Los ricos están listos pa’ tirarnos al matadero

Nosotres listes para enfrentarlos

| Publicado el 24 abril 2020

Ricardo Santos Ortiz

Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (MST)

Ya se han cumplido 40 días desde que el gobierno tomó la determinación de establecer un toque de queda para enfrentar la pandemia mundial del Covid 19. Las naciones del mundo han quedado paralizadas ante un virus que amenaza con exterminar millones de personas y que sin duda cambiará las formas de relacionarnos de ahora en adelante.

Hoy nos levantamos con una carta suscrita por una larga lista de empresarios y hasta algunas entidades “sin fines de lucro”, en la que le piden a la gobernadora que comience a abrir la economía. Advierten del colapso de la economía del País y juran que como empresarios velarán por sus empleados y clientes, siguiendo todos los estándares de seguridad dispuestos por las entidades públicas, privadas, internacionales (e intergalácticas les faltó decir).

Su argumento principal es la crisis económica que significará el no reactivar la economía a tiempo. Su segundo argumento es que gracias a la implantación del toque de queda a tiempo, Puerto Rico se ha salvado del “contagio desmedido” que arropó a otros países como España, Italia y Estados Unidos. Sin ningún fundamento científico, los capos de la economía puertorriqueña, reclaman su derecho a seguir haciendo riquezas. Esta vez a costa de las vidas de miles de puertorriqueños y puertorriqueñas.

En la lista de firmantes están las empresas que usualmente han dirigido los destinos económicos y por consiguiente políticos del País: El Banco Popular, los Fonalledas, el Bufete McConell &Valdés y ACODESE (que es la asociación de compañías de seguros) entre otros. También se destacan en la infame carta varias empresas dedicadas al negocio infame de la salud: La Asociación de Hospitales, PACIV (farmacéutica), Droguería Betances y Laboratorios Toledo.  Otros que llaman la atención, aunque no sorprenden, son las televisoras Telemundo y Wapa TV.  Y para dar un rostro humano a las caras de estos sicarios se unen las entidades SER de Puerto Rico y Boys & Girls Club.

Esta gente, que gozan de acceso a información científica y asesores de todo tipo, no se basan en ninguna fuente científica para asegurarnos que la apertura de la economía no redundará en un aumento exponencial de contagios y muertes. Peor aún, hacen caso omiso a las recomendaciones científicas que indican que es fundamental la realización de pruebas masivas y el rastreo de casos para controlar la pandemia. Esto último sabemos que no se ha hecho por culpa del inepto y corrupto gobierno. Las cerca de 10,000 pruebas que se han realizado en 40 días son de por sí una muestra ínfima que nos deja a ciegas para tomar determinaciones de cuándo reabrir la economía.

El Pueblo está sufriendo esto más que los Fonalledas y demás empresarios que solo pierden dinero del que contaban para engordar aún más sus fortunas. Perdemos más que ellos porque estamos sin trabajar para poder pagar la renta, la comida y las medicinas necesarias para vivir. Así que somos nosotros y nosotras quienes estamos verdaderamente apretaos. Pero sabemos que volver a los trabajos en las condiciones que nos van a someter sería jugar a una ruleta rusa con el tambor del revólver fuleteao. En todas las encuestas, la mayoría de la gente dice que debemos quedarnos en la casa.

Como muestra, solo tenemos que ver la irresponsabilidad de los empresarios que no han dejado de operar. En los hospitales la queja principal es la falta de equipo de seguridad. En los “fast foods” la que te cobra (y recibe el dinero posiblemente infectado) te entrega la comida con la misma mano y allá adentro en la cocina están todos y todas trabajando sin medidas especiales. En los bancos ya son varios los casos de trabajadoras y trabajadores infectados. ¿Esa es la gente que se compromete a seguir las medidas de seguridad de OSHA y demás entidades? Pregúntate si antes de la pandemia estos patronos privados tenían consideración alguna por la seguridad de “su gente”. ¿De verdad están seguras las cajeras de los supermercados? Estos empresarios aun no han establecido programas de pruebas para sus trabajadoras y trabajadores y ¿ahora quieren que les creamos que van a usar todas las medidas de seguridad?

Esta carta a la gobernadora es la declaración de guerra contra toda persona que se ponga en medio de sus ganancias. La pregunta que como clase trabajadora tenemos que hacernos es si vamos a someternos a sus designios. Después de tanto que nos han robado, de tanto sufrimiento no vamos a volver sumisos a ninguna normalidad. No podemos aceptar que nuestro destino sea sortear nuestra vida y la de nuestros hijos e hijas para mantener la desigualdad social. Si nos vamos a jugar la vida que sea por salvar a nuestra gente. Si sobrevivimos María y los terremotos con la solidaridad del Pueblo, vamos a sobrevivir esta pandemia solo si nos mantenemos firmes en exigir que se hagan las pruebas y se le garantice acceso de salud a todos y todas.

No solo debemos desconfiar de los empresarios.  Nadie debe tener razón alguna para confiar en el gobierno actual. Este es el gobierno que dejó morir miles de personas en María y que dejó podrir suministros en María y durante los terremotos, para que fueran las megatiendas las que vendieran el agua y la comida. El mismo que no abre los comedores escolares para beneficiar a los “fast foods”. Los mismos que en medio de esta crisis han querido robar a costa de las pruebas que no llegan y que las que llegan no se suministran. El gobierno que tiene millones en fondos designados para ayuda de emergencia y dice no tener la capacidad para distribuirlos cuando hacen falta.

Cuando esto acabe, cuando tengamos la información científica que garantice que es seguro volver a los trabajos lo haremos. Pero también volveremos a retomar las calles para exigir un verdadero sistema de salud universal. No podemos permitir que la salud siga siendo un negocio.  Volveremos a exigir salarios razonables para toda persona que trabaja y una canasta básica para quien no consiga o no pueda trabajar. La economía está en el piso desde hace más de una década por decir poco. No es culpa de la pandemia. Es culpa del sistema capitalista y colonial que nos ha convertido en uno de los países de mayor desigualdad en todo el planeta.

Esto requiere de valentía. De reconocer que somos la clase obrera quienes producimos la riqueza y ahora los buitres de Wall Street quieren obligarnos a pagar por 40 años una deuda ilegítima. Mientras, los empresarios locales quieren ponernos a producir con salarios de miseria para asegurar sus ganancias. Si están sufriendo por sus pérdidas, pues que lloren. Nuestras familias lo han hecho por sus muertos. No vamos a morir por sus ganancias. Vamos a luchar por nuestras vidas y un futuro justo y solidario por las vidas que vendrán.

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