| Publicado el 30 noviembre 2001
Daniel Ramírez
info@bandera.org
Bandera Roja
www.bandera.org
A casi un más del bárbaro y criminal ataque contra las torres gemelas de Nueva York, todo el poderío militar de los Estados Unidos se está descargando contra Afganistán. Buscando destruir a la organización de extrema derecha islámica Al Qaeda, dirigida por el multimillonario árabe saudí Osama Bin Laden, las fuerzas armadas de los EU están a la vez asesinando a cientos de civiles con sus bombardeos. Apenas dos años Después de la guerra contra Yugoslavia, el gobierno de Washington se ha embarcado en otra guerra de consecuencias insospechadas. está vez se trata de una guerra de venganza contra uno de los pases más pobres del mundo.
Hay que partir del hecho de que en una acción coordinada el 11 de septiembre cuatro aviones de la aviación comercial norteamericana llenos de civiles fueron desviados de su curso. Tres de los mismos fueron estrellados contra las Torres Gemelas de Nueva York y contra el Pentágono. El cuarto cayó en los bosques de Pennsylvania, sin saberse con certeza si fue derribado por la rebelión de los mismos pasajeros o por un avión de combate de la fuerza aérea estadounidense. más de cinco mil civiles inocentes murieron en las Torres Gemelas y otros cientos de personas murieron en Washington. La inmensa mayoría de los muertos en las Torres eran trabajadores, entre los cuales se encontraban cientos de puertorriqueños. está ha sido un golpe muy fuerte para el pueblo de los EU y para el pueblo de Puerto Rico, tan vinculado a la ciudad de Nueva York.
Esta salvaje y atroz acción terrorista del 11 de septiembre atacó de forma indiscriminada a la población civil para sembrar muerte, inseguridad y pánico. La acción es utilizada a su vez por la derecha en los EU El presidente Bush llamó a una guerra mundial contra el «terrorismo» y gritó que en el mundo entero «o se estaba con los Estados Unidos o se estaba con los terroristas». Declaró que iniciaría una serie de ataques en todo el planeta contra los mismos. Como terrorista de estado, con todo el poder de la única superpotencia, Bush pretende aplastar toda oposición mundial, desde potencias como China y Rusia, naciones pequeñas como Cuba, hasta oposiciones civiles y políticas en los mismos Estados Unidos.
El gobierno de Washington acus? inmediatamente a la organización internacional Al Qaida y su líder Osama Bin Laden. A estos y una serie de organización es de extrema derecha islámica se les ha acusado de una serie de ataques en todas partes, incluso anteriormente contra las Torres Gemelas. En un video difundido el mismo día del inicio de los bombardeos contra Afganistán, Bin Laden prácticamente asumió responsabilidad por los ataques y declaró que se repetirían los ataques contra los «infieles». Pero está monstruo es un Frankenstein, creado por los EU que se ha virado contra su auspiciador. En 1986 el entonces director de la CIA, William Casey, aprobó una vieja iniciativa de los servicios secretos paquistaníes para reclutar fanáticos islámicos de todo el mundo que acudirían a Pakistán para unirse a la lucha de la oposición afgana al gobierno apoyado por la Unión Soviética. Entre los organizadores de está operación se encontraba Bin Laden. Para 1992 habían 35, 000 integristas musulmanes procedentes de 43 pases islámicos de Oriente Próximo, África del norte y del este, Asia central y Extremo Oriente que habían recibido su bautismo de fuego en Afganistán.
Como escribe el periodista paquistaní Ahmed Rashid, «ninguno de los participantes en aquel juego previó que aquellos voluntarios tuvieran sus propios objetivos y que acabarían por desviar el odio que sentían por los soviéticos hacia sus propios regímenes y los norteamericanos». En 1998, Bin Laden, bajo la etiqueta del Frente Islámico Internacional para la Yihad contra judíos y cruzados, promulgaba desde su refugio afgano: «La decisión de matar a norteamericanos y sus aliados, civiles y militares, es un deber individual de todo musulmán».
El multimillonario árabe saudí, empresario de la construcción, cuya familia tiene empresas conjuntas con el mismo padre de Bush, el expresidente George Bush, es el protegido del Talibán. De está gobierno se han dicho muchas cosas, pero tenemos que resaltar que se trata de un gobierno de extrema derecha que ha implantado una dictadura feroz, sobretodo contra las mujeres. Además, fue un gobierno propulsado por Pakistán, uno de los principales aliados de los EU en el mundo musulmán.
Contrario a lo planteado por gobiernos como los de China y Cuba, los Estados Unidos no han canalizado el que se haga justicia a las víctimas del 11 de septiembre a través de la organización de las Naciones Unidas. Se han lanzado solos a una guerra de venganza, con la participación minoritaria de la Gran Bretaña, atacando a Afganistán. Ya han asesinado a cientos de civiles, incluyendo a cuatro empleados de la ONU. Han caído en la trampa de Osama Bin Laden de atacar a un país islámico, lo que él ha aprovechado para llamar a una guerra santa universal.
Los EU se ha embarcado en una guerra devastadora para intentar imponerle a Afganistán un gobierno que convenga a sus intereses. Amenazan con repetir lo mismo en varios otros pases. El terrorismo de la extrema derecha islámica le viene como anillo al dedo a Bush para justificar su terrorismo de estado contra el mundo entero e imponer a bombazo limpio sus intereses políticos y económicos.
Esta es otra guerra imperialista más, cuya Política de ojo por ojo y diente por diente solo traerá más muerte y destrucción para los pueblos del mundo, desde el mundo musulmán hasta los mismos Estados Unidos. Tenemos que unirnos a los miles de personas que valientemente han salido a las calles desde Washington hasta frente al Fuerte Buchanan a luchar por la paz y contra la guerra imperialista.