Hoy bajó la opinión adversa del Tribunal Supremo norteamericano que afecta a 40 millones de deudores. Esta decisión detiene y cancela el plan del gobierno del presidente norteamericano Joseph Biden de perdonar hasta un máximo de $20 mil dólares en préstamos estudiantiles de cada individuo. Esta medida vino como respuesta a la precariedad que viven casi dos generaciones de la clase trabajadora norteamericana y sus colonias pero representó un intento débil e insuficiente de los demócratas en la política electoral imperial.
Los préstamos estudiantiles, el incremento desmedido en la inflación, y los bajos salarios han trastocado los supuestos del sueño americano para millones de jóvenes trabajadorxs. Mientras tanto, los billonarios norteamericanos amplían cada vez más sus riquezas a costa de condiciones de trabajo comparables con las del siglo 19. El ejemplo más patético de esta tendencia está en la empresa Amazon perteneciente al magnate Jeff Bezzos quien despilfarra sus ganancias en viajes al espacio mientras sus empleados apenas tienen oportunidad de ir al baño o viven en camionetas estacionadas en las afueras de sus almacenes.
La disparidad en salarios e ingresos en los Estados Unidos ha provocado una radicalización de sectores de la juventud, particularmente la juventud más educada que vive alquilada en las grandes metrópolis sin la posibilidad de adquirir un hogar. Esta radicalización cobró vida durante las manifestaciones contra el racismo donde jóvenes anarquistas, socialistas, anti-fascistas y anti-racistas rompieron las barreras raciales para volcarse contra el estado policial.
La decisión de Biden de otorgar hasta $20 mil dólares de perdón en préstamos estudiantiles era una caricatura de la propuesta original. El candidato presidencial demócrata Bernie Sanders habló de la cancelación total de la deuda de préstamos estudiantiles junto con un planteamiento de hacer la educación universitaria gratuita. Contradictoriamente el perdón de Biden contenía un aspecto más progresista que el de Sanders, la cantidad del perdón está ligada al ingreso actual y al ingreso familiar durante los tiempos de estudio aunque la cantidad de perdón era menor.
Por otra parte hay que señalar la inequidad de género en el asunto de los costos de la educación. Las mujeres son las más afectadas por los altos costos de estudio y la necesidad de obtener préstamos estudiantiles. Especialmente las mujeres pobres y negras pues estas cargan con las inequidades históricas que les impone la sociedad. En muchas ocasiones la deuda de préstamos estudiantiles está ligada a las inequidades salariales ya que a las mujeres se les impone mayores requisitos educativos que a los hombres para los mismos empleos.
Esta derrota del gobierno de Biden, junto con las otras dos decisiones judiciales anunciadas entre ayer y hoy sobre la equidad racial en las admisiones universitarias y el derecho de las personas LGBTTIQ+ a recibir servicios, serán los asuntos de campaña electoral en las futuras elecciones norteamericanas. El nombramiento de jueces de derecha tiene un efecto adverso, sin duda, sobre la legalidad y el estado de derecho, pero la opción del Partido Demócrata tampoco representa la salida a la ofensiva neoliberal de derecha. Tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata son dos caras de la misma moneda del imperialismo norteamericano, en donde distintos sectores de la burguesía se disputan el reparto del poder gubernamental sin cuestionarse mutuamente la hegemonía de su clase.
El Movimiento Socialista de Trabajadores, y en particular la Unión de Juventudes Socialistas, plantea la necesidad de implantar una matrícula ajustada a los ingresos en la educación universitaria. De esa forma se podría crear justicia y resolver las inequidades que crea la falta de acceso a la educación universitaria a lxs hijxs de la clase trabajadora. En ese sentido celebraríamos un perdón de los préstamos estudiantiles aun cuando este hubiera sido insuficiente. Si algo demuestra la fallida propuesta de Biden era que la Matrícula Ajustada a los Ingresos es posible.