El calentamiento global es una realidad y su causa no es otra que el propio sistema capitalista que produce mercancías para el beneficio económico de unos pocos. La solución al problema del calentamiento global está en la destrucción del sistema político y económico que crea y mantiene los problemas ambientales que sufrimos en el día a día.
La temperatura promedio del planeta tierra se ha incrementado en 1.1°C desde 1880, según la propia agencia espacial estadounidense NASA. Este incremento en temperatura se debe inequívocamente a la intervención humana y en específico a la emisión de bióxido de carbono producto del consumo de
combustibles fósiles. Según científicos de la NOAA, la acumulación de gases de efecto invernadero como el CO2 sobrepasa las 420 partes por millón, casi el doble del promedio terrestre durante varios milenios y 120 más que el máximo jamás registrado en el mismo periodo. La revolución industrial, la segunda guerra mundial, la agro-industria y la hiper-acumulación de riquezas de los últimos años en las manos de billonarios han marcado hitos en la emisión de bióxido de carbono a la atmósfera según se puede observar en los datos recopilados por el Observatorio de Mauna Kea en Hawái.
Los efectos del calentamiento global y el acelerado cambio climático están destruyendo la capacidad del planeta de mantener un clima adecuado para la supervivencia. No sólo las temperaturas máximas están alcanzando niveles insostenibles para los seres humanos y otras especies, sino que estas altas temperaturas crean una cadena de eventos asociados con la energía solar acumulada. La intensidad de huracanes, las grandes sequías y fuegos forestales, las lluvias torrenciales e incluso los inviernos exageradamente fríos son consecuencia de la inestabilidad climática causada por la acumulación de calor debida al efecto invernadero. Estos eventos extremos causan a su vez incrementos en la erosión costera, cambios en la flora y fauna oceánica. Las temperaturas extremas están derritiendo glaciares que permanecieron congelados por millones de años y hasta patógenos nuevos surgen como parte del deshielo.
Si bien todos debemos tomar conciencia del problema ambiental, no todos compartimos la misma responsabilidad sobre el daño. Han sido las grandes empresas petroquímicas, las empresas automotrices, las naciones industrializadas, el gran capital agrícola y los magnates de la generación eléctrica quienes han acumulado las ganancias exorbitantes detrás de este crimen ambiental. En ese sentido la llamada huella individual del bióxido de carbono busca transferir la responsabilidad a las víctimas. Hay que destacar que los países del llamado bloque soviético, e incluso algunos que aún hoy son dirigidos por partidos autodenominados comunistas, como China, han participado de este proceso de destrucción ambiental. Organizaciones socialistas de hoy, como el MST, han llamado a luchar por un socialismo con conciencia ambiental que no sólo cuestione el poder político y económico de la burguesía sino el ejercicio ético de la protección de los recursos naturales.