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BREL1| Publicado el 3 octubre 2009
* Nota editorial: Esta es la primera de una serie de reportajes sobre el problema de viviendas existente en Puerto Rico.
Angustía y desolación son algunos de los sentimientos que deben combatir a diario las cientos de familias que viven en una comunidad pobre en Toa Baja no solo por la constante incertidumbre de los desalojos de sus viviendas, sino también por la represión gubernamental y por las reclamaciones xenofóbicas que reciben de sectores del pueblo.
Martiza de la Cruz, cuenta que la comunidad de Villas del Sol se originó hace 20 años y que la razón fundamental para su fundación fué la escasez de recursos económicos. Ella y su esposo, quienes tienen una hija y un hijo, viven en una casa que levantaron con mucho esfuerzo luego de que se dieran cuenta de que no podían continuar pagando sobre $700 por una casa alquilada con agua y luz y la cual era financiada por ella misma puesto que su esposo, luego de un tiempo, quedó desempleado. “Vivíamos momentos muy difíciles cuando mi esposo se enteró de que aquí en Villas del Sol se hacían rescates de terrenos y nos mudamos”, señala la mujer.
El problema de viviendas en Puerto Rico es serio y el pueblo de Toa Baja no es la excepción. Unas 211 familias, en su mayoría boricuas y dominicanos, se han mudado a esta comunidad en busca de algún techo decente que pueda permitirle a sus más de 100 niños(as) vivir sanamente. Sin embargo, vivir allí ha significado pasar por momentos difíciles en donde el discrimen es la orden del día. “Hay mucho discrimen por xenofóbia pero también por que nuestro único delito es que somos pobres”, indica de la Cruz. Desde el 2007, la comunidad ha estado sujeta a constantes amenazas de desalojos por parte del gobierno popular y ahora PNP. Muchos aún recuerdan a Virgina Díaz quien para el 2007 trabajaba en el Departamento de la Vivienda y que iba a la comunidad a desalojar familias enteras en cuestión de horas, sin importarle si tenían o nó donde vivir. Desde agosto 2009 para acá, las amenzas se vuelven a repetir. Como consecuencia, la comunidad lleva dos meses sin agua ni luz.
Villas del Sol tiene varias propuestas que han ofrecido al municipio en aras de resolver este asunto. Insisten en que están dispuestos a negociar el quedarse en los terrenos rescatados aún cuando tengan que pagar agua y luz, el CRIM y el seguro para los desastres naturales. En el caso de que tengan que ser desalojados, la comunidad está dispuesta a mudarse a algún lugar en donde el gobierno les indentifique los terrenos, aun cuando ellos tengan que pagarlos. Lo que no están dispuestos(as) a hacer es entregarles al gobierno lo poquito que tienen en cambio de unos vales de $600 por 6 meses, ante lo cual Maritza se pregunta “y después cuando se acaben esos chavos, que voy a hacer con mi familia, donde viviremos”?
Villas del Sol es solo una de las comunidades existentes en Puerto Rico que ha dado cátedra de lo que es la resistencia y la defensa de los rescates de terreno. Tiene vínculos con otras comunidades que han sido igualmente marginadas y se apoyan mutuamente. “El apoyo que hemos recibido de la gente, de las comunidades y de las organizaciones nos hace sentir muy bien”. La comunidad está clara en que resistirán la ola de violencia que se ha desatado en su contra por que como dicen “estoy defendiendo los derechos de mis hijos”. El MST reitera su apoyo a esta y otras comunidades en lucha y asegura que donde haya lucha, habrá truinfo.