| Publicado el 29 enero 2000
El anuncio de Pedro Roselló de ofrecer compensaciones de dinero a aquellas personas que fueron víctimas del proceso de persecusión mediante el carpeteo, provocó diversas reacciones por parte de sectores independentistas. Esta oferta, la cual vino acompañada de una «disculpa» pública por esta acción ilegal del gobierno, fue rechazada de plano por el Frente Socialista.
La posición asumida por el Frente está basada, no tan sólo en el entendimiento de que la oferta del Gobernador tenía el propósito de resolver un problema judicial vergonzoso para el gobierno, sino que también es un acto hipócrita que puede ser visto como una provocación más.
Hacemos este señalamiento de la forma más severa posible, porque el Frente Socialista sostiene que el gobierno de Puerto Rico, incluyendo a la administración de Pedro Rosselló, ha mantenido la política de los gobiernos coloniales de perseguir a los independentistas, socialistas, sindicalistas y a todos aquellos grupos que desafían el orden colonial. En esta empresa criminal, han sido y siguen siendo cómplices sumisos de las agencias represivas federales que operan en Puerto Rico.
Los independentistas no debemos aceptar una compensación económica por este caso si la misma conlleva una aceptación de que la práctica de persecusión, carpeteo y represión contra nuestro movimiento ha terminado. Aunque entendemos el razonamiento de algunos compañeros que están dispuestos a aceptar esta oferta por razones personales de tiempo, invitamos a todos los que puedan a que continúen con sus casos hasta que los mismos sean vistos en corte.
Para el Frente Socialista es importante insistir en recordar que no existe un proceso de reconciliación nacional. ¿Cómo puede exisitir un proceso de reconciliación nacional cuando el sector anexionista del país insiste en su proyecto de convertir al país en un estado en contra de la voluntad de la mayoría del pueblo? Cuando se impone un proyecto de privatización perjudicial a los intereses populares. Cuando se implementan medidas de carácter neoliberal distanciando aún más las diferencias entre las clases sociales. Cuando los agentes represivos del régimen, tanto los coloniales como los federales, empezando por el Superintendente Pedro Toledo, siguen persiguiendo y difamando al independentismo con propósitos de destruirlo. Todo esto dentro de la arrogancia y prepotencia del imperialismo a nivel internacional.
Tampoco puede haber proceso de reconciliación nacional alguno si el mismo no está basado en medidas objetivas que tengan el efecto de aliviar las tensiones nacionales y de clase que se viven en nuestro país.
Para que exista un proceso de verdadera reconciliación nacional, tienen que darse, como mínimo, los siguientes elementos: 1) un verdadero proceso de descolonización, 2) medidas de carácter económico que tengan el efecto de elevar el nivel de vida de los sectores populares y de garantizar una justa distribución de las riquezas, y 3) un verdadero proceso de democratización del país que incluya la liberación incondicional de todos los prisioneros y prisioneras políticos, el cese inmediato de toda persecusión contra el independentismo, no tan sólo por las agencias represivas, sino en los empleos públicos y privados, en las escuelas, en las universidades y en todo lugar en que se manifieste actividad social, económica y cultural.
Nada de esto existe. Por el contrario las tensiones nacionales y de clase se aceleran e intensifican y la función de la izquierda y de todo el independentismo revolucionario es reorganizar a las grandes mayorías, las cuales tienen diferencias irreconciliables con el capitalismo y el colonialismo, para la lucha en defensa de sus intereses y la constitución de una sociedad superior justa, libre y democrática.