| Publicado el 30 marzo 1998
Nereida Velázquez
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Bandera Roja
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Los Centros de Salud Mental fueron creados para dar servicios a poblaciones que reclamaban fácil acceso a estos. Contaban con personal preparado y con experiencia para atender las necesidades de los participantes. La Reforma de Salud está cerrando estos centros y eliminando los servicios de salud mental a los pacientes indigentes.
Estos centros cuentan con un amplio programa que incluye servicios psiquiátricos, de trabajo social y terapia ocupacional. En algunos se dispone de psicólogos y médicos generalistas. Se ofrece atención a niños y adolescentes, quienes ameritan una atención muy especial. Algunos centros desarrollaron un área para hospitalización de corta duración (tres meses) proveyendo una alternativa más cercana que el Hospital de Psiquiatría de Río Piedras.
El personal que provee los servicios lo hace desde una perspectiva profesional sin dejar de lado el aspecto humano. Aunque el énfasis de los servicios es médico y basado en la farmacología, se cubren otras áreas con diversos enfoques terapéuticos. El personal ofrece su ayuda a base de la necesidad, y no del costo.
Ya algunos servicios fueron eliminados como lo fue el Programa de educación a la Comunidad. Pero el más duro golpe lo reciben ahora los participantes y trabajadores por la privatización. El gobierno está destruyendo los Centros en lugar de mejorarlos. está lanzando a un abismo a personas con problemas mentales. A los trabajadores se les impone unas medidas abusivas al trasladarlos a otras áreas o al dejarlos sin empleos. Ya han cerrado los centros de Humacao y Cayey. están en turno Caguas, Carolina y Bayamón.
Los servicios privatizados presentan serias dificultades. El servicio será segmentado ya que los proveedores principales serán psiquiatras. Los médicos a cargo de proveer los servicios no cuentan con un equipo multidisciplinario, por lo cual según la necesidad referirán a otros profesionales. Se pierde la interacción efectiva al estar todos en el mismo centro y trazar planes de ayuda conjuntos.
Los procedimientos para obtener el servicio de la privatizadora y para la tarjeta de la Reforma de por s? representan un problema para aquellas personas aquejadas por una depresión, por ansiedad y por ideas suicidas y homicidas. Las dificultades para asumir todas las gestiones ponen en peligro a la persona, a sus familiares y a otros, al no tener la atención que amerita.
En una actividad celebrada en Cayey en febrero se presentaron estas preocupaciones. Se señaló que «se implanta un modelo privado de servicios de salud mental que únicamente podrá ser adquirido por el paciente a través del referido del médico primario. Lo anteriormente expuesto crea un caos entre está población, y gran preocupación entre los empleados por la calidad de los servicios que reciben los pacientes».
Se planteó que es imperativo continuar luchando por evitar que se cierren otros centros y porque se reabra el centro de salud mental de Cayey. El Comité Cayeyano Contra la Privatización, organizador de la actividad, dará apoyo a está lucha y a otras contra la privatización.
El gobierno falta a su compromiso de proveer servicios de salud mental, en especial los médico-indigentes. Es intransigente y resta importancia a los reclamos de pacientes y trabajadores. será necesario la unidad de todos los sectores, organizar actividades de discusión y de presión para exigir: «Alto ya a la privatización y que se devuelva al pueblo los Centros de Salud Mental.»