| Publicado el 30 mayo 1998
Rita Zengotita
CUCRE
A dos meses de haberse emitido una orden de arresto contra el independentista Antonio Camacho Negrón, los federales procedieron con su detención el 16 de abril.
En febrero el gobierno de los Estados Unidos había dispuesto su excarcelación luego de cumplió dos terceras partes de la sentencia de 15 años. Camacho no pidió? ser liberado; optó por concluir en cautiverio el tiempo pendiente, pero está no le fue permitido. La norma federal de la liberación mandataria obliga la salida de la persona. Además, le impone una serie de condiciones encaminadas a mantener el control sobre la misma. Dichas condiciones son degradantes y violatorias de los derechos civiles y humanos. En el caso de Camacho, quien es independentista, viola también sus derechos políticos. Por eso, Camacho anunció su intención de no acatar el cumplimiento de las condiciones. Desde entonces se movió libremente y participó de actividades sociales, políticas y familiares.
El peso político que los federales le otorgan a Camacho trasluce en todo el proceso de detención. Según dispone la ley, la vista de revocación de libertad bajo palabra estaba supuesta a llevarse a cabo en Puerto Rico, donde fue arrestado. Sin embargo, luego de su detención el 16 de abril a las 8 PM en Naranjito, este fue llevado a unas facilidades del «task force» en el Área Metropolitana, de ahí al tribunal federal y a las 11 PM ya lo habían ingresado en la cárcel federal en Guaynabo. A la mañana siguiente lo llevarán a la Base Muñiz y de ahí lo trasladaron a la Florida para celebrarle allí la vista. Todo está a espaldas de los abogados de Camacho, a quienes no se les permitió comunicación no alguna.
Ese 17 de abril, a insistencia de los abogados, fueron instruidos a presentarse al Tribunal Federal donde supuestamente se llevaría a cabo la vista del caso. Luego de una larga espera y de la insistencia de los abogados y los miembros de la Campaña de Excarcelación, les indicaron que Camacho se encontraba en la cárcel Federal donde se llevarían a cabo los procedimientos. Se movieron al lugar creándose momentos de gran tensión. Antonio no era localizado y ellos se resistieron a salir de la cárcel federal hasta tanto no presentaran al compañero desaparecido. Es ahí donde se conoce que Antonio había sido trasladado a los EU
Gestiones realizadas por los abogados en EU indican que el 21 de abril, en una corte en Florida, se llevó a cabo la vista de revocación de libertad bajo palabra. El juez decidió no asumir jurisdicción por entender que es responsabilidad de la junta de libertad bajo palabra y opinó que lo único que se le puede imputar es haber violado las condiciones de la libertad bajo palabra. El Buro de Prisiones difiere de la interpretación del juez por lo que el 24 de abril habrán de someterlo a una vista que se llevará a cabo en la prisión de Florida.
A este puertorriqueño le revocaron la libertad bajo palabra unilateralmente. Antonio está preso sin haberse celebrado la vista de revocación de libertad bajo palabra. Mientras tanto, los abogados tratan de seguir de cerca todo el procedimiento y no descartan la posibilidad de apelar la decisión de los federales.
El caso de Camacho es un ejemplo del desprecio de los federales hacia los derechos que tienen los ciudadanos. Mientras Clinton se reúne con Mandela, un expreso político y lamenta lo que fue su situación, en las mazmorras norteamericanas hace 18 años mantienen aislados de su pueblo a 15 independentistas como castigo a su posición ideológica. Para ello no escatiman violar sus propias leyes. Camacho, como el resto de los prisioneros políticos, desafían esa hipocresía política. Por eso le debemos todo nuestro apoyo, pues la lucha contra la injusticia es asunto de todos.