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BREL1| Publicado el 24 febrero 2017
Tan pronto la Junta de Control Fiscal y el gobierno de Ricardo Rosselló anunciaron sus planes de reestructuración y recortes para la Universidad de Puerto Rico la indignación y la rabia se dejaron sentir. En los días siguientes una oleada de resistencia sacudió el sistema universitario. Durante el día de ayer, 23 de febrero, 8 recintos de la Universidad de Puerto Rico estuvieron en PARO, mientras miles de personas de la comunidad universitaria se movilizaron en protesta al Capitolio y la Fortaleza para repudiar las políticas de austeridad que se pretenden imponer a la principal institución de educación superior del país.
Algunos recintos han cerrado desde el viernes pasado, como el de Ponce, y otros se mantendrán en paro hasta el martes de la semana entrante. La Hermandad de Empleados Exentos no Docentes (HEEND), la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) y otras organizaciones de profesores y trabajadoras también se han unido a los reclamos, manifestando solidaridad con los cierres de recintos y uniéndose a las manifestaciones. Estas son las primeras acciones de resistencia que ha generado la comunidad universitaria para enfrentar los golpes que se avecinan para la Universidad Pública.
Antes de ayer el estudiantado del recinto de Rio Piedras realizó su tan esperada Asamblea General. La misma tuvo una participación impresionante de más de 4,300 estudiantes registrados que llenaron el histórico Teatro de la Universidad y 10 anfiteatros adicionales. A pesar de que la asamblea comenzó tarde, y se generó un intenso debate en el punto sobre protocolo para personas trans y una propuesta de “Paro de Mujeres” durante el 8 de marzo, 5 horas después de haber comenzado los trabajos el quórum aún estaba por encima de los 4 mil estudiantes. Tanto la alta participación, como la disposición a estar largas horas debatiendo diversos temas demostraron el alto nivel de interés, compromiso e indignación del estudiantado ante la difícil situación que enfrenta la UPR y el país. Una vez más el movimiento estudiantil dio una cátedra de democracia al país y le envió un claro mensaje de resistencia al gobierno y la administración que pretende entregar la universidad y el país en beneficio de los ricos y bonistas buitres.
La asamblea general de estudiantes en Rio Piedras fortaleció la tendencia observada en las asambleas de los otros recintos, aprobando una resolución conjunta entre diversos sectores y organizaciones del movimiento estudiantil con varios reclamos que incluían la oposición a los recortes, al alza de matrícula y a la eliminación de las exenciones de matrícula entre otras cosas. Además, se aprobó un Paro de 48 horas, que comenzó inmediatamente se acabó la asamblea, junto a una movilización a la protesta de ayer convocada por otros recintos en el Capitolio. Finalmente, la resolución incluía la celebración de una próxima asamblea la primera semana de marzo.
Según el Plan Fiscal que aún no se ha aprobado, los recortes propuestos serán en la reducción de plazas, eliminación de becas y de exenciones de matrícula, eliminación de las aportaciones patronales y fondos de materiales, la disminución del salario, ajustes en la aportación patronal y disminución del bono, etc. Todos estos recortes van en detrimento de la Universidad pública. El despido de profesores y empleados y la eliminación de plazas amenaza con socavar la calidad de la educación en la institución que debe ser uno de sus pilares de cualquier proyecto de país.
En el día de ayer se realizó la concentración en el Capitolio y la marcha a Fortaleza que surgió de las diversas asambleas de los recintos y las organizaciones de la comunidad universitaria. Miles de universitarios de todos los sectores que componen la institución pública, junto a aliados y aliadas que defienden la UPR y repudian las políticas de austeridad, se movilizaron desde todos los recintos del sistema. Alrededor de 14 guaguas escolares llenas llegaron desde Mayagüez y una gran participación de la APUU y la HEEND completaron la impresionante movilización en defensa de la Universidad de Puerto Rico. Y es que esta lucha se dará en diversos frentes, a diferencia de otros periodos de resistencia en la Universidad, en esta ocasión nos enfrentamos a un nuevo enemigo, la Junta de Control Fiscal. que tiene como principales aliados a Ricardo Rosselló y a sus secuaces de la legislatura, para implementar un plan que solo beneficia a los ricos de Wall Street que se lucran con la crisis.
Para convencernos de lo contrario Ricardo Rosselló insiste en sus declaraciones llamando a la Universidad a aportar a solucionar el problema y amenazando al pueblo de Puerto Rico con que si la UPR no aporta deberá realizar más recortes en Salud. Lo que le faltaba a Puerto Rico, que sigan recortando en sectores necesarios para la subsistencia básica.
Lo que Ricardo Rosselló no se atreve a decir es que ni la Universidad de Puerto Rico, ni las personas que nos perjudicaremos con recortes en Salud somos los responsables de la crisis. Los verdaderos culpables son aquellos y aquellas que se benefician de las exenciones contributivas a las mega-corporaciones, los que guisaron con contratos en la época de las “vacas gordas”, las que jugaron con el dinero del retiro de los empleados públicos y de hacienda, etc. Fueron los bancos, locales y extranjeros, y las empresas que pedían subsidios sin aportar su parte, y que seguían disminuyendo los sueldos y despidiendo empleados, mientras le pagábamos la luz con el sudor de nuestra frente. ¿Por qué no son ellos los que tienen que poner su granito de arena, o mejor el quintal entero?
Tanto la Junta de Control Fiscal, como el gobierno, proponen una matrícula ajustada a los ingresos. Pero dicha propuesta no tiene nada que ver con el reclamo histórico que por décadas han levantado sectores del estudiantado en lucha. La propuesta del gobierno viene de la mano de un aumento uniforme en la matrícula, más recortes y una reforma universitaria que busca el desmembramiento del sistema universitario y la total independencia fiscal de la Universidad de Puerto Rico. La Junta y el gobierno lo que verdaderamente proponen es un Aumento Ajustado a los Ingresos y la privatización de la universidad pública. Definitivamente una matrícula ajustada a los ingresos beneficiaría al estudiantado pobre y trabajador, así como al sistema de la UPR. Pero para que sea una matrícula verdaderamente justa debe estar acompañada de una restauración plena de la fórmula del Fondo General para garantizar el financiamiento público, de impuestos a las ganancias de las mega-corporaciones y la banca donde una parte se destine al sistema de enseñanza pública y por una verdadera reforma universitaria que sea producto de la discusión democrática entre la comunidad universitaria.
Para defender la Universidad debemos convertir en organización todo el potencial de la indignación y la rabia mostradas en los pasados días de lucha. La UPR es del pueblo, organicémonos y movilicémonos como pueblo para defenderla. El gobierno y la Junta han dejado claro que vienen a quitarnos lo que nos queda de país, y la UPR está en el centro del tablero, convirtámosla en el elemento articulador desde donde comenzar a construir la resistencia a la dictadura de los ricos.