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BREL1| Publicado el 19 agosto 2018
Comenzando en agosto del 2018, lxs estudiantes, el personal docente y no docente se enfrentan a la mayor precarización en la historia de la Universidad. No sólo recortan los beneficios al personal docente y no docente, sino que a las y los estudiantes se nos impone un aumento que duplica el costo del crédito que continuará incrementando. La reducción del 50% de las exenciones, los aumentos y la creación de cuotas tienen un solo propósito: privatizar, elitizar e inaccesibilizar la Universidad del pueblo.
Cada año y cada semestre nos vemos en la posición de cuestionar la posibilidad de continuar nuestros estudios porque los sueldos de la clase trabajadora no dan para pagar el costo de la nueva Universidad de Puerto Rico (UPR). Sin embargo, el nuevo presidente de la UPR agradece el sacrificio que hace la universidad por pagarle un sueldo de $240mil, $115mil más que el tope del reglamento.
La comunidad responde a estas medidas y reclama que están atentando contra una UPR accesible y de calidad, pero la Administración acalla con represión a quiénes que la defienden. Asume posturas para proteger sus beneficios y ganancias del negocio que han hecho de la universidad pública. La Administración nos ha dado la espalda incontables veces y se ha posicionado como aliada del gobierno y la Junta de Control Fiscal. Nos cierran las viviendas, para estudiantes pobres bajo falsas premisas y continúan en el mismo camino de aplastarnos con cada medida posible.
La represión ha llegado al punto de privarle a compañerxs de su educación con suspensiones sumarias. Además de obstaculizar e impedir los espacios de deliberación democrática del estudiantado, nos amenazan cuando planteamos la urgencia de asambleas estudiantiles bajo el contexto al que entramos. Silencian todas las voces que protestan. Despiden a los directores de los medios universitarios como Diálogo y Radio Universidad, adicional a recortar los fondos hasta imposibilitar la supervivencia de los mismos.
La Administración ha demostrado una y otra vez que su prioridad no somos lxs estudiantes ni la Comunidad Universitaria, sino salvaguardar sus bolsillos y su lealtad a un gobierno opresor, colonial y neoliberal, sin importar las consecuencias. Nos toca organizarnos dentro y fuera de la universidad para tomar las riendas de nuestro futuro.