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BREL1| Publicado el 21 agosto 2003
Jue, 2003-08-21 20:00
El Teatro del Recinto de Río Piedras está cerrado desde hace 5 años. Los administradores universitarios destinaron una partida de dinero a dividirse en tres fases de trabajos de restauración. Gastaron todo el dinero en la primera fase, como es de esperarse. Lo peor del caso es que no sabemos aun en qué radica esa primera fase, pues la última vez que los estudiantes entramos al Teatro sólo habían arreglado uno de los baños, y un par de puertas. La Biblioteca General José M. Lázaro está abierta parcialmente, con la mayoría de sus libros dando vueltas alrededor del Recinto y sin la mayor parte de sus recursos y salas disponibles.
En el Recinto de Mayagüez los profesores quieren un bien merecido aumento de sueldo y no tienen el dinero para dárselo. Ponderan los administradores la posibilidad de pasarle la factura a los estudiantes por medio de un aumento en la matrícula. En Ponce subieron la matrícula y nos enteramos después de aprobado el aumento. En todo el sistema hay poca variedad de cursos y nunca hay suficientes secciones, una vez más los administradores alegan que es por falta de dinero. La Rectora del Recinto de Río Piedras no quiere reunirse con el Consejo General de Estudiantes para discutir el presupuesto del próximo año. Prevén los estudiantes que se trata de una tramoya administrativa para aprobar un presupuesto que afectará adversamente la calidad de los servicios a los estudiantes, o a los profesores y trabajadores.
De otro lado, en la oficina de la presidencia del sistema UPR se dan la vida del burgués. En el mes de julio salieron a relucir facturas de miles y cientos de miles de dólares desperdiciados por el presidente de la Universidad de Puerto Rico, Antonio García Padilla. Según la prensa, García Padilla gastó sobre 11 mil dólares entre los meses de marzo y noviembre por motivo de sus viajes al extranjero. Resulta irónico que el Presidente de la UPR se disfrute cenas en restaurantes lujosos mientras en el Recinto de Río Piedras los universitarios almuerzan en un Centro de Estudiantes al cual no le han removido los asbestos del techo. ¿Cuántos viajes estudiantiles se pueden financiar con 11 mil dólares? “Tony”, como le dicen sus más cercanos ayudantes, se gastó $4,000 en sillas y $9,000 en la restauración de un solo escritorio. Nos preguntamos cuantos problemas de planta física se resuelven en los recintos con 13 mil dólares. Dicen que nombró 7 nuevos ayudantes (lógicamente alguien tiene que disfrutarse las sillas nuevas) con salarios que van de los $6 mil a los $7 mil mensuales. O sea que pudieron haber contratado 14 profesores, o 49 ayudantes de cátedra muy bien pagados. La Universidad está en crisis y en Administración Central no se dan por enterados.
La Universidad de Puerto Rico está pasando por una crisis fiscal de grandes proporciones. Esta crisis es producto de la incapacidad del ELA para sostenerla y de los administradores de la UPR para tomar decisiones radicales que puedan trastocar las bases del sistema injusto en el que vivimos. La Universidad de Puerto Rico necesita aumentar sus fuentes de ingresos, sin lugar a dudas. Sin embargo la administración de la UPR no tiene la fuerza moral para imponerle recortes presupuestarios a los recintos cuando los administradores se dan una vida de lujo a costa del estudiante, del profesor y del trabajador universitario. La administración de la Universidad de Puerto Rico ha sido incapaz de afrontar esta crisis. En vez de comenzar la política de austeridad desde arriba recortando en las áreas que menos servicios le rinden a los estudiantes lo que hace Tony es justificar sus desperdicios y excentricidades. Mientras tanto los Recintos se nos caen en cantos.
Autonomía y co-gobierno
Los administradores de la UPR han demostrado que son incapaces de resolver la crisis fiscal en la que nos encontramos. Le toca a los estudiantes, trabajadores y profesores de la Universidad de Puerto Rico convertir esta Universidad en un ente verdaderamente democrático y participativo. Son estos tres sectores los que deben tomar decisiones tan vitales como las partidas del presupuesto, en igualdad de condiciones unos con otros. Mientras las decisiones las tomen administradores que responden a los intereses de los partidos de los ricos, o a sus intereses personales, seguiremos sufriendo de los despilfarros de presidentes, decanos y rectores. El presupuesto del sistema universitario debe ser examinado por todos y estar disponible para la discusión antes de ser aprobado, el futuro de la Universidad de Puerto Rico le compete a todos los que estudian y trabajan en ella.
Matrícula Ajustada a los Ingresos
La Universidad de Puerto Rico ha mantenido un bajo costo en la matrícula gracias a la lucha estudiantil de años anteriores. El fantasma de la huelga del `81 continúa rondando las oficinas de la administración. Sin embargo la educación universitaria pública cada año se va convirtiendo en un privilegio de los ricos mientras los estudiantes pobres, hijos de los trabajadores tienen que optar por una educación de segunda categoría en las instituciones privadas. Los socialistas consideramos injusto que el estado subsidie la educación superior de las clases pudientes mientras exista una insuficiencia de fondos para mantener la calidad de la enseñanza universitaria en el país. Una consigna histórica del estudiantado que busca resolver la crisis fiscal que vive el Sistema Universitario, es el ajuste de la matrícula a los ingresos familiares. En otras palabras el que tiene más chavos que pague más.