Más de cincuenta años han transcurrido desde que en Puerto Rico se celebrara por primera vez el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Una gesta que comenzó a principios de la década de 1970, impulsada por una alianza entre grupos sindicales, feministas e independentistas en la nación caribeña. El Frente Femenino del Partido Independentista Puertorriqueño fue el primer grupo en conmemorar el 8 de marzo de 1972. Dos años más tarde, la organización Mujer Intégrate Ahora (MIA) se sumó a este esfuerzo, consolidando así una tradición de rememoración y reivindicación que perdura hasta nuestros días.
La raíz de esta conmemoración encuentra su origen en un trágico episodio ocurrido el 25 de marzo de 1911 en la ciudad de Nueva York. En la fábrica Triangle Shirtwaist, 129 trabajadoras perdieron la vida en un incendio mientras protestaban por condiciones laborales injustas. Exigían aumentos de salarios, mejoras en sus condiciones de trabajo, reducción de la jornada laboral y ponerle fin al trabajo infantil. Gran parte de las trabajadoras en Triangle Shirtwaist eran inmigrantes y menores de edad.
Una versión de los hechos señala que las puertas fueron intencionalmente cerradas para impedir la salida de las manifestantes. Las escaleras de evacuación y las alarmas de incendio de la fábrica eran inservibles. Lo que provocó que un centenar de trabajadoras al quedar atrapadas dentro de un edificio en llamas, murieran asfixiadas o se lanzaran al vacío. Este suceso resalta la crasa negligencia de los propietarios, Isaac Harris y Max Blanck. Aunque la justicia apenas les impuso una insignificante compensación de 75 dólares a las familias de las víctimas, estos empresarios rápidamente retomaron sus prácticas de explotación.
El trágico suceso en Nueva York no sólo marcó un precedente en la historia de los derechos laborales en Estados Unidos, sino que resonó a nivel mundial, inspirando movimientos sindicales y de solidaridad que abogaban por condiciones de trabajo dignas y justas. Provocando un crecimiento exponencial en los sindicatos de las mujeres en la industria textil.
Medio siglo después, en Puerto Rico, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora sigue siendo un recordatorio de la necesidad de continuar la lucha por la igualdad de género, los derechos laborales, la autonomía de los cuerpos y la justicia social. Un legado de resistencia y solidaridad que perdura en la memoria colectiva y que sigue guiando el camino hacia un futuro más justo y equitativo para las mujeres trabajadoras.