Frente a la ola de feminicidios y violencia de género que ha exacerbado la pandemia, un grupo de activistas, organizadorxs y miembrxs de la comunidad nos hemos autoconvocado para denunciar la ineficiencia e ineptitud de la Oficina de la Procuradora de las Mujeres.
En lo que va de año se han documentado 40 femicidios, 53 denuncias de mujeres y niñas desaparecidas; decenas de “rape kits” sin procesar y casos de violación sin investigarse. Para colmo, la información que existe y circula es fruto del arduo esfuerzo de organizaciones ajenas al gobierno, puesto que, el Negociado de la Policía y las agencias gubernamentales han retrasado, tergiversado y creado más dolor durante estos procesos.
Puerto Rico ha sido víctima de desastres y de crisis políticas incesantes en el marco de un estado de excepción colonial, lo cual ha encarecido la vida de los sectores más vulnerables. Sabemos, que la pobreza y la precarización tiene una relación directa con el aumento en la violencia de género. No obstante, ante esta coyuntura, la respuesta del Estado ha sido inexistente.
La Oficina de la Procuradora de las Mujeres y el Gobierno de Puerto Rico, tienen la responsabilidad de atajar la violencia estructural, de crear política pública para contrarrestarla y así garantizar la seguridad y bienestar de las víctimas. Sin embargo, el Estado no solo ha sido negligente sino que activamente ha reproducido, sostenido e invisibilizado la violencia contra las mujeres del país.
Ante estas circunstancias de atropello y violencia machista por parte del gobierno, ante la insistente amenaza y los atentados diarios contra nuestras vidas, no nos quedamos calladxs y tomamos acción directa.
Exigimos un Estado de Emergencia inmediatamente. Exigimos que se implemente una educación con perspectiva de género. Exigimos justicia para la compañera Nicole que sufrió un horroroso ataque el jueves pasado. Exigimos justicia para las mujeres que han sido asesinadas, desaparecidas, violadas, violentadas y agredidas este año. Exigimos que los procesos de investigación y dilucidación de estos crímenes se den con prontitud y eficacia, y que sean procesos transdisciplinarios y se centren en las víctimas. Exigimos que se redirijan los fondos asignados a la policía a sectores comunitarios, profesionales de salud, consejerxs, especialistas de trauma, etc, para manejar casos de violencia de género. Exigimos apoyo en la creación y capacitación de mesas y grupos sociales comunitarios para el cuidado colectivo.
Estamos hartxs de que nos violenten, agredan, violen, desaparezcan, maten. Estamos hartxs de despertar a leer nombre tras nombre de compañeras que nos arrebataron. Estamos hartxs de tener miedo. Estamos hartxs de esperar. Estamos hartxs de mendigar justicia. Estamos hartxs de ser valientes. Queremos ser libres.