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BREL4| Publicado el 17 septiembre 2007
La Universidad de Puerto Rico está siendo transformada paulatinamente, para satisfacer una agenda que no atiende los intereses de los diferentes sectores de la comunidad universitaria. Esta agenda pretende transformar la Universidad en función del proyecto económico que el PPD y los ricos han proyectado para el país. Una pieza angular de este proyecto es la llamada “economía del conocimiento”, que no es otra cosa que promover la isla de Puerto Rico como un gran paraíso para la investigación científica y tecnológica, y para la producción e investigación farmacéutica. Se caracteriza además por promover la isla como un gran productor de mano de obra especializada, técnicos y especialistas en el área científica.
Con la economía del conocimiento el gobierno pretende brindar una solución a la crisis que viene arrastrando la economía del país. Éste ha tenido que remendar su proyecto económico desde mediados del 60 en adelante. Desde entonces se ha dependido cada vez más del servicio público como la principal fuente de empleo en el país. No es de extrañarse que la mayoría de los profesionales que produce la Universidad entren al mercado laboral en el área de los servicios, mientras que existe una fuga hacia otros países del exceso de profesionales en otras áreas altamente especializadas. En ese sentido, el gobierno y los ricos ven a la Universidad como punta de lanza para detener este efecto y asegurar un nuevo proyecto de desarrollo económico que les garantice a los capitalistas un paraíso de incentivos y ganancias exorbitantes.
Para crear un panorama favorable a los inversionistas, el gobierno debe crear las condiciones apropiadas; y la Universidad ocupa un lugar importante en este traqueteo. Por un lado se pretende producir un excedente de mano de obra especializada y barata a la disposición de las corporaciones de alta tecnología, convirtiendo así a Puerto Rico en una cantera de empleados para farmacéuticas, petroquímicas y empresas de la industria armamentista. Por otro lado, se le entrega a éstas corporaciones la llave para utilizar los laboratorios universitarios. Compañías como Pfizer y Amgen “aportan” al desarrollo y mantenimiento de laboratorios que ejecutan las investigaciones y producen los conocimientos que la empresa desee, la mayoría de las veces sin un costo adicional. Otro objetivo que las empresas persiguen con el aportar a estos laboratorios es, identificar y desarrollar sus especialistas antes de que éstos hayan terminado sus estudios universitarios.
El gobierno debe reestructurar la Universidad de arriba abajo para que esté a tono con su proyecto económico. Para este fin se han ido proponiendo una serie de medidas, algunas de ellas las recoge el informe del Comité Asesor para las Finanzas Institucionales (CAFI) y otras las han ido aplicando calladamente. La administración aprobó el aumento en el costo de la matrícula y un nuevo sistema de bajas parciales. Han ido tomando medidas a favor de la elitización de la enseñanza, la individualización de la vida académica, la eliminación de programas académicos y la privatización de servicios y áreas de la Universidad, etc.
La economía del conocimiento nos propone una Universidad al servicio de los ricos. Los estudiantes, profesores y trabajadores debemos defender la educación pública y exigir una Universidad al servicio de la clase trabajadora y pobre del país.