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BREL4| Publicado el 13 agosto 2006
En Puerto Rico se ha criminalizado históricamente a los que luchan. En especial al independentismo, debido a que desde sus filas han surgido líderes comunales, sindicales, ambientales, etc. En los últimos años hemos visto como se ha reforzado esta práctica en contra de compañeros de la izquierda socialista. Y es que en una sociedad donde los trabajadores son explotados y saqueados por los ricos, éstos no se pueden dar el lujo de permitir que se les desenmascare y se ven en la necesidad de perseguir a los que luchan en contra de esta explotación, se ha llegado a asesinar compañeros como lo es el caso de Carlos Muñiz Varela o el de los compañeros Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví asesinados a manos de la policía un 25 de Julio en el cerro Maravilla. Ahora se pretende someter compañeros a procesos criminales, hasta acusarlos a sus espaldas para hacerlos parecer criminales que se esconden de la “justicia”.
La realidad es que el gobierno y la burguesía han sentido en carne propia el activismo de sectores militantes del independentismo y la izquierda socialista y es por eso que han tenido que poner en funcionamiento todo el andamiaje represivo en contra de compañeros que son dirigentes reconocidos en diferentes frentes de lucha. Las luchas estudiantiles, la lucha contra el Marriot, la protesta por el homenaje al criminal Julito Labatud y los procesos recientes donde se movilizaron sectores considerables del movimiento obrero y estudiantil para oponerse al despido de miles de empleados públicos y a la imposición de un “sales tax”, han llevado a la burguesía a tener que responder como clase, independientemente de su aparato legal, político y represivo que es el estado. Pero el estado intenta cumplir su función y mantener a raya al pueblo y más aún a los sectores de izquierda y revolucionarios. Quieren darle un escarmiento al sector independentista y socialista, tratando de incidir negativamente en la moral de los militantes con el objetivo de desmoralizar y desmovilizar a los sectores más activos.
Desde ese punto debemos dejar claro que aquí los criminales son otros, los que tienen el aparato represivo para disolver manifestaciones a fuerza de gases y a palo limpio, los que, como Romero, califican de héroes a los policías que asesinaron vilmente a los compañeros en Maravilla, o los que homenajean con el dinero del pueblo trabajador a un criminal como Julito Labatud. Y mientras ellos nos tildan de criminales por hacer piquetes, por marchar y protestar contra el abuso y la explotación, el asesinato de Carlos Muñiz Varela sigue sin investigar hasta el día de hoy.
Nos queda sólo seguir la lucha, apoyar a los compañeros que enfrentan cargos y denunciar quiénes son los verdaderos criminales: la burguesía que explota y ultraja al pueblo pobre y trabajador. Nosotros sólo somos la parte de ese pueblo que ha decidido rebelarse.
NO NOS PARARAN