Ciudadanos denunciaron el desarrollo ilegal y la invasión de la zona marítimo terrestre en La Parguera en Lajas. La estructura perteneciente a la familia Vargas-Llavona, quienes son suegros de la Comisionada Residente Jennifer González, figura entre las construcciones ilegales. Aún cuando el cuerpo de vigilantes realizó su función desde mayo, el poder político de las familias que invaden estos terrenos tuvo más fuerza.
En La Parguera hay unas 108 estructuras mal conocidas como casetas. Estas están construidas en terrenos de dominio público, en la zona marítimo terrestre y en un área de reserva natural y bosque estatal. La situación de las casas en la costa de La Parguera es un problema que refleja la dejadez del gobierno para hacer valer las leyes de protección de nuestros recursos naturales y bienes de dominio público.
El mollero político y la corrupción institucionalizada creó las condiciones para que estas familias, enchufadas con el gobierno de turno, obtuvieran desde la década del 60 números de catastro e instalación de servicios de agua y energía eléctrica, mientras evaden las querellas que el DRNA impone.
En junio y julio vimos la movilización de la ciudadanía para realizar limpieza y recuperación del área de mangle impactada y destruida por la caseta de la familia Vargas-Llavona. Una vez más el gobierno envió a la Policía de Puerto Rico a defender una estructura ilegal, lo que culminó en arrestos y cargos que aún están por verse en el Tribunal de Mayagüez. Según pasan los meses el periodismo independiente continúa desenterrando información importante sobre las personas envueltas en el desarrollo de las estructuras y privatización de la Parguera.
A principios de agosto el DRNA ordenó la demolición de la estructura perteneciente a la familia Vélez-Llavona e impuso una multa de $25,000. Aún falta por verse si efectivamente se hará valer la ley y se logrará recuperar el área del bosque de mangle y la bioluminiscencia de la Parguera. La ciudadanía y el pueblo deben continuar organizándose para defender los espacios colectivos. Debe continuar la denuncia y la lucha contra estos desarrollos que impactan la zona marítimo terrestre y zonas de alto valor ecológico, como lo son la Bahía Bioluminiscente y el Bosque Estatal de La Parguera.