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BREL4| Publicado el 17 junio 2014
Luego de que el Gobernador diera a conocer el plan de su gobierno de declarar un estado de emergencia fiscal, bajo la llamada “Ley de Sustentabilidad”, la reacción del movimiento obrero no se hizo esperar. Ante la realidad de que esta ley no es otra cosa que una excusa jurídica para congelar los convenios colectivos, más de una veintena de sindicatos de trabajadores de las corporaciones públicas anunciaron que se prepararían para un paro general. Frente a ese panorama el movimiento obrero comenzó a calentar motores con varios paros esporádicos que comenzaron el 21 de mayo con las paralizaciones de las oficinas del Fondo del Seguro del Estado en casi toda la isla. Luego, el 28 de mayo, trabajadores y trabajadoras la Autoridad de Puertos paralizaron sus labores del día y se movilizaron a protestar frente al Departamento del Trabajo.
Las paralizaciones continuaron el pasado jueves 5 de junio, cuando un grupo amplio de uniones de varias corporaciones públicas llevaron a cabo un paro de labores. En el paro participaron la UIA, la UTIER, la Hermandad de Empleados de Oficina, Comercio y Ramas Anexas de Puertos (HEO), TUAMA, las uniones de la Corporación del Fondo del Seguro del Estado y el Programa de Solidaridad (PROSOL UTIER) en Carreteras. Al final de la jornada, todas se movilizaron al Centro Gubernamental Minillas en Santurce, donde un grupo paralizó el Túnel Minillas del expreso Baldorioty de Castro, lo que provocó la habitual demonización de las y los empleadas públicos por parte de los medios corporativos de comunicación.
Luego del paro conjunto, en un hecho muy lamentable, los líderes sindicales de varias uniones de empleados públicos ( las cobijadas bajo la lay 45, excepto la Federación de Maestros), cedieron en Fortaleza a un acuerdo sobre los recortes que se incluirán en la Ley de Sustentabilidad Fiscal. Un acuerdo realizado a puertas cerradas a las espaldas de sus unionados y unionadas y del resto de los sindicatos.
Sin embargo, y a pesar de que los sindicatos chupa cuotas entregaran a sus matrículas, los planes de huelga en la principales corporaciones publicas continuó. Pedro Irene Maymí, presidente de la Unión Independiente Auténtica (UIA), que representa las trabajadoras y trabajadores de la Autoridad e Acueductos y Alcantarillados (AAA), dijo: “nosotros no somos parte de los acuerdos a los que llegaron en Fortaleza. Estamos pendientes y en pie de lucha y retomaremos la calle tan pronto sea necesario.”
En la noche de ayer se concretó la aprobación de la Ley de Sustentabilidad Fiscal en el Senado como se esperaba, pero en la mañana de hoy, martes 17 de junio, la UIA y la UTIER celebraron su respectivas asambleas generales donde aprobaron de forma unánime votos de huelga indefinida. Ambas asambleas se caracterizaron por ser muy concurridas y por demostrar grandes ánimos de lucha y combatividad.
“Los compañeros de la UIA aprobaron un voto de huelga hoy y nosotros hicimos lo mismo para cerrar las tres partes del triángulo en la AEE. UEPI, UITICE y UTIER: todos con votos de huelga aprobados. Vamos pa’ la calle y le haremos una lucha creativa e impredecible”, concluyó Figueroa Jaramillo al finalizar la asamblea de la UTIER.
Luego de la asamblea, todas la uniones presentes, incluyendo al liderato de la FMPR, se movilizaron hasta Plaza las Américas, donde la marcha de trabajadores y trabajadoras irrumpió en los pasillos del centro comercial, enviando un mensaje sobre el carácter de la lucha venidera.
A pesar del arrastre histórico del sindicalismo chupa cuotas, aún hay sectores muy importantes con votos de huelga aprobados y ánimos de seguir hacia adelante. Debemos desbordar nuestra solidaridad e incidir en la suma de esas voluntades para desarrollar acciones constantes contra toda la agenda neoliberal del gobierno y los capitalistas. Se va armando un escenario de lucha obrera que pudiera ser devastador para las intenciones del gobierno de los ricos. El momento exige que los votos de huelga aprobados y la voluntad de los sindicatos, organizaciones e individuos que sí están dispuestos a luchar, se sumen a la acción para organizar una resistencia fuerte y prolongada que pueda parar la producción y desgastar al gobierno en sus intentos de pasarnos la cuenta de su crisis.