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BREL1| Publicado el 31 marzo 2007
El pasado 20 de marzo una enorme columna de humo expresaba lo que desde hace muchos años vecinos de Caguas hemos venido denunciando; la Celsius (Redondo Waste System Inc.) es delincuente ambiental y debe ser cerrada.
El pasado 20 de marzo una enorme columna de humo expresaba lo que desde hace muchos años vecinos de Caguas hemos venido denunciando; la Celsius (Redondo Waste System Inc.) es delincuente ambiental y debe ser cerrada.
Cerca de 4 millones de desperdicios biomédicos de hospitales, laboratorios y oficinas médicas, entre otros, que estaban a la intemperie, comenzaron a quemarse por causas aún no reveladas. Este incendio llevó al aire incontables partículas de plástico quemado; lo que según el Colegio de Médicos de Puerto Rico, producen dioxinas (partículas que se asocian a la formación de distintos tipos de cáncer). Esto sin contar el problema de las aguas utilizadas para apagar el fuego, que conteniendo contaminantes han puesto en peligro cuerpos de agua.
La Junta de Calidad Ambiental ha responsabilizado a Celsius por este desastre ambiental. Sin embargo, organizaciones vecinales y ambientales han señalado a ambos por permitir y mantener un incinerador que ha estado contaminando el aire, afectando nuestra calidad de vida y a la vez, provocando múltiples protestas, piquetes y otras manifestaciones.
El cuestionamiento a las operaciones de Celsius ha sido sólo parte de la lucha contra la incineración de desperdicios que se ha desarrollado en Caguas. Tanto Misión Industrial como vecinos de las comunidades de Santa Elvira, Caguax y Santa Juana nos hemos manifestado consecuentemente en contra de la quema de desperdicios como una forma de resolver el problema de su disposición.
En estos momentos el municipio de Caguas y su alcalde, William Miranda Marín, se empeñan en promover la incineración como una alegada solución a la crisis de acumulación de desperdicios en los vertederos. Con el eufemismo de «gasificación»o «pirólisis» pretenden disfrazar lo que a todas luces es la quema de desperdicios sólidos. Esta propuesta oficialista no sólo ha sido denunciada como una que empeoraría el problema, pues además, cuestiona el tipo de contrato que favorecería a una empresa privada en menoscabo del interés económico del Municipio. Definitivamente, la situación augura una fuerte lucha de las comunidades contra la supuesta «desaparición de la basura».
Qué hacer
En momentos en que la generación de desperdicios parece aumentar, en vez de empeñarse en aliviarle el problema a quienes lo causan, la respuesta debe ser hacerlos responsables de lo que las empresas generan. Como consumidores, poco o nada decidimos sobre los empaques que recibimos de los productos que adquirimos. Muchos de ellos son plásticos o espuma plástica que tardan cientos de años en descomponerse. Sin embargo generan millones de dólares a quienes lo producen sin importar el destino final de estos materiales al ser desechados. Organizaciones ambientalistas como Misión Industrial plantean las tres R (Reducción, Reuso y Reciclaje) como alternativa. Ciertamente esto ayudaría a reducir significativamente el grave problema de disposición de desperdicios. Impulsar alternativas como esta requieren de la organización y educación ideológica que dé al traste contra el verdadero causante del problema; las empresas capitalistas que encuentran en la generación de desperdicios otra fuente de ganancias millonarias.