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BREL6| Publicado el 18 mayo 2011
Ni el viento, ni la lluvia, ni las vallas de la policía fueron suficientes para aplacar el ánimo de decenas de personas que se reunieron ayer 17 de mayo para conmemorar el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia. A la convocatoria del Comité Contra la Homofobia y el Discrimen (CCHD) se unieron diversas organizaciones LGBTT, feministas, socialistas y estudiantiles.
Exigiendo la completa separación entre Iglesia y Estado, el respeto a la diversidad y el fin de los discursos de odio, los manifestantes marcharon desde el Capitolio hasta la Fortaleza, pasando por la Catedral de San Juan para denunciar el contubernio entre el Gobierno y las denominaciones religiosas. En el Capitolio miembros del CCHD denunciaron la alianza entre los sectores fundamentalistas y conservadores, el Gobierno y los capitalistas para explotar y oprimir a los trabajadores y al pueblo pobre en general.
La imposición de la Ley 7, el despido de miles de empleados públicos, la imposición de la Cuota Especial en la Universidad y las interpretaciones retrógradas de la Ley 54 son ejemplos de cómo el Estado impone decisiones antidemocráticas para beneficiar a un puñado de privilegiados. Estas medidas, empeoran la situación de las personas LGBTT estudiantes, pobres y trabajadoras que, además de lidiar con la homofobia y la exclusión social, también son despedidas, tienen que pagar la cuota o no son protegidas por la Ley en casos de violencia.
Una vez la manifestación comenzó a dirigirse hacia la Catedral, la Policía colocó obstáculos y vallas intentando impedir el paso de la marcha. La policía que ya hemos visto golpeando y arrastrando trabajadoras, arrestando y manoseando a estudiantes, pretendía ahora negarle el derecho a las personas LGBTT para manifestarse libremente. Esta es la misma policía que se niega a investigar la violencia homofóbica e inventa subterfugios para criminalizar a las personas LGBTT. Sin embargo, la policía no tuvo éxito pues los manifestantes tomaron rutas alternas por las calles adoquinadas del Viejo San Juan. Una vez frente a la Catedral, los manifestantes corearon consignas y se besaron en las escalinatas para mostrar su afecto públicamente. La actividad culminó con mensajes de las diversas organizaciones presentes.
Adriana Mulero, portavoz de la Unión de Juventudes Socialistas (UJS-MST), manifestó el compromiso que debemos tener todos los revolucionarios con la erradicación de la opresión y discriminen hacia las personas LGBTT, en especial con aquellas que además sufren de la explotación capitalista y de la pobreza. La lucha contra la homofobia, y otras formas de discrimen, no puede darse de forma aislada, sino que debe ocurrir a la par con otras luchas reivindicativas y de transformación social. Debemos luchar por la lesbiana que llora encerrada en su cuarto por miedo a confesar su orientación a sus padres y quedar desprotegida. Debemos luchar por el homosexual que debe esconder su orientación sexual para poder conservar su trabajo. Debemos luchar contra esos sectores de la comunidad LGBTT que están bien posicionados y que callan o consienten el abuso para conservar sus posiciones de privilegio. Debemos luchar contra los enemigos que oprimen a las personas LGBTT, contra los enemigos que explotan a los trabajadores y se benefician del pueblo pobre.