La pobreza es consecuencia del capitalismo

| Publicado el 23 septiembre 2015

Lisbeth M. Soto Torres
Bandera Roja

Recientemente el periódico El Nuevo Día publicó un estudio sobre la pobreza en Puerto Rico. El mismo reveló, entre otras cosas, que en nuestra isla más de 900,000 personas viven bajo el nivel de pobreza. Si bien estos datos son reveladores, cabe preguntarnos: ¿De donde proviene esta pobreza? Si estudiamos la pobreza, ¿No deberíamos también estudiar donde están las riquezas? ¿Quienes la acumulan? Nos parece que hablar de la pobreza extrema sin hablar de quienes gozan de riquezas extremas es un ejercicio incompleto.

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La pobreza es una consecuencia de la explotación capitalista. En nuestro país, la explotación tiene un doble carácter, por un lado son nuestras manos las que producen las riquezas que salen del país año tras año y por el otro lado tenemos que gastar todo nuestro sueldo en nuestra supervivencia. Mientras tanto los gobiernos del PPD y del PNP han empobrecido a la clase trabajadora por medio de los impuestos al consumo, y las legislaciones antiobreras.

Durante mas de 100 años el pueblo trabajador puertorriqueño ha sido productor de inmensas riquezas que abandonaron el país a cambio de prácticamente nada. En la ultima década hemos estado viviendo la más reciente crisis del modelo de desarrollo económico de este sistema capitalista y colonial. Un puñado de corporaciones se llevan más de $40 mil millones de dólares en ganancias anualmente. Desde el año 2006 al presente estas corporaciones han generado sobre $350 mil millones de dólares en ganancias. Dichas corporaciones aportan muy poco, pues sólo pagaron $32 mil millones en salarios y trabajan en ellas sólo el 3% de la población apta para trabajar. Entre el 2006 al 2012 apenas pagaron $4 mil millones de dólares en contribuciones por la ley 154, más $160 mil millones en la repatriación de sus ganancias. En el mismo tiempo los individuos aportamos $4 mil millones en IVU y $20.5 trillones de dólares en contribuciones sobre ingresos.

Estamos en una guerra entre clases donde los ricos hacen uso de todo su poder en el Estado para despojar al máximo a los trabajadores de las riquezas generadas por nuestro trabajo. Éstos eliminan los pocos derechos y servicios que aún nos quedan para aumentar sus ganancias. Mientras a la clase trabajadora y el pueblo pobre se nos impone desde arriba hacer de tripas corazones, el gran capital, los bonistas y los políticos del PNP-PPD se reparten el bizcocho. Es hora de trascender el juego de la politiquería partidista. La clase trabajadora exige que sean los ricos y las corporaciones las que paguen la crisis.

En el MST planteamos que no se le pague un vellón más a los bonistas, que se incrementen los impuestos a las corporaciones y que no se de ni un paso atrás en los derechos adquiridos por la clase trabajadora. Estas propuestas tienen que estar acompañadas de la lucha por conquistar la independencia y el socialismo como única alternativa ante la crisis capitalista y colonial.