| Publicado el 3 abril 2006
Policía hace despliegue de fuerza
Hugo J. Delgado-Martí
hdelgado@bandera.org
Movimiento Socialista de Trabajadores
www.bandera.org
Miles de trabajadores y socialistas protestaron hoy el mensaje del gobernador Aníbal Acevedo Vilá. El piquete al mensaje del gobernador fue convocado por diversas uniones de la Federación del Trabajo y la Central Puertorriqueña de Trabajadores, aunque se unieron a la convocatoria posteriormente la Federación de Maestros de Puerto Rico, el Frente Amplio de Camioneros y la Coordinadora Sindical. La policía de Puerto Rico, por su parte, desplegó un operativo desproporcionado. La actividad culminó a pocos minutos después de recibir con un abucheo la entrada del gobernador a la legislatura.
La actividad contó con una alta participación de varios de los sindicatos y la indignación de las matrículas de dichas uniones se hizo notar. Un alto sentimiento de solidaridad de los trabajadores se mantuvo constante en todo momento por medio de los aplausos y los vítores a las distintas uniones presentes. El piquete frente al Capitolio se extendió desde el ala oeste hasta la esquina que da al edificio de Recursos Naturales. Al final de la actividad varios de los líderes sindicales de la AFL-CIO, Change to Win, CPT y el Frente Amplio de Camioneros. La ausencia de la UTIER fue notable, aunque Pedraza Leduc de PROSOL y varios trabajadores de la Coordinadora Sindical hicieron presencia.
El capitolio sirvió de escenario para un despliegue de fuerza de la Policía de Puerto Rico. Alrededor del capitolio cientos de efectivos de la Fuerza de Choque rodeaban las escalinatas del capitolio. En el lado sur de dicho edificio se encontraba la unidad canina, la unidad montada, efectivos de SWAT, agentes encubiertos, la división de rescate, la división de explosivos, el helicóptero de la policía, la unidad motorizada, la unidad acuática, en fin, cuanta división tiene la policía estuvo allí. Todo este operativo fue justificado por Pedro Toledo, superintendente de la Policía, por los recientes eventos en el capitolio donde un grupo de manifestantes socialistas expresaron su repudio a la celebración de una fiesta para el cubano exiliado Julito Labatut. Dicho individuo es el asesino confeso del compañero cubano y socialista Carlos Muñiz Varela.
La demostración de fuerza, realmente viene atada a la política anti-obrera y neoliberal de Acevedo Vilá. La represión es el tercer flanco de la política de Aníbal de ataque a la clase trabajadora: por un lado, una campaña mediática de desprestigio de las uniones y de argumentos sobre la supuesta falta de fondos, en segundo lugar, la estrategia de mantener estancadas las negociaciones colectivas y por último el despliegue de la fuerza policial para desalentar la movilización combativa de los trabajadores. Lamentablemente los lideratos sindicales están cayendo en la estrategia de Aníbal aceptando el discurso de falta de recursos, minimizando las demandas laborales y cediendo a la represión reduciendo la combatividad en las actividades. Mientras los trabajadores mantengamos la cabeza abajo ante este gobierno patronal, este, tendrá todas las de ganar.
A pesar de todo el despliegue policial la actividad fluyó con tranquilidad. Quienes único empañaron el evento se vio empañado por la actitud sectaria, antidemocrática y represiva del comité de disciplina de la actividad. El discurso del liderato no podía ser más contradictoria. Por un lado, hablaban de unidad y de militancia en los micrófonos, pero por el otro lado intentaban prohibir la participación de nuestra organización. Un pequeño grupo de la policía de la AFL-CIO y la CPT detuvo a varios compañeros por unos minutos por que portaban Banderas Rojas y símbolos de nuestra organización. Con una actitud prepotente, intentaron quitarnos nuestras banderas alegando unos acuerdos con la policía. El Movimiento Socialista de Trabajadores lleva sobre treinta años participando de los piquetes al mensaje del gobernador. Es indignante que, a estas alturas del siglo XXI, varios autoproclamados líderes sindicales intentaran coartar el derecho de expresión de los jóvenes y trabajadores socialistas. Sabemos que algunos de esos autoproclamados líderes no representan más que los intereses patronales y antidemocráticos de la AFL-CIO, Sin embargo, aun el más antidemocrático de los líderes sindicales necesita de la unidad del pueblo trabajador para otorgarle a sus matrículas los mejores convenios colectivos. Si empezamos rechazando a los socialistas, quién sabe que será mañana. La intolerancia de los autoproclamados líderes no puede ser tolerada. Es deber de los trabajadores organizados luchar dentro de sus sindicatos para exigir una lucha más militante y combativa.