El autor de esta nota, Jeremy Rodríguez Correa, es maestro de historia en el Departamento de Educación, miembro de la Federación de Maestros de PR y militante del Movimiento Socialista de Trabajadoras y trabajadores (MST).
Durante la primera semana del inicio del año escolar 2022-2023 han aflorado muchos problemas de infraestructura en los planteles escolares del Departamento de Educación de Puerto Rico (DEPR). Las escuelas están sin el debido mantenimiento, continúan con pupitres antiguos que ya no cumplen su función, pizarras obsoletas, problemas de polilla y comején en los salones, salones con poca ventilación e iluminación por problemas con ventanas o problemas con el servicio eléctrico, entre muchos otros asuntos que afectan el proceso educativo, la salud y la comodidad de nuestra niñez. Estas situaciones han estado en el ojo público durante toda la semana, pero ¿desde cuándo?
La respuesta es NO. Estas son situaciones que aparecen año tras año en el inicio del año escolar. Las maestras, maestros y personal de apoyo como trabajadoras sociales, consejeras y otros empleados del DEPR llegan a resolver asuntos y asumir trabajo de múltiples áreas, quedándose luego de la hora de salida, recibiendo ayuda de familiares y de muchas otras formas. Hay que señalar que muchos de los asuntos son resueltos con el pobre salario del magisterio. Con éste costean pintura, decoración, equipo electrónico y cualquier cosa necesaria. Es decir, la situación afecta al magisterio de manera personal, en su entorno social y en su situación económica.
En el 2017 la Isla de Puerto Rico fue golpeada por el huracán María, el peor evento natural de los últimos 50 años. Obviamente, las escuelas de PR quedaron inoperantes y sin capacidad de recibir al estudiantado. Fueron las maestras y maestros de Puerto Rico quienes fueron a sus planteles escolares y los acondicionaron en menos de dos semanas para recibir estudiantes, aunque la entonces Secretaria de Educación, hoy convicta por corrupción, Julia Keleher le negó la entrada a la comunidad escolar por más de un mes. El magisterio puertorriqueño hizo todo para que la niñez puertorriqueña comenzar a normalizar su vida; de haberlo dejado en manos del DEPR, aún las escuelas tuvieran los escombros.
La clase magisterial siente una gran responsabilidad con las niñas y niños de Puerto Rico. Es tal su compromiso que hará todo lo posible por sus estudiantes, desde proveerle materiales hasta alimentos. Dentro de lo necesario para una educación adecuada se encuentra tener un ambiente escolar cómodo, fresco y atractivo, y ante la inacción del DEPR, las maestras deciden asumir el liderazgo y resolver.
Para muchas personas puede ser una sorpresa lo que ha salido en la prensa en los últimos días, pero en los últimos años han aumentado las quejas en cada inicio de año escolar, y no es para menos; cada vez son más los problemas que enfrentan las maestras en sus áreas trabajo. Las comunidades escolares llevan años tirándole escarcha y pintando encima del maltrato que reciben.
¡CUANDO ENCUENTRES UNA ESCUELA AGRADABLE, TEN POR SEGURO QUE FUE LA COMUNIDAD ESCOLAR QUE LO HIZO POSIBLE CON SU TIEMPO Y SU DINERO!