Ante la crisis de salud actual con los sistemas de salud controlados por las aseguradoras y las distintas oficinas para atender pacientes, entra la importante discusión sobre un sistema de salud universal público y accesible para toda comunidad. Hasta la década del ’90 Puerto Rico contaba con un sistema de salud dominado por Centros de Diagnósticos y Tratamientos (CDT) y hospitales públicos regionales. Los CDT eran de gran ayuda e importancia para las comunidades, sobre todo las pobres, ya que eran servicios completamente gratuitos e incluían desde la consulta médica hasta acceso a los medicamentos requeridos.
Para mi familia, el sistema de los CDT fue muy importante, al tener limitaciones económicas, para cada emergencia médica esta era nuestra única opción. En distintas conversaciones, he tenido la oportunidad de discutir la función, servicios e importancia del sistema de los CDT; y he encontrado que una gran cantidad de familias se beneficiaban e incluso extrañan el sistema. Preguntando directamente lo que más destacan, esto es la facilidad con que podían recibir servicios médicos y medicamentos. Recuerdo que el sistema se adaptaba al espacio y la clase trabajadora de esos centros era reconocida como parte de la comunidad. En la actualidad, muchas familias pobres pasan por el temor de no poder tener el dinero para recibir atención médica durante sus emergencias.
El sistema de los Centros de Diagnósticos y Tratamientos fue interrumpido, bajo el gobierno de Pedro Rosselló González (1993-2000), con el establecimiento de una reforma de salud donde los servicios pasaron a las aseguradoras y privatizaron los edificios que eran utilizados para los servicios. El cambio representó un atraso en la salud pública y alejó a las comunidades pobres del poco adelanto que brindaba el sistema de CDT. Aún a casi 30 años de la implementación de la reforma de salud, la comunidad no ha recuperado el nivel de servicio que brindó el sistema de los CDT. En la actualidad, mucho dinero destinado a salud se pierde en puestos administrativos y gerenciales, ya sea en el campo privado o en corporaciones públicas como la ACAA, CFSE, entre otros. La separación de los servicios en corporaciones públicas y seguros privados provoca que haya nóminas excesivas en posiciones no relaciones a servicios directos a la salud. La mala distribución de los fondos ha provocado fuga de talentos preparados para brindar servicios de salud necesarios para el pueblo.
Un sistema de salud universal sería la solución ideal para mejorar y maximizar los servicios al pueblo. Eliminando las corporaciones de salud pública y las aportaciones de dinero público a los planes médicos privados a través de la reforma de salud, hoy el Plan Vital, el pueblo pudiera recibir los servicios necesarios sin la burocracia actual de los referidos. El sistema de salud universal tendría los fondos, al asignar todo el dinero a un solo programa, para su funcionamiento y se aseguraría que los servicios de salud lleguen a la comunidad de manera más eficaz.