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BREL1| Publicado el 27 marzo 2019
A los mercados del capital financiero hay que controlarlos (regularlos), no protegerlos, son mucho más fuertes y poderosos que el Estado-colonial. Promesa se tragó al Estado Libre Asociado de Puerto Rico, los intereses de los acreedores de Wall Street y del patio primaron sobre los intereses de la economía de Puerto Rico. Ni el Huracán María los detuvo y luego del despilfarro y préstamos extra-constitucionales, el orden obliga, claro el orden de ellos, por eso nos imponen la Junta de Supervisión Fiscal (J.S.P.). Una auditoría, la del pueblo, los dejarían desenmascarados. El despilfarro tiene como base la sobre abundancia de capital-dinero desde el centro (E.U.) hacia la periferia colonial (P.R.). Esto hace que la deuda sea efecto y no causa, ya que estamos subordinados a las necesidades de su capital financiero y al internacional. La deuda de P.R. tiene raíces exógenas, es provocada por las crisis cíclicas del capital que son etapas de expansión y contracción de la economía (recesión 2008, excesos de liquidez en bancos de inversión norteamericanos, etc.), que parecidas a las ondas expansivas de un terremoto repercuten en nuestra economía.
De nuestra parte nos asisten dos derechos fundamentales ante una deuda ilegítima:
El camino que despeja PROMESA como baquianos del capital financiero es preparar las condiciones para que entremos en un futuro cercano a una nueva etapa de endeudamiento, si no actuamos unidos como pueblo seguiremos hipotecando al país, una minoría de banqueros millonarios nos seguirán pateando el trasero con la colaboración de la minoría de ricos del patio, que son beneficiarios de la relación colonial.
Si tienes dudas solo observa las condiciones en que se encuentran las carreteras, la AEE, la U.P.R. (Recinto de R.P.), los cascos urbanos de los pueblos, y sus comercios, el alcoholismo y las drogadicciones disparadas. Ya cinco millones de puertorriqueños han emigrado del país llevándose a los jóvenes mejor preparados de nuestra historia, y pagos exorbitantes para el servicio de la deuda (capital más intereses) insostenibles. Esto hace que el gobierno no cumpla sus obligaciones sociales y solo le queda una obligación; pagar y pagar la deuda.
La crisis del colonialismo es profunda, es estructural, pero puede producir oportunidades de cambios también. Que se convierta en una crisis política del régimen, si media la organización del pueblo, basado en una resistencia anticolonial, anti-PROMESA, y que nunca perdamos la visión de que otro Puerto Rico más solidario y soberano es necesario, es posible. Tenemos que generar en la ciudadanía el rechazo al colonialismo, construir una sociedad y un estado propio cuyo fin sea el bienestar social por encima del bienestar personal o el enriquecimiento de una minoría. Partimos de la premisa de que el colonialismo no es una relación natural, es una relación política de subordinación, que se puede transformar.
La historia depende de los ciudadanos cuando se convierten en una fuerza social, no bajemos la cabeza ante PROMESA, al contrario, repudiémosla. Sus medicinas financieras y de austeridad tienen efectos secundarios dañinos a la salud del pueblo de P.R. y con recetas que ya sabemos no permitirán que la economía de P.R. vuelva a despuntar. PROMESA y el E.L.A. colonial son los testaferros del capital financiero, de los acreedores, estos lo que merecen es ver la alegría de los adoquines volar por los aires y apuntalados sobre sus cabezas verlos caer.
No nos rindamos, perdamos el miedo y sigamos cuestionando la deuda ya que vendrán recortes a los sistemas de retiro y políticas de austeridad. Ya sabemos que la teoría acumulada sobre las deudas y ejemplos históricos en otros países sometidos a la arquitectura del capital financiero internacional nos permiten aprender, conocer que los países que se endeudan y que los dineros prestados no son para beneficio de la nación, se estancan y no se desarrollan económicamente.
El capital financiero es insaciable, se engulle sin descaro todos los recursos públicos, crea déficits fiscales, el Estado se ve imposibilitado de ofrecer servicios esenciales como (carreteras, infraestructuras, salud, seguridad, educación pública) ya que todos sus ingresos se canalizan hacia el pago de una deuda ilegítima, que nos crea más dependencia y produce el desarrollo del subdesarrollo. Las deudas producen pobreza.
¿Por qué es ilegítima?
Porque las decisiones que se toman respecto a ésta siempre favorecen a los acreedores, también tenemos que repudiar la superestructura jurídico-política, el (E.L.A.), que reproduce la relación de subordinación con E.U. El poder del estado colonial no es más que la suma de nuestras renuncias, atenta contra la sociedad puertorriqueña, es la negación de nuestros intereses nacionales.
La Junta (PROMESA) es producto de las contradicciones económicas coloniales, es un cáncer que se cura extirpándolo de nuestro cuerpo social y político. Rechazamos las terapias de PROMESA.
Sigamos repudiando la deuda, exijamos una auditoría y apoyemos a las organizaciones de ciudadanos, de pensionados que organizan la resistencia al saqueo de nuestros recursos públicos.
¿Cuándo una deuda es odiosa o ilegítima?
¿Qué es la deuda externa?
Es la deuda que se emite en los mercados financieros internacionales o extranjeros por un Estado. Es la deuda del Estado no del pueblo.
¿Qué es repudiar una deuda?
Es cuestionar la continuidad de las obligaciones del Estado en materia de deuda, es enfrentar a los acreedores.
Razones para repudiar una deuda:
¿Qué es la deuda pública?
Sigamos exigiendo la auditoría de la deuda. ¿Por qué?
Porque nos permite conocer qué parte de la deuda es ilegal (odiosa). Se investiga, se buscan documentos, que permitan redactar un informe de la auditoría, que se hará público. Si se auditara la deuda del Estado-colonial se podrá probar la existencia de comportamientos deshonestos, abusivos y fraudulentos, se podrá mostrar la irresponsabilidad de los funcionarios del Banco Gubernamental de Fomento y los que no velaron por los intereses de la nación, del pueblo de P.R. Conoceremos los detalles de los contratos de endeudamiento, las comisiones exorbitantes cobradas, los bufetes de abogados que asesoraron, qué bancos cometieron fraudes y quiénes son los cómplices del despilfarro del dinero. Queremos conocer los nombres y apellidos para responsabilizarlos e inhabilitarlos a ocupar puestos públicos.
El pueblo de Puerto Rico tiene el derecho a no pagar las deudas coloniales, no está obligado a pagar una deuda ilegítima (odiosa) contraída en su nombre, pero no en su interés y beneficio.
Dada la situación de la economía de P.R. exijo como ciudadano se suspenda o se declare una moratoria de la deuda ante los acreedores norteamericanos y del patio a lo que la crisis económica es superada y más aún cuando no se efectuó dicha moratoria luego del Huracán María.
Suspender el pago no es suficiente para solucionar todos los problemas económicos, pero es una herramienta útil y extremadamente necesaria. La deuda externa de P.R. es una deuda eterna. El gobierno de P.R. (rojos y azules) acordaron empréstitos que sobrepasaron en mucho la solvencia del país. La deuda del Estado es de ellos (de la Metrópolis y su estado colonial con sus acreedores, no es del pueblo, de sus ciudadanos y de sus pensionados).
Se requiere de voluntad política para salir de la deuda. No permitamos se preparen las condiciones para un nuevo ciclo de endeudamiento.