| Publicado el 29 enero 2001
Las pasadas elecciones en los Estados Unidos debe poner el movimiento estadista a repensar si es deseable del voto presidencial en Puerto Rico. El hecho de que Al Gore sacara más votos que George Bush, pero fuera derrotado en sus aspiraciones de llegar a la Casa Blanca es la ilustraci?n más clara de la falsa democracia norteamericana.
La razón por la cual Al Gore esta en la calle se debe al «Colegio Electoral» cuyos miembros son los que realmente votan por el presidente y el vicepresidente, y no el voto directo del pueblo norteamericano. ¿Qué es el Colegio Electoral? Es un organismo creado en el 1776 porque los fundadores de esa nación no confiaban en su pueblo para otorgarle el voto directo. Esto no debe ser muy extraño ya que fueron las mismas personas que les negaron el voto a los negros y a las mujeres. El Colegio Electoral era el mecanismo para que unos pocos «iluminados» puedan escoger los soberanos del gobierno central.
El Colegio está compuesto por unos electores designados para dicho propósito por cada estado. El Distrito de Columbia fue añadido al Colegio Electoral en el 1961. La cantidad de electores por estado depende de los escaños de dicho estado en el Senado y en la Cámara de Representantes federal. En el caso del Distrito de Columbia, este tiene asignado tres electores. En total, la cantidad de electores electorales es 538, y solo se necesita una mayoría simple de 270 votos para ganar las elecciones presidenciales. Por decisión congresional, estos electores se reúnen simultáneamente, en sus capitales estatales respectivas el primer lunes después del primer miércoles de diciembre de un año eleccionario, para emitir sus votos. El siguiente 6 de enero, ante la presencia de ambas cámaras legislativas, es que se cuentan los votos electorales y se declara el ganador oficialmente.
Jamás en Puerto Rico se hubiera tolerado los procedimientos denunciados en el estado de Florida donde equipos de votación demostraron deficiencias desde el 1981. Hasta el New York Times denunció que el margen de error de dichos equipos era mayor que el de las encuestas sobre los posibles ganadores.
En los mismos EE.UU. hay fuertes críticas del sistema que en dos ocasiones anteriores ha producido el mismo efecto: en el 1876 y en el 1888 los ganadores del voto popular perdieron ante los ganadores del voto del colegio electoral.