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BREL1| Publicado el 5 mayo 2016
Ante los ataques del imperio estadounidense y el gobierno colonial del ELA, las comunidades LGBTIQ debemos encontrar nuevas e innovadoras formas de organizarnos y posicionarnos. Ya no aguantamos más marginación y empobrecimiento. Nuestras opresiones se siguen multiplicando e intensificando en la medida que lxs ricxs siguen beneficiándose a costa del pueblo.
Como si fuera poco, el proyecto HR 4900 del congreso estadounidense, titulado PROMESA (Puerto Rico Oversight, Management, and Economic Stability Act), impondría una junta de control fiscal con poderes amplios con la única intención de dominar las finanzas del país. Esta junta tendría poder absoluto sobre el presupuesto del gobierno del ELA colonial, sólo para asegurar el pago de una deuda que asciende a más de $72 mil millones.
Una de cada 4 personas LGBT en Puerto Rico tiene ingresos de menos de $10.000 al año. La imposición de dicha junta profundizaría la pobreza en los sectores más marginados y vulnerabilizados. Esto representa una amenaza para las personas LGBTIQ en Puerto Rico. Atender las necesidades de las personas LGBTIQ nunca ha sido prioridad para el gobierno del ELA y mucho menos lo será para una junta que viene a garantizar el pago de la deuda y recortar presupuesto a los servicios básicos que el gobierno provee a la ciudadanía.
Un estudio hecho en 2015 por TRANSforma encontró que 59% de las personas transexuales entrevistadas estaban desempleadas, mientras que 81% de ellas hacía trabajo sexual y cerca de la mitad eran víctimas de violencia a manos de la policía, clientes y demás. La aprobación de este proyecto aumentaría drásticamente la tasa de desempleo, siendo las personas trans las más vulnerables ante esta situación.
Además, la junta contemplaría una reducción del salario mínimo para jóvenes de 25 años o menos que trabajen. Cuando entendemos esta posibilidad en el contexto de cientos de jóvenes LGBTIQ puertorriqueñxs que son violentadxs por sus mayores, en la escuela o universidad, expulsadxs de sus hogares, discriminadxs en el empleo, es evidente el deterioro extremo en la calidad de vida de esta población.
Por otro lado, el gobierno ha puesto en juego el dinero de los fondos de retiro. Ya no hay certeza de recibir algún tipo de sustento durante la edad avanzada. Esta situación se intensifica aún más para las personas LGBTIQ en su vejez, quienes son discriminadxs de múltiples maneras, por ser LGBTIQ ser adultos mayores y pobres.
Ya lxs políticos llevan más de un año hablándonos sin parar sobre la necesidad de “reestructurar la deuda”. En mayo del año pasado supimos que algo realmente espeluznante se avecinaba cuando García Padilla anunció que el presupuesto gubernamental 2015-2016 le adjudicaría $400 millones más al “servicio de la deuda”, para un total de $1,537 millones destinados al pago de una deuda que hasta el mismísimo García Padilla y la mismísima Kruger admitieron que era IMPAGABLE. Lo cual inmediatamente significó un impacto directo a servicios de salud gubernamentales y no gubernamentales y el Departamento de Educación, entre otras entidades. El gobernador dice que esto se trata simplemente de matemática. No, señor gobernador, usted se equivoca. Se trata de nuestras vidas.
Es cosa alarmante que estemos acostumbradxs a leer cotidianamente en los periódicos sobre el cierre de cientos de escuelas y las condiciones precarias bajos las cuales trabajan nuestrxs maestrxs. Así mismo, ahora nos dicen que las propuestas de la Junta de Control Fiscal incluyen eximir del salario mínimo a menores de 25 años de edad y congelar futuros beneficios de pensión.
Ya la población general enfrenta un limitado acceso a servicios de salud. Esto es aún peor para las personas LGBTIQ, quienes comúnmente reportan maltrato por parte de lxs profesionales de la salud y el personal de asistencia social, desconocimiento en cuanto a sus necesidades particulares y poca accesibilidad a tratamientos hormonales y cirugías de reasignación de sexo, entre otras calamidades que sacrifican nuestra salud y nuestro bienestar A DIARIO. Las mujeres hemos sido responsabilizadas por el Zika, a quienes nos dicen que prevengamos embarazos a la vez que no hay una acceso real a métodos anticonceptivos y al aborto accesible y gratis ni a una educación liberadora y sensata sobre la sexualidad y el género. Desde 2013, los hombres que tienen sexo con hombres encabezan la lista de casos de infección de VIH en Puerto Rico, sobre todo entre las edades de 13 a 34 años.
Las personas LGBTIQ además sufren altos índices de problemas de salud mental debido a la marginalización y la discriminación por género y sexualidad a la que somos sometidxs A DIARIO. En 2015, ASSMCA encontró que entre jóvenes estudiantes LGBTIQ, las tasas de ideación suicida, depresión y uso ilícito de sustancias eran más del doble de las de lxs jóvenes estudiantes heterosexuales y cisgénero (oscilando cada una de estas categorías entre 20% y 30% de estxs jóvenes estudiantes LGBTIQ). Pero un programa como Pitirre en Bayamón, de Iniciativa Comunitaria, se ve amenazado con cerrar porque Hacienda no le desembolsa los fondos que por contrato le debe, dejando a 400 personas sin tratamiento por adicción. ¿Y se supone que nos traguemos más de esta medicina amarga de austeridad porque hay que pagar una deuda?
Entonces, ¿qué significa realmente para las personas LGBTIQ esta “reestructuración de la deuda”? Significa, en arroz y habichuelas, que se le deben chavos a bonistas que ya tienen dinero, mucho dinero. Significa que la deuda se supone que la paguemos la gente pobre. Significa que la paguemos la gente LGBTIQ. Que la pague el Pueblo. Que la paguemos las mujeres. ¡Que la paguemos nosotrxs! Sí, nosotrxs, que no tenemos dinero y que no somos responsables por ella. Lo que realmente significa es que estos buitres y estxs políticos quieren que la deuda la paguemos con más pobreza, con nuestra salud, con nuestro bienestar, con lo poco que tenemos ya de por sí bajo la opresión que vivimos día a día. Significa que aceptemos a esta Junta de Control Fiscal, una clara expresión del régimen colonial, compuesta por gente que responde directamente a los intereses de estos buitres, ¡y no a los nuestros!
Por dar un ejemplo, sólo en el 2013, Walmart repartió $13 mil millones de dólares en dividendos (pura ganancia) a sus accionistas mientras debían millones al gobierno del ELA por no pagar el IVU ni el CRIM. Hay dinero. Mucho dinero. El problema es que el dinero no es para quienes lo necesitamos, sino para quienes ya lo tienen. No hay dinero para educación, salud, empleos dignos, transportación pública, asistencia social. No hay dinero para servicios públicos, para servicios al Pueblo que es de quien realmente se supone que sea ese dinero, porque es quien lo paga. Pero sí hay dinero para subsidios para empresas privadas; por ejemplo, Hacienda le debe $32 millones a la Autoridad de Energía Eléctrica solo en subsidios de compañías industriales. ¡Y eso lo pagas tú!
¡El Pueblo antes que la deuda! ¡No al abuso de la mal llamada “reestructuración de la deuda”! ¡No a la Junta de Control Fiscal!
*Pica Pica es un colectivo de personas diversas en búsqueda de multiplicar espacios de apoderamiento feminista y LGBTIQ