Improvisación, mediocridad en el DE: Atropellado una vez más el inicio de clases

Por Hugo J. Delgado-Martí

Bandera Roja

Una de las características fundamentales del oficio del magisterio es la planificación. No me refiero a la documentación burocrática que el Departamento de Educación le llama planificación y que realmente debería llamarse justificación, me refiero a la verdadera planificación que hacen las maestras que es un proceso reflexivo y una preparación concreta: ¿Qué necesito? ¿Qué quiero que logren mis estudiantes? ¿Cómo los mantengo interesados?¿Qué recursos utilizaré? Todas estas preguntas y muchas otras nos llevan entonces a preparar lecciones, materiales de apoyo, tareas, ejercicios, etc. Cada clase es una superproducción. Una maestra preparada logra ser mucho más efectiva, de eso no hay duda. El principal obstáculo para esa preparación son nuestros jefes, el obstáculo es la dirección del propio Departamento de Educación.

Este semestre empieza con muchas dificultades producto de la pandemia del Covid 19. Tanto las maestras, como madres y padres exigieron un inicio de clases remoto en lo que se logra estabilizar la crisis. El magisterio añadió una serie de reclamos que aún no se han cumplido: (1) la reducción de estudiantes por grupo para mejorar la atención individualizada especialmente en esta condición de educación remota (2) la reapertura de escuelas para atender los nuevos equipos de maestros (3) suministrar de equipos tecnológicos a los estudiantes y (4) el que se nos provea internet con capacidad suficiente, costeado por el propio DE, para mantenernos conectados durante el tiempo de trabajo.

Algunos de los reclamos fueron satisfechos parcialmente: el DE entregó las computadoras a maestras que había comenzado a adquirir hace 2 años Muchos plantean que la capacidad de este equipo no satisface las exigencias de la plataforma Teams si se usa a sus anchas. Los adiestramientos para el uso de la computadora, otro de los reclamos, fallaron en atender las necesidades de los maestros clasificados como básicos, muchos de los intermedios y ninguno de los avanzados en el uso de los equipos y plataformas.

Los adiestramientos fueron antecedidos por una prueba que no logró identificar necesidades y fortalezas por lo que facultades enteras con experiencia en tecnología fueron ubicados en la categoría intermedia, mientras que personas que apenas dominan el uso de la computadora fueron ubicadas en el curso avanzado. El contenido de los talleres teóricos fue uno esquemático y dogmático con poca aplicación a la realidad concreta. Los talleres prácticos se dedicaron a mostrar botones y funciones en vez de mostrar aplicaciones prácticas del uso de las diversas plataformas en un entorno remoto.

A pesar de la falta de adiestramientos adecuados y de las tareas burocráticas que se debían realizar la primera y segunda semana de clases muchas maestras y maestros comenzaron a preparar sus cursos de forma remota. En apenas unos días y luego de extensas reuniones de facultad maestras y maestros dedicaron tiempo adicional a entender, desarrollar y aplicar las diversas opciones de trabajo remoto.

Mi experiencia con Microsoft

En mi caso logré comenzar a entender la plataforma Teams, empecé a detectar algunas de sus limitaciones particularmente en términos de facilitarnos el trabajo. Muchos maestros ya tenemos recursos preparados desde hace años en diversas aplicaciones y software, y no quisiéramos pasar el trabajo nuevamente de copiar y pegar desde cero o incluso tener que escribir a mano cada item, cada respuesta. El asunto de la migración desde múltiples plataformas educativas, incluso algunas del propio microsoft como Word o Excel no es intuitivo y en algunos casos no es posible.

A pesar de esos obstáculos continué, desistí de intentar migrar mi prueba diagnóstica de una plataforma vieja a Microsoft Forms puesto que esta última no tiene alternativa para subir una hoja de cálculo en texto y convertirla a prueba de opción múltiple. Creé los grupos de Teams ingresando uno a uno los estudiantes con el número de estudiante que provee otra plataforma del Departamento de Educación. Teams tampoco provee para crear un grupo a partir de una lista de contactos, cosa que en Google Contacts es sumamente fácil. No me rendí, pero recibí una comunicación oficial que hablaba de «sincronizar» el SIE con Teams. La gente asumió que eso significaba crear los grupos de estudiantes y que por tanto el DE borraría el trabajo realizado.

El viernes a las 2 pm no habían creado aún dichos grupos y las instrucciones eran comenzar con los estudiantes el lunes. Al finalizar mi labor del viernes comencé a recibir mensajes de estudiantes que ya se habían conectado, habían visto los videos que vinculé a sus grupos, e incluso dos estudiantes querían comenzar la asignación para la próxima semana. Anoche el Departamento de Educación arruinó toda esperanza, un supuesto problema de seguridad llevó a los administradores del sistema a bloquear la plataforma que con tanta vehemencia trataron de vendernos.

Hoy las instrucciones son llamar a las familias una a una, pero sin proveer los teléfonos y ¡bloquearon el acceso a la plataforma que nos permitía envíar correos electrónicos! Es como si la intención fuera dificultarnos el trabajo al magisterio y que tengamos que hacer las cosas de la forma más rudimentaria posible. Si yo hubiera logrado una fracción de mis estudiantes reportándose por la plataforma, sólo me hubiera restado contactar a los faltantes pero Eligio pretende que los contacte por separado.

Estas herramientas y muchas otras que se nos proveen en ocasiones contienen una serie de restricciones y limitaciones que evitan que el acceso a la tecnología se traduzca en una reducción de las labores repetitivas. Es como si el patrono pretendiera que usemos las computadoras pero con un uso manual.

En fin…

Definitivamente el magisterio tiene que ser considerado con las familias, empático con la diversidad de situaciones y comprensivo que esta es una situación particular. El problema está cuando el Departamento de Educación pretende sobrecargar al magisterio de trabajo por no proveer las condiciones adecuadas a las familias trabajadoras.