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BREL1| Publicado el 3 febrero 2017
La determinación del Tribunal Supremo de Puerto Rico ha sido el más reciente triunfo contra el depósito de cenizas en el vertedero de Peñuelas. En resumen, refrenda la Ordenanza Municipal que lo prohíbe y que antes invalidara el Tribunal Apelativo.
No obstante, ambas determinaciones judiciales, al igual que las del Tribunal Superior de Ponce, no se dan en el vacío. Responden al decidido enfrentamiento de vecinos del barrio Tallaboa Encarnación para impedir el paso de camiones colmados de la nefasta carga. Ciertamente, la balanza judicial se ha inclinado; según la fuerza de los actores en pugna.
Frente a esta militancia, la alianza Applied Energy Systems (AES) y EC Waste Management han desplegado su poder económico e influencia política para pasarle por encima a dicha decisión y con sus camiones llevarse por delante a quien se interponga. Pero la realidad es más compleja que las apariencias y nos toca poner en perspectiva estos sucesos
Desde 2002, Applied Energy Systems (AES) de Guayama recibió luz verde de los gobiernos coloniales para galardonarse hoy día como la planta más contaminante de Puerto Rico en su historia. No es para menos, la carbonera produce el 16% de la energía eléctrica que vende a la AEE a cerca de $1 millón diario. Así, camiones con cientos de miles de toneladas salen a vertederos de Peñuelas, Ponce, Humacao y a otros clandestinos para deshacerse de la basura de la quema de carbón. Tanto la federal Agencia de Protección Ambiental (EPA) como la Junta de Calidad Ambiental y el Departamento de Salud conspiran en esta alianza contra el pueblo puertorriqueño. Y como el “pitcher” necesitaba un “cátcher”, EC Waste vio abiertas las puertas para un lucrativo negocio. Esta empresa opera los vertederos de Peñuelas y de Humacao.
Retomando con mayor intensidad el trabajo de oposición al transporte de cenizas que discurría desde AES Guayama al vertedero EC Waste de Humacao, en abril de 2015 se constituye la Alianza Comunitaria Ambientalista del Sur Este (ACASE) con vecinos de Guayama, Arroyo, Patillas, Maunabo, Yabucoa y Humacao. Comienza así la presión contra el paso de los camiones y contra el depósito de cenizas en el vertedero de Humacao. Al pretender entrar a depositar las cenizas en Peñuelas en julio de ese año, la oposición en Peñuelas se movilizó para impedirlo. Su experiencia militante contra los intentos del gasoducto les ha convertido en la vanguardia del proceso. La EC Waste respondiendo con interdictos que produjeron varios arrestos de desobedientes civiles no ha podido detener las protestas. El auge de la lucha en el sector ha logrado que frentes ambientales de Humacao, Peñuelas, Guayama y Salinas coordinen en conjunto acciones de presión a la EPA, JCA, gobiernos municipales y al gobierno colonial. Dándose a conocer en todo el país. El potencial de lucha que tiene la reanudación del trabajo político de base en el litoral sureste, toma en consideración la combinación de factores que ponen de manifiesto la contradicción fundamental: un choque de clases sociales en la colonia.
Los capitalistas norteamericanos dueños de AES y de EC Waste han logrado una formidable ganancia cobrando $350 millones anuales a la AEE. Y de paso, arrojando sus cenizas al pueblo que se los paga.
El negocio redondo de ambas empresas se monta sobre el modelo de explotación económica clásico en Puerto Rico. Las empresas multimillonarias norteamericanas se establecen con todas las ventajas y patrocinio del gobierno, mientras las comunidades más humildes sufren los efectos adversos al ambiente y a su salud. En su modalidad de privatización han ganado terreno supliendo servicios que antes eran públicos, hundiendo más al país en una deuda impagable.
En su movida más reciente colonial capitalista, la EC Waste y la AES lograron que dos congresistas enviaran una carta a Rosselló advirtiéndole que el impedir el depósito de cenizas en Puerto Rico viola disposiciones federales. No cabe duda que estos arrogantes charlatanes no toman en serio nuestra salud ni nuestro medioambiente, cuando de defender su bolsillo se trata. Esto anticipa conflictos en el futuro cercano que nos obliga a prepararnos para defendernos.