Poco hemos visto en los medios de comunicación corporativos sobre el plan de LUMA para deforestar, y llenar de carcinógenos nuestros cuerpos, fuentes de agua y de alimentos, bajo el pretexto de un plan de manejo de vegetación para Puerto Rico. Con este plan, diseñado para limpiar la vegetación de unas 16,000 millas de tendido eléctrico, LUMA propone la tala masiva de árboles, así como el uso de herbicidas y otras sustancias tóxicas. LUMA no ha presentado una Declaración de Impacto Ambiental y no tiene los permisos del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales. Este plan indiscriminado plantea un golpe duro al ambiente y la salud, los productos que se rocíen al aire podrán no sólo afectar las plantaciones y terrenos agrícolas, ganado y personas; también podrá llegar a las fuentes de aguas (ríos y lagos) y percolarse a los acuíferos en las zonas kársticas.
LUMA planea utilizar herbicidas que no están aprobados ni autorizados por el Departamento de Agricultura de Puerto Rico. LUMA no toma en consideración aspectos topográficos, biológicos y geológicos, de cómo este plan afectará a nuestros bosques y reservas, a las especies nativas, endémicas y protegidas (tanto de plantas como de animales). Los herbicidas, como el glifosato (considerado carcinógeno y causante de enfermedades neurodegenerativas por la Organización Mundial de la Salud y otras entidades médicas) y el picloram (componente del agente naranja y el agente blanco que causa daños al sistema nervioso central y al hígado), tendrán efectos irreversibles en la salud de lxs puertorriqueñxs que se podrán extender por generaciones. Quedan preguntas importantes: ¿Con cuánta frecuencia nos rociarán con estos carcinógenos? ¿Cuál es el peligro real que enfrentaremos por la exposición prolongada a estos productos? ¿Por qué el gobierno se rehúsa a cumplir con su responsabilidad de velar por nuestros recursos naturales y nuestra salud?