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BREL1| Publicado el 21 noviembre 2009
El pasado viernes, 23 de octubre de 2009 se produjo un incendio en varios tanques de almacenamiento de gasolina, diesel y “jet fuel” en las instalaciones de la antigua refinería Gulf en Cataño. Este incidente conlleva efectos y consecuencias nefastas, tanto a corto, mediano y a largo plazo, que repercuten negativamente sobre los seres vivientes y el ambiente que los rodea.
Los posibles agentes contaminantes que puedan producirse a causa de esta explosión tienen efectos perjudiciales sobre el suelo, el agua y el aire, y por ende, sobre los seres vivientes que dependen de estos para su subsistencia.
Los hidrocarburos, principales componentes de los combustibles, predominan entre los agentes contaminantes atmosféricos. Estos tipos de compuestos pueden entrar a la atmósfera directamente o como subproductos de la combustión parcial de otros hidrocarburos. La combustión incompleta de la gasolina y de otros combustibles liberan cantidades significativas de compuestos orgánicos volátiles (tales como alcanos de cadenas cortas, alquenos, compuestos aromáticos) en la atmósfera. Los productos de petróleo, entre ellos la gasolina, son fuentes de muchos agentes contaminantes antropogénicos y contribuyen a enfermedades cardíacas y respiratorias.
En el caso particular del agua, esta pasa por un proceso conocido como ciclo hidrológico (evaporación, transportación, condensación, transpiración, precipitación) el cual se ve alterado debido a la contaminación. Al precipitarse el agua de lluvia, ésta arrastra consigo los agentes contaminantes, generados a causa de la combustión parcial o incompleta de los derivados de petróleo, los cuales percolan a través del terreno, pasando posteriormente por los acuíferos y su eventual desembocadura en el océano.
Por otro lado, durante el proceso de una reacción de combustión se produce CO2. A pesar de que este es un constituyente esencial del proceso de fotosíntesis, el mismo puede convertirse en un agente contaminante por su potencial como gas de invernadero que tanto afecta la capa de ozono.
A raíz de este suceso es imperativo cuestionarse: 1) la localización de este almacén de combustibles en un área residencial ya que afecta seriamente la salud de los recidentes; 2) el proyecto de permisología expedita que está a punto de implantarse que puede no considerar las repercusiones ambientales actuales y futuras en aras de un falso desarrollo; 3) los costos de incidentes como este y los efectos de la extinción, en el ambiente y en la salud, son absorbidos mayormente por el gobierno y las personas afectadas y 4) la evidente ausencia de un monitoreo y fiscalización continua por parte del Estado de instalaciones en las que pueden darse incidentes tan peligrosos como este, entre muchos otros aspectos.