A luchar por la democracia en la UPR

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Ricardo Santos Ortiz

| Publicado el 30 enero 1998

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Ricardo Santos Ortiz
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El nuevo semestre Comenzó con un nuevo rector interino y con la consolidación de los puestos más altos en la jerarquía de la Universidad por el PNP. Las razones del despido del ex Rector Efraín González Tejera son conocidas. El informe que preparó sobre los sucesos de la visita de Norma Burgos a la Universidad fue la gota que colmó la paciencia de la Junta de Síndicos (JS), que está compuesta en su gran mayoría por partidarios del PNP nombrados por el Gobernador.

El rector tuvo que renunciar cuando la JS le pidió la renuncia, porque el puesto de la rectoría obedece a la JS y no a la comunidad universitaria.

Debemos luchar y reafirmarnos en el derecho que debe tener la comunidad universitaria en ser los que podamos elegir y/o destituir a las personas que asuman puestos de dirección en la Universidad. Si la rectoría es electa por nosotras/os es más difícil que el gobierno en el poder presione a los rectores o presidentes de la Universidad porque en vez de responder a la JS, que es un cuerpo politiquero, responderían a toda la comunidad universitaria.

Los reclamos históricos de una verdadera autonomía universitaria no son un sueño. Hoy vemos cómo el gobierno puede presionar directamente a través de los altos puestos de dirección de la Universidad sobre cosas tan básicas como el derecho a hacer manifestaciones de repudio a miembros de su gabinete. También vemos cómo de un plumazo cambiaron la junta directiva del periódico Diálogo y como la policía entra a la Universidad como si fuera a un campo de batalla para acabar con el enemigo. No es un sueño la autonomía universitaria porque en otros países se han alcanzado cosas tan elementales como el elegir a sus directivos en asambleas de estudiantes y profesores. También la Universidad debe ser un sitio libre de la intervención armada de la policía para garantizar que el gobierno no intimide o calle las voces disidentes.

Este nuevo año tenemos que estar atentos/as a prepararnos para defender lo que ha costado vidas de estudiantes y para alcanzar mayores grados de democracia que redunden en beneficio de nuestro pueblo. El ’98 será un año de luchas en la UPR. Seamos participantes y no espectadores del futuro de nuestra Universidad.