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BREL| Publicado el 24 julio 2013
“Nuestro pueblo está sometido a un tremendo sistema de explotación económica que debe cesar inmediatamente… Y sólo mediante el ejercicio de la democracia … puede cesar tal régimen de explotación”
Programa económico y social del Partido Popular Democrático 1940
Nuestro país está viviendo uno de los momentos de mayor incertidumbre en su historia. El aumento sin control en la deuda pública, un gobierno al borde de la quiebra y sin proyecto económico que no sea exprimir a la clase trabajadora, llevan al pueblo por la ruta de la desesperación. El agravamiento de los problemas sociales que vive el país, como la criminalidad, violencia, abuso de drogas, deficientes servicios de salud y educación, son consecuencias directas de un país en bancarrota política, social y económica.
El Partido Popular Democrático prometió en la década del 40, bajo un programa populista, resolver los problemas de vivienda, salud, trabajo y educación pero sin tocar la condición colonial. La premisa fundamental quedaba plasmada al inicio de dicho programa: “Algunos de estos problemas pueden ser resueltos inmediatamente. En cuanto a otros, tal vez las limitaciones dentro de las cuales se debate nuestro pueblo habrán de resultar obstáculo insuperable en el camino de su realización, mientras que en otros puede asegurarse que no será posible resolverlos adecuadamente sin que desaparezcan dichos obstáculos.” No hay duda que la limitación a la que hacen alusión es el problema colonial, pero su indisposición a llamar las cosas por su nombre le costará caro al pueblo puertorriqueño. Los sectores que desarrollaron el Partido Popular Democrático acudieron a las urnas para adelantar lo posible dentro de la colonia, con el objetivo final de la independencia pero pudo más el mollero del capital norteamericano que las buenas intenciones de Muñoz Marín y compañía.
El Estado Libre Asociado a la larga fracasó en todas sus facetas. Ya sea como proyecto de desarrollo económico o eufemismo colonial, hoy vivimos su tercera gran crisis. En el caso de nuestra colonia las crisis no son cíclicas, sino sistémicas. No se trata solamente de la contradicción entre producción y consumo como en las crisis capitalistas, sino que en nuestro país las riquezas no se quedan. Ha sido la inversión masiva de capital norteamericano la que ha sacado a Puerto Rico de su crisis sistémica en cada una de sus re-encarnaciones. Pese a los intentos de los socios menores del capital norteamericano en Puerto Rico de traer nuevas inversiones no se vislumbra en el horizonte una lluvia de capitales. La crisis capitalista mundial y en particular la norteamericana, ha forzado a la burguesía a recurrir a la búsqueda de mercados de trabajo de mayor rentabilidad en Asia, Centroamérica y África dejándonos a los puertorriqueños el rol de consumidores.
El proyecto del Partido Popular Democrático entró en contradicción rápidamente después de su fundación con la condición colonial. Las fábricas del estado no pudieron competir de tu a tu con los monopolios norteamericanos y el estado fue incapaz de proteger su propia producción. De otra parte, el mejoramiento de la calidad de vida de la clase trabajadora puertorriqueña redundó en un encarecimiento del costo de la fuerza de trabajo nacional y, a la larga y a la postre, la industria manufacturera extranjera abandonó el país. Desde la década del 50 al presente existen grandes sectores de la sociedad que nunca han ostentado un trabajo formal. Las estadísticas demuestran que la tasa de participación laboral ha disminuido consistentemente desde dicha época. El desempleo ha sido una característica fundamental de esta sociedad que mantiene el costo de la mano de obra barata. El desempleo en Puerto Rico es casi el doble que el promedio en los Estados Unidos, y eso podría explicas la disparidad en salarios entre profesiones similares.
¿Qué proponemos los socialistas?
El problema del desempleo ejemplifica la incapacidad del sistema capitalista colonial de resolver los problemas que vive la clase trabajadora. La acumulación de riquezas por parte de unos pocos se da a costa del trabajo de una tercera parte de nuestra población pero también a costa de la miseria de las otras dos terceras partes. Ningún partido en el gobierno podrá crear empleos en masa si no cambiamos las premisas sobre las cuales estos se crean: la solución no está en la inversión de capital extranjero sino en el aumento del empleo público. El gobierno de Puerto Rico tiene la capacidad de convertirse en el impulsor y motor de la producción industrial nacional, y esta puede autofinanciarse si se desarrolla al servicio del pueblo trabajador y no para el enrriquecimiento de los bonistas y especuladores.
En el MST proponemos la creación de empresas estatales de cultivo, recolección, procesamiento y distribución agrícola. Este proyecto debe estar unido a una protección de los productos nacionales, junto con garantías de salud y seguridad para la clase trabajadora. De igual forma consideramos importante la inversión en el desarrollo e investigación en las áreas agrícolas, industriales y de servicios para el beneficio de la sociedad puertorriqueña, minimizando el impacto ambiental. Ninguna de estas propuestas es realizable efectivamente bajo una colonia capitalista o incluso bajo una independencia burguesa. Se pueden tomar algunas de estas medidas como paliativos a la crisis nacional pero eventualmente entrarán en contradicción con la relación colonial. ¿O alguien piensa que los monopolios norteamericanos permitirán la pérdida de segmentos importantes del mercado nacional? Esta es una de las muchas razones por la que nuestra organización plantea que el único camino para resolver los problemas fundamentales, es el socialismo.