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BREL1| Publicado el 19 agosto 2010
Vega Baja sufre de una política ambiental que amenaza con destruir sus costas y recursos de agua. Se amenaza la barrera costera natural del arrecife que se extiende desde el río Cibuco hasta la zona frontal de la Antigua Pista Tortuguero. Se eliminan mogotes, se tapan sumideros y se construye en la zona kársica aumentando la impearmeabilidad del terreno y por ende las inundaciones.
El Departamento de Recursos Naturales y la Junta de Planificación han aprobado proyectos ignorando la existencia de sumideros y mogotes en el área como el de Vega Serena bajo Aníbal Acevedo Vilá y el mega proyecto de Sábana bajo el gobierno de Luis Fortuño afectando más de 8 comunidades como Villa Pinares, Alturas, Las Granjas y Parcelas Márquez. Esta es una zona que en los mapas de FEMA está marcada en rojo como área que no es apta para vivir y menos para la construcción de edificaciones. El riesgo al colapso y succión de los sumideros al aumentar las escorrentías por la construcción e impermeabilización hacen del área una de alto peligro para las propiedades y la vida humana.
El gobierno trapiche exprime aún más. Proyectos que estaban detenidos, por su claro impacto ambiental negativo, ahora son aprobados. Ejemplo de esto es el mega proyecto turístico-residencial Playa Hermosa. Con un costo de más de $600 millones de dólares, tendrá para la venta unidades desde $250,000. Este proyecto atenta contra los recursos naturales del pueblo por su impacto en mangles, humedales y el daño de yacimientos arqueológicos en al área del Cibuco. Peor aún, en la comunidad de los Naranjos se agudizaría el problema de inundaciones que sufre. Esto por la inacción de las agencias de hacer el dragado del río Cibuco y del caño adyacente en un lugar donde los aguaceros hacen de las calles de los Naranjos una Venecia criolla. Y de Venecia pasaría a Atlántida en grandes eventos de lluvias o huracanes por la eliminación de las barreras naturales. Lo triste es que en este caso las comunidades y movimientos ambientales se organizaron, hicieron todo lo que se pide para oponerse al proyecto, incluyendo llevar recursos judiciales en el apelativo, pero tanto el ejecutivo como el poder judicial se plegaron ante el empuje de los desarrolladores aprobando lo irrazonable.
El guarapo que nos atosiga el gobierno se pone peor. Decide reevaluar un proyecto que ya había sido parado y denegado. En la playa Sarapa de Vega Baja pretenden construir de 6 a 8 torres de apartamentos cuyas escorrentías llegarán al mar. Y en su crasa insensibilidad van a inyectar aguas usadas en el subsuelo contaminando así las aguas subterráneas que también van al mar. Esto causaría la muerte de corales en peligro de extinción y el espacio de vivero de peces y mariscos. La muerte de corales afectaría los arrecifes que estarían expuestos a las rompientes pulverizándose. Se rompe la barrera natural dejando a las comunidades costeras expuestas a la marejada ciclónica arriesgando las vidas y propiedades del pueblo. Las comunidades aledañas no solo van a perder el uso y disfrute de una playa, sino que el proyecto atenta contra sus propias vidas. Ante la Junta de Planificación el grupo ambiental VIDAS (vegabajeños Impulsando Desarrollo Ambiental Sustentable) sometió una solicitud de reconsideración. Lo más probable es que la reconsideración será rechazada.
Ante este escenario la comunidad debe organizarse, para dar un alto a la destrucción y privatización de nuestras costas y el ambiente. Los ricos con complicidad del gobierno no pueden seguir poniendo en riesgo la salud y seguridad del pueblo privándolo del uso y disfrute de sus recursos. Hay que luchar, resistir y así parar la destrucción y privatización no solo de Vega Baja y sus costas sino en todo el archipiélago puertorriqueño.