| Publicado el 23 diciembre 2019
El Movimiento Socialista de Trabajadoras y Trabajadores (MST) se apresta a una importante discusión, encaminada a su Asamblea en enero 2020 sobre las elecciones. Enmarcándonos en las más recientes luchas contra la violencia machista y el patriarcado, en defensa de los derechos de la clase trabajadora, por el cierre de la carbonera y la plena liberación, corresponde aportar al debate puntos de vista que contribuyan a afinar la mejor posición posible.
Si bien es cierto que el bipartidismo sigue su curso por más de medio siglo, su erosión se evidencia con los porcentajes bajo el 50% en votos a sus principales candidatos de 2016 (Rosselló 41.8% y David Bernier 38.9%). Los resultados se pueden consultar en el siguiente enlace: http://elecciones2016.ceepur.org/Escrutinio_General_77/index.html#es/default/GOBERNADOR_Resumen.xml
En ese marco, el Movimiento Victoria Ciudadana presentará su plantilla y programa electoral para el 2020. Compuesto por figuras identificadas con el independentismo y el socialismo, como Rafael Bernabe, dicha organización plantea una serie de puntos programáticos que se recogen en el siguiente artículo: https://www.claridadpuertorico.com/por-que-victoria-ciudadana/ .
Para propósitos de este breve escrito, me referiré solo a algunos puntos que Bernabe menciona como agenda acordada. La defensa de los derechos laborales, de la educación pública y de la UPR y la lucha contra el discrimen en sus diversas expresiones, entre otros, no son antipáticos para la mayoría de lxs votantes. No existe ni uno solo de ellos por los que no se hayan realizado protestas de diversa índole, dirigidas en su casi totalidad por activistas identificadxs como independentistas o socialistas. Por ello asombra la afirmación de que “Victoria Ciudadana no defiende una opción de status.” Con ese postulado, no sólo le concede legitimidad a la colonia y a la anexión; incluye candidatos que las defienden en su papeleta.
¿Cómo puede haber compromiso con un programa contra la Junta de Control Fiscal cuando ésta es la consecuencia de la explotación colonial capitalista que varixs de sus candidatxs defienden?
Un concepto de amplitud distinto lo representan movilizaciones como las del pasado verano que sacaron a Rosselló de Fortaleza y las que expulsaron a la Marina de guerra norteamericana de Vieques años atrás. En la UPR deteniendo aumentos de matrícula, en el plano ambiental derrotando las cenizas en Peñuelas y el incinerador en Arecibo. En el sindical, logrando aumentos salariales (como en Cadillac Uniforms) también se ha comprobado exitosamente que la lucha militante amplia a quienes quieren luchar, rinde frutos.
Son luchas en la calle donde han sacado la cara los sectores más golpeados por el capital financiero que defienden las familias Fonalleda, Ferré Rangel, Carrión, Méndez, etc. Que han atraído a esos sectores oprimidos, antes ausentes y recientemente despertando su interés en sumarse al rol protagónico que les provee este escenario.
Habría que preguntarse la relación del creciente abstencionismo que hoy cuestiona la validez de gobernantes sin el aval de la mayoría, con estas movilizaciones que canalizan el coraje, la frustración y el desquite con un sistema que nos estrangula. Ante eso, tirarle un salvavidas electorero con meras reformas sin cuestionar las bases de la colonia capitalista, sería apagar un fuego que debemos alimentar en la calle.