| Publicado el 12 noviembre 2012
Ángela Moquete Méndez y Willy Florián Ramírez han sido las víctimas más recientes de la represión del gobierno dominicano. Una maestra, miembro de la Asociación Dominicana de Profesores, y un estudiante de Medicina de 22 años que con sus muertes, hacen el más vehemente testimonio sobre la urgencia de luchar para transformar el sistema capitalista que de tantas maneras, figuradas y literales, nos asesina.
En una lógica similar a la de nuestra isla, jugando a escoger “el menos malo”, fue elegido para presidir la república el candidato del PLD, Danilo Medina. Su antecesor, Leonel Fernández fue responsable de la muerte de varios estudiantes que lucharon en contra de un aumento de 300% en la matrícula, que se planteaba podría expulsar a 54 mil estudiantes de las aulas de la universidad del Estado. De igual forma, durante los últimos días de su mandato arrebató el Hospital Oncológico a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, provocando nuevas protestas por parte del movimiento estudiantil. Este hospital que brindaba servicios de bajo costo y funcionaba como centro de práctica para estudiantes de Medicina como Florián, fue entregado a manos privadas.
Para continuar el festín, Danilo Medina ha aprobado una Reforma Fiscal que aumenta los impuestos a varios artículos de consumo diario y encarece el costo de la vida, mientras los bancos y grandes empresas (tanto extranjeras como nacionales) mantienen sus ganancias intactas. Como protección, cuenta con un nuevo Código Penal , que al igual que el recientemente aprobado en nuestra isla, atenta contra la libertad de expresión de los habitantes y busca fortalecer el control político del gobierno de turno. Solo para mencionar un ejemplo, el nuevo Código Penal contemplará sanciones como pena de dos a tres años de cárcel a quienes realicen expresiones “eventualmente ofensivas” contra el presidente, vicepresidente y diputados, entre otros. Sin embargo, las penas para culpables de incesto y agresión sexual han sido disminuidas.
En este panorama es que mujeres como Angela Moqueta protestó por el simple servicio de agua potable en Barahona. En este panorama es que Willy Florián protestó para continuar sus estudios, para salvar vidas como doctor; pero a nosotros, como trabajadores y trabajadoras nos toca también salvarnos. Y no hablo de la dignidad etérea y abstracta, de nuestra capacidad de soñar y crear que nos hace humanos. No, es algo mucho más simple y cruel. Se trata de existir.
No importa de qué lado del canal de la Mona estemos, los trabajadores luchamos cada día contra gobiernos defensores del capital, gobiernos que nos asfixian y aniquilan. Por eso, es necesaria la solidaridad a todos los que en nuestra hermana isla luchan por una vida digna. Su lucha es la nuestra. Desde aquí los jóvenes de la Unión de Juventudes Socialistas del Movimiento Socialista de Trabajadores le envían un fraternal abrazo y el mejor respaldo que un obrero puede darle a otro: la lucha constante y desde abajo, por el socialismo.