los trabajadores
La politización de la lucha de los trabajadores, sin embargo, se ha concebido en dos vertientes; a saber:1) la de “atraer”a los trabajadores hacia los partidos dirigidos por la pequeña burguesía y orientados por su ideología, y

2) la de “organizar”a los trabajadores en un partido que sea su expresión política como clase y que esté orientado por una ideología revolucionaria.
La primera tendencia refleja el intento de manipular a la clase trabajadora y su fuerza para propulsar los intereses de la pequeña burguesía. Resultado de esa tendencia son, entre otras cosas, el intento de dirigir las luchas sindicales desde una perspectiva pequeño-burguesa y la concepción de que nuestros esfuerzos deben ir dirigidos a la obtención de la independencia primero sin preocuparnos por el régimen social y económico que imperaría en la república. (Esto independientemente que todo el mundo hable de una “República Socialista”.) Nosotros consideramos que esa primera tendencia es incorrecta y oportunista; que la tarea propia de los socialistas es contribuir al desarrollo de la lucha de clases de los trabajadores con miras a la formación de un partido de la clase obrera orientado por una ideología revolucionaria. Ese desarrollo de la lucha de clase y su encauzamiento en un partido revolucionario será el camino a la independencia y el socialismo. Ambas conquistas serán, por tanto, producto de un mismo e ininterrumpido proceso, independientemente de que ambas cobre concreción en el mismo o diferentes momentos históricos de ese proceso.

Nuestras tareas
Entendemos que el partido de la clase obrera surgirá, no por decreto, sino como necesidad en la maduración del proceso de hacer converger el desarrollo del movimiento obrero, el crecimiento de los socialistas y la crisis objetiva del imperialismo. Como socialistas nos corresponde estudiar y conocer ese proceso y participar activamente en su desarrollo. Dicha participación incluye, sin que se pretenda agotar todas las posibilidades, lo siguiente: auxiliar a los trabajadores en sus luchas sindicales; contribuir a la elevación de su conciencia de clase; colaborar en la organización política de sus fuerzas; propulsar el desarrollo de la teoría revolucionaria; y combatir políticamente los planes imperialistas.
II.Alternativas de lucha

El PIP no es alternativa
Convencidos de la necesidad de participar en ese proceso de desarrollo, nos confrontaremos a la necesidad de buscar expresión organizativa. Esa expresión no es ya posible en el Partido Independentista Puertorriqueño debido a la orientación ideológica que la dirección de dicha colectividad ha impuesto. Nos referimos a la postura anti-marxista propulsada por el Presidente del PIP, Rubén Berríos, y que se conoce como “socialismo criollo”. Nos parece sumamente peligrosa e inaceptable dicha concepción por las siguientes razones, entre otras:
1.El socialismo conlleva análisis y riguroso trabajo científico. Su guía, el marxismo, no es un conjunto de dogmas, ni una cosmovisión, sino un método científico de analizar la realidad social. El “socialismo criollo” de Berríos es una posición emotiva con un alto cariz anti-intelectualista y decididamente anti-marxista. El ataque a los “científicos-políticos”y a los universitarios es, en realidad, un ataque al análisis y al estudio científico de la realidad. Al negar el método científico para analizar la realidad, la dirección nacional del PIP (leáse Rubén Berríos) no está atada a ningún criterio y está libre para dar todos los virajes que dicten sus conveniencias de poder. 2.El socialismo conlleva la hegemonía organizativa y política de los trabajadores. Berríos se ha negado a darle paso a la transformación de la composición social del PIP y ha cerrado la posibilidad de que se de esa hegemonía. De esta manera su “socialismo” es uno de la pequeña burguesía radicalizada ( y alguna no tan radicalizada). Como socialistas tenemos un claro compromiso con los obreros, cosa que niega el “socialismo criollo” del PIP. 3.El socialismo surge como adversario del capitalismo. Este es un sistema imperialista de explotación internacional. Por lo tanto, el socialismo es también internacional. De aquí surge el internacionalismo proletario. El “socialismo criollo” de Berríos, por el contrario, es chauvinista; se niega a reconocer el imperativo socialista de solidaridad internacional.

¿Por qué no el PSP?
Podría pensarse que habiendo una organización importante que postula el socialismo científico como su orientación principal nuestro camino debe llevarnos a unirnos a ella. Sin embargo, consideramos que hay varias razones fundamentales que indican que para nosotros el Partido Socialista Puertorriqueño no es la alternativa. Algunas de ellas son las siguientes: 1.El PSP concibe que constituye el partido de la clase obrera mientras que nosotros consideramos que este último será resultado de un proceso que está en marcha, pero que está lejos de culminación. Ciertamente, el PSP, será un factor importante en ese proceso, pero no será la única fuerza organizativa que lo integrará. Nosotros tampoco lo seríamos: ambos grupos al igual que otros, participaremos en la formación de dicho partido. 2.Consideramos errónea la concepción “etapista” de la lucha, según la cual la independencia será dirigida por la pequeña burguesía y el socialismo por la clase trabajadora. Es esta concepción la que llevó al PSP a respaldar a Berríos dejándole al PIP a la pequeña burguesía y a la derecha durante los momentos decisivos de la reciente crisis en dicho partido. No debe entenderse que el reconocimiento de esa posición del PSP implica un actitud revanchista de nuestra parte. La señalamos como ejemplo de la práctica equivocada que lleva una concepción equivocada. Tampoco debe entenderes que consideramos imposible el advenimiento de una república burguesa en Puerto Rico. Nuestro planteamientos es que si adviene tal república, será como componenda del imperialismo ante la lucha desatada por la clase trabajadora y no como resultado de la fuerza de la pequeña burguesía. Recalcamos, por tanto, que entendemos que tanto la independencia como el socialismo serán producto de la lucha de la clase trabajadora, independientemente de que ambas conquistas surjan en el mismo o en diferentes momentos del proceso.

Conveniencia de organizarnos
Independientemente y en adición a estas diferencias, conviene, dentro del actual marco político puertorriqueño, que un grupo de militantes como es el nuestro cobre existencia organizativa independiente. Son numerosos los casos de países donde han surgido, han crecido y han golpeado con gran fuerza diversas agrupaciones socialistas y marxistas. La corrección de la teoría y la práctica que desarrollaremos será, a la larga, la prueba de fuego para nosotros como organización.
Quienes nos planteamos esta alternativa tenemos, por ahora, más en común entre nosotros, incluyendo una práctica pasada, que con muchos compañeros que militan en otras organizaciones socialistas. Esa comunidad de miras teóricas, estratégicas y tácticas es otra de las razones que respaldan la conveniencia de organizarnos políticamente.
Posición ante otras organizaciones
Las concepciones de ser parte o factor de un amplio proceso, que hemos esbozado anteriormente, excluyen una posición sectaria ante las demás agrupaciones independentistas y socialistas. Por tanto, establecemos que el movimiento socialista que propulsamos deberá practicar una política de unidad con todas las fuerzas independentistas y socialistas de Puerto Rico. Deberá así mismo buscar los puntos que son comunes a las distintas organizaciones para lograr una unidad en la acción. Dicha unidad debe practicarse sin aceptar la tutoría de partido o grupo alguno y sin tratar de imponerle a ningún grupo nuestra línea.
Es innegable, sin embargo, que nuestra constitución organizativa creará los conflictos que deberán solucionarse a la luz de la necesidad de la acción común. La unidad con el PSP, el PIP y con otros grupos debe llevarse de forma tal que no menoscabe la independencia de nuestro movimiento y que lo ayude a insertarse en el proceso de la lucha de clases en Puerto Rico.
III.Bases organizativas para el movimiento
Nuestro movimiento debe organizarse en lo posible como un modelo de la sociedad que queremos construir en el futuro. La práctica de la democracia será deber permanente. Todas las relaciones que se den en el seno del movimiento estarán definidas a la luz de la nueva sociedad que se espera crear.

Vida interna
Centralismo democrático – El movimiento, debido a los objetivos que se ha trazado, exige un alto grado de eficacia organizativa. El centralismo democrático asegura la unidad de propósitos en la lucha anti-imperialista. Pero esta unidad no se dará en base al autoritarismo, sino por medio del debate político. Esto es el fundamento del centralismo democrático. Este implica un proceso de continua capacitación política en busca de un consenso. Al lograrse una decisión final la misma se acatará, salvaguardando así la unidad y cohesión organizativa necesarias para adelantar el trabajo político. La disciplina que surge así será consciente y no requerirá medidas coercitivas. En resumen, el centralismo democrático significa:
1.El carácter colectivo de todos los organismos de dirección del movimiento.2.Todo organismo mantiene informado al resto del movimiento rindiendo cuentas periódicamente a los organismos superiores e inferiores.

3.Una vez obtenido el consenso, la minoría acata los acuerdos de la mayoría.

4.Los organismos superiores deben estar en estrecha comunicación con la base del movimiento y con el pueblo, conocer sus limitaciones y sus necesidades para dirigir con acierto.

5.Toda decisión de importancia tomada por los organismos superiores debe ser transmitida y discutida de inmediato ante los organismos inferiores y los militantes de base.
Liderato colectivo – El principio de liderato colectivo no pretende evitar que un líder sobresalga más que otro. El mayor líder no es el que trabaja solo, sino el que tiene más altamente desarrollada la capacidad de trabajar en compañía. El liderato colectivo es un estilo democrático y revolucionario de trabajo. Al no poseer nadie el monopolio de la verdad surge la necesidad de la pluralidad del liderato. Solo así se evitará el caudillismo, la dictadura personal y otros vicios.
Crítica y autocrítica – El proceso de crítica y autocrítica será parte de la vida regular del movimiento y todos sus organismos. Mediante ésta, se evaluarán todos los procesos en el movimiento a la vez que se fomentará el crecimiento ideológico de los participantes y se crea la conciencia necesaria para el análisis político. Nuestro movimiento será regio por los militantes, esto es, por aquellos que contribuyan con su trabajo regular a las labores del movimiento. La participación en las tareas dará el derecho en nuestro movimiento.

Campos de acción y dirección
El movimiento propiciará seis campos de acción especializados pero no autónomos, ya que la política a seguir en cada uno de ellos tiene que estar en consonancia con la línea política del movimiento y contar con la aprobación de sus organismos rectores. Dichos seis campos de acción serán los siguientes:1.El organizativo
2.El legislativo
3.El de educación política
4.El de acción estudiantil
5.El trabajo obrero
6.Asuntos internacionales
Una Comisión Central y una Comisión Política, que serán los organismos recortes del movimiento, dirigirán el trabajo de dichos campos especializados. El reglamento no aprobado por el PIP será utilizado como una de las experiencias que ayudarán a organizar el movimiento. El movimiento hará hincapié en el trabajo local socialista y combatirá la tendencia de organizar exclusivamente campañas y la lucha en “actos nacionales”. Además tratará de integrar miembros a sus filas independientemente de la procedencia política de éstos.
El principio organizativo que rija las relaciones entre la dirección central del movimiento, sus campos especializados y los organismos de base debe ser el siguiente:

1.Luego de un proceso de discusión y consulta a todos los niveles, el movimiento, a través de su Comité Central, fija su línea política general (Programa Político).
2.La línea política es discutida y sujeta a enmiendas a todos los niveles, antes de ser aprobada finalmente.
3.En concordancia con la línea política general los campos especializados establecen su línea particular.
4.La línea particular es discutida y aprobada por el Comité