Plebiscito anexionista

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| Publicado el 30 septiembre 1998

Daniel Ramírez
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Bandera Roja
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En diciembre el gobierno de Rosselló realizará un plebiscito en torno al estatus. Es evidente que el senado norteamericano no aprobará el Proyecto Young-Craig y probablemente no culminará ninguna legislación en torno al asunto. Pero con una victoria en el llamado «plebiscito criollo» Rosselló busca otra arma para seguir adelantando la causa anexionista, pudiendo conformarse a corto plazo con convertir a Puerto Rico en un territorio incorporado de los Estados Unidos.

Este plebiscito es un mero concurso de simpatías puesto que el congreso norteamericano no tiene interés en impulsar el resultado ni puede comprometerse con el mismo. está establecido en el proyecto de ley que impulsa el senador Murkowski, última posibilidad en el Congreso. La propuesta de Murkowski no ofrece realmente la estadidad como alternativa, sino la conversión de Puerto Rico como territorio incorporado como paso previo.

Rosselló quiere distraer al pueblo de la difícil situación del país y desviar la creciente oposición a sus políticas anti-obreras, anti-puertorriqueñas y destructivas del ambiente. Pero su mayor propósito es mantener viva la campaña por la estadidad. Un resultado favorable sería utilizado como otro argumento contra los sectores de poder en EU que se oponen a la anexión.

De convertirse Puerto Rico en un territorio incorporado estaríamos obligados a pagar contribuciones federales, a cambio de un aumento en las transferencias, y se incrementaría la presión para imponer el inglés y destruir el sentimiento nacional puertorriqueño. Como en el caso de la mayoría de los estados, el territorio incorporado podrá ser la antesala de la estadidad.

El plebiscito parte de las definiciones del Proyecto Young. La definición del Estado Libre Asociado es objetada por el Partido Popular Democrático, que se niega a reconocer que el ELA es una colonia. El Proyecto Young también promueve dirigir a Puerto Rico hacia la estadidad. El Partido Independentista Puertorriqueño ha aceptado participar en dicho plebiscito, aunque este evento electoral favorece claramente a la estadidad. La ley solo ofrece $500, 000 a los partidos para defender las opciones de estatus, mientras el PNP cuenta con grandes recursos financieros, mayormente producto de la corrupción en el saqueo de los fondos públicos.

Los demás sectores del independentismo denunciamos este plebiscito como un falso ejercicio de «autodeterminación» por una serie de razones. Los EU aumentan su presencia militar (con la próxima entrada del Ejército Sur); mantienen a la mayor parte de la población en la pobreza, el desempleo y la dependencia de los fondos federales; no han trasladado a una asamblea constituyente la soberanía de Puerto Rico para poder llevar a cabo un verdadero ejercicio de autodeterminación; permiten participar a miles de extranjeros ciudadanos norteamericanos residentes, mientras le niegan el voto a los dos millones de puertorriqueños que viven en los EU; y mantienen encarcelados a dieciséis (16) prisioneros políticos puertorriqueños, a causa de su lucha por la independencia.

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