Los nuevos recortes en la UPR, el cierre de recintos y la pobreza

| Publicado el 9 diciembre 2019

Yolanda Rivera

Bandera Roja

La gobernadora de Puerto Rico nos dice que los recortes a UPR son inevitables. En estos recortes, serán lxs estudiantes quienes sufrirán más con menos servicios, menos cursos y menos ayudas económicas. También sufrirán lxs profesores con contrato de servicio con menos cursos, lxs empleadxs no docentes sin plaza pues no se les renovarán los contratos, y quienes tienen plaza por la sobrecarga de trabajo. Sufriremos todxs cuando nos aumenten el Plan Médico por más de $200 mensuales en el mes de mayo, cuando nos destruyan el Retiro y lo conviertan en planes individuales de ahorro. Nadie en las altas esferas de la administración ni de lxs contratistas sufrirá. 

Hay pobreza, carencia e inseguridad en la comunidad universitaria. La administración lleva años cultivando este sentido de inseguridad entre lxs miembros de la Universidad con recortes constantes y anuncios de precariedad. A esto se añade la propaganda masiva de la Junta de Control Fiscal y de sus economistas lacayos, quienes tratan de convencernos de que debemos ajustarnos a estos cambios y aceptar la crisis, la precariedad, para poder salvarnos. Algunos casos de administraciones anteriores que han impulsado esta ideología incluyen, por ejemplo, en 2010-2011, cuando la administración puso varios programas en moratoria. Otro caso es el del 2005, cuando el entonces gobernador Acevedo Vilá inició una campaña para convencernos de que no había dinero para nómina.

Este sentimiento de inseguridad se expresa entre muchxs empleadxs y estudiantes que están convencidxs de que es mejor no protestar, no hacer huelga, porque esto sería la excusa para cerrar recintos. Nos trataron de convencer de que la acreditación estaba en peligro, según la Middle States, por las huelgas. Sin embargo, en el Plan Fiscal (2018) propuesto por la alta administración universitaria, el cierre de recintos no se dará por una huelga, sino por los recortes, la supuesta ineficiencia y falta de matrícula. El Presidente de la universidad, Haddock, ya anunció el cierre de recintos por el recorte de 81 millones de dólares propuesto por la Junta de Control Fiscal. Las mentiras sobre el cierre por las huelgas les sirvieron para convencernos de que no tuviéramos huelgas ni protestas. Y ahora, ¿qué estamos esperando?

Lxs administradores de la UPR, que trabajan para la Junta de Control Fiscal y las corporaciones, no necesitan una huelga como excusa para cerrar recintos, sino sólo decir que hay que cerrar los departamentos y programas de los recintos pequeños por falta de dinero o porque no cumplen con la retención y graduación esperadas. De hecho, el Plan Fiscal proyecta una reducción de 6,000 estudiantes en la matrícula y de 1,500 esacarlxs. ¿De dónde van a sacarles? De los recintos más pobres, los recintos pequeños. En la página 23, el Plan Fiscal describe el cierre de programas y la relocalización de empleadxs por área de especialidad. En la página 24, dice que los recintos pequeños (Aguadilla, Arecibo, Bayamón, Carolina, Ponce, Utuado, Cayey y Humacao) tienen el mayor número de programas que no cumplen con los número de graduación y retención (The smaller campuses: Aguadilla, Arecibo, Bayamón, Carolina, Ponce, Utuado, Cayey, and Humacao proportionately have the highest No Compliance findings).

¿Y quiénes estudian y trabajan en estos recintos? A diferencia de los recintos grandes (Mayagüez, Río Piedras y Ciencias Médicas), muchos recintos pequeños tienen una mayoría de profesores pobres por contrato (como Carolina) y la mayoría de lxs estudiantes que van a estos recintos son pobres y no se gradúan de escuelas privadas. Por ejemplo, cerca del 75% de lxs estudiantes que se gradúan de estos recintos vienen de escuelas públicas, mientras que sólo el 46% de quienes estudian en Río Piedras son de escuelas públicas. Pero eso no quiere decir que lxs estudiantes de Río Piedras o Mayagüez y otros recintos grandes no sufran. Se sabe que un gran número de estudiantes pasa hambre; hay comedores sociales y organizaciones comunitarias en muchos recintos que tratan de que lxs estudiantes tengan por lo menos una comida caliente al día.

El primer semestre del año 2018-2019, lxs estudiantes sufrieron un aumento de 200% en su matrícula. En este año (2019-2020), hubo otro aumento. De acuerdo a un informe del Senado (la comisión dirigida por Rossana López), para el 2015, el 42% de lxs estudiantes a nivel subgraduado y 19% graduado vivía bajo el nivel de pobreza. Esto ha crecido con los aumentos de matrícula, que no permite que les sobre dinero a lxs estudiantes de la beca para poder comer y pagar hospedaje. A esto se suma el cierre de Torre Norte, el hospedaje universitario más barato, dejando en la calle a casi 400 estudiantes, para darle un contrato a una constructora y después privatizarla. Añádese también que cerrarán Resicampus más tarde este año. Esto repite la historia de Plaza Universitaria: construida por fondos públicos y administrada por Desarrollos Universitarios Inc. (DUI), en la cual se proyecta un gasto de 270 millones de dólares en 20 años.

¿Y quiénes se benefician de la pobreza de los estudiantes? Los bancos. La UPR se acerca al nivel de préstamos que toman lxs estudiantes de universidades privadas, quienes se estima eran 50,000 estudiantes en 2015.

Los bancos y la pobreza estudiantil

Los aumentos de matrícula y los préstamos estudiantiles van de la mano. Corporaciones como Sally Mae se llenan los bolsillos de la deuda más escandalosa en educación en los Estados Unidos. Se indica que lxs estudiantes norteamericanos deben 3,000 trillones de dólares en deuda estudiantil (three trillion). En Puerto Rico, lxs estudiantes salen con deudas que no pueden pagar pues no hay trabajo.

El banco Santander se lucró y participó en la emisión de 61.2 mil millones de dólares en bonos de los 70 mil millones que debe el gobierno. Más de mil millones terminaron en manos del Banco Santander. Y es precisamente este banco uno de los que se lucrarán del aumento en la matrícula. La división de Stafford Loans del Banco Santander tiene que estar muy feliz. Subirán la matrícula en un 30% y  tendrán a miles de estudiantes endeudadxs. 

Puerto Rico ocupaba el lugar #17 en préstamos estudiantiles en los EE.UU. en 2015 (Alice H. Abboud Chalhoub & Cristal Matos Corporán, en su artículo 2015 The Whys and Wherefores of Student Debt in Puerto Rico, Ingenios,  21). Y es que la Universidad sólo asigna 30 millones de ayuda económica a sus estudiantes. El crédito en el 2015 costaba $53 dólares, mientras el promedio en la universidades privadas es de $205 por crédito; sin embargo, con el aumento de matrícula, esto subirá exponencialmente. Esto se empeorará con la eliminación de las exenciones de matrícula. ¿Cómo van a pagar lxs estudiantes sino no endeudándose más, como ocurre en los Estados Unidos? Si en 2018 un 28% de lxs estudiantes tenían préstamos, ¿se imaginan lo que pueden estar pensando lxs directivxs del Banco Santander de esta población con estos aumentos de matrícula?

Stiglitz (2013) ha señalado que la deuda de préstamos estudiantiles será la próxima gran crisis del capital. Por ejemplo, Fitch Ratings ha indicado que una tercera parte de los préstamos estudiantiles sufren atrasos en los pagos. Muchxs estudiantes terminan de pagar sus préstamos cuando tienen 49 años. La edad de retiro promedio es de 62 años. Si fueran 30 años de trabajo, aquellxs que se endeudan pasan más de la mitad de su vida productiva (56%) pagando préstamos estudiantiles. Si esta es la situación en Estados Unidos, pueden imaginarse qué pasará en Puerto Rico, con un desempleo de más del 50%.

Otros grandes beneficiados son las tarjetas de crédito que emiten los bancos. A diferencia de lo que reclaman las noticias, la mayor parte de los estudiantes en Puerto Rico usa el dinero de préstamos y tarjetas de crédito para comprar comida (86%) (Alice H. Abboud Chalhoub & Cristal Matos Corporán), otro 65% para gastos de carro,  51% para ropa y zapatos, 45% para educación y 40% para gastos médicos. Sólo 6% se usa para gastos superfluos. Esto indica cómo la pobreza arropa a nuestrxs estudiantes, que toman préstamos estudiantiles o usan sus tarjetas de crédito para poder comer. Y estxs no son lxs estudiantes con bajo promedio, que no pueden recibir más ayudas por mérito; el 70% de estxs estudiantes tienen entre 3.00-4.00 de promedio. 

Pero no son sólo lxs estudiantes quienes toman préstamos y usan tarjetas de crédito. Lxs profesorxs por contrato y lxs empleadxs no docentes tienen que usar las tarjetas y los préstamos para sobrevivir.

Lxs empleados pobres

Tanto la presidencia actual del sistema, como la anterior, se han encargado de diseñar el desmantelamiento de la UPR para el gobierno. Ajustes propuestos por Freytes como presidente, incluían reducciones de: 28% del plan médico, 47% del bono de Navidad, la eliminación total de ayudas de estudios, 25% a bonificaciones para puestos administrativos, y 50% a sustituciones de tareas.

Peor es la situación de lxs profesorxs y empleadxs no docentes con contrato. Se les han recortado las secciones de clase y no se han renovado los contratos de empleadxs no docentes.

El informe concluye que el 26% de los programas académicos de la UPR “tienen baja efectividad”. Se sugieren traslados en los Principios 6 y 7 (Transferir y Fortalecer). De hecho, la Junta de Control Fiscal exige (Borrador de plan fiscal: Consideraciones y conversaciones, sometido por la expresidenta interina de la UPR) el despido de empleadxs docentes y no docentes: “Ajuste tamaño de plantilla de empleados docentes y administrativos y la reducción en costos operacionales y de mantenimiento.”

En este mismo informe, señala la administración que la nómina y aportaciones patronales constituyen el 59.3% del presupuesto. Increíblemente, el gobierno, creador junto a los bancos y los grandes intereses de la crisis actual, nos dice que la crisis la creamos por trabajar y recibir un sueldo

El gobierno de Puerto Rico nos bombardea con propaganda para convencernos de que necesitamos una universidad corporativa, donde la demanda, el ingreso y la productividad son los “principios” que deben guiarnos. La administración universitaria colabora en estos momentos con el gobierno para lograr “eficiencias” y “ahorros” en la Universidad. Y los economistas que el gobierno alquila — Estudios Técnicos, Inc., Gustavo Vélez, etc. — quieren legitimar lo que Noam Chomsky llama “la ideología de la precariedad” con la intención de imponernos el modelo de universidad corporativa. 

Este modelo ha dominado las decisiones de las administraciones universitarias en los Estados Unidos en las últimas décadas. La implementación del modelo de universidad corporativa afecta a lxs empleadxs con la contratación de empresas privadas para sustituir a lxs empleadxs de carrera, y a lxs estudiantes con aumentos de matrícula y endeudamiento de por vida. La ideología de la precariedad es lo que otros han llamado “la filosofía de la miseria”: debemos aceptar la miseria como única opción.

La precariedad y el miedo

La universidad corporativa tiene como fin el lucro y la eliminación de programas no “productivos”,  cuyxs egresadxs son pocxs o no consiguen trabajo. Este modelo se opone al de una universidad en que las necesidades de las comunidades determinan qué programas están vigentes. Sin embargo, una forma más siniestra de destrucción de la educación pública asoma su cabeza en Puerto Rico: la desarticulación total de la educación pública desde primaria hasta la universidad. A la UPR se le eliminará más de la mitad de los fondos, lo cual la dejará inoperante. El equivalente en las escuelas públicas es el cierre masivo de escuelas, la privatización del sistema público y el mantengo a las escuelas privadas con los vales educativos que la Legislatura aprobó, y que propuso el equipo del otrora gobernador con Julia Keleher, y cuyos planes continúa el Departamento de Educación aunque fuera acusada de corrupción a nivel federal. 

En esta coyuntura,  debemos reclamar que la Universidad y toda la educación pública cuente con los fondos que necesita. Debemos reclamar que la educación es un derecho, no un privilegio, y que la Universidad debe ser accesible para todxs. 

Debemos rechazar todo aumento a los impuestos o aumentos en los costos universitarios para una población que ya vive bajo el nivel de pobreza (49%); y reclamar que las grandes corporaciones y los bancos paguen más. El 4% de impuesto que pagan las corporaciones está pareado por un 4% de exención que reciben en los EEUU. Los bancos apenas pagan un 0.3% de sus ganancias. ¿Por qué lxs contribuyentes llevan la carga mayor?

Debemos rechazar todo cambio en las condiciones de trabajo, así como la contratación de empresas privadas para sustituir a empleados de plantilla.

Es importante rechazar la ideología de la precariedad, y desenmascarar las intenciones del Gobierno y la Administración universitaria tras su llamado a la “eficiencia” y la “rentabilidad”. 

Debemos perder el miedo a levantarnos y protestar porque el miedo es, precisamente, lo que va a permitir que nos “pasen el rolo” en la Universidad. Basta de mentiras sobre la huelga como la causa del cierre de recintos. ¡Hagamos huelga para que NO cierren los recintos!

Finalmente, debemos rechazar los planes fiscales del Gobierno, de la Junta y de los bonistas, a quienes la pobreza y la carencia de nuestro pueblo y lxs estudiantes, la pérdida de empleo, la pobreza de lxs jubiladxs y la pérdida de cubiertas de salud de lxs más necesitadxs les parecen “inevitables”, como a nuestra gobernadora vendida a los intereses de la Junta de Control Fiscal. 

Carrión III, tras su reunión con lxs estudiantes durante la huelga de 2017, indicó que ellxs tienen “otra visión de la Universidad”. Otra visión: la visión de la derecha corporativa, que incluye la privatización del sector público, la apropiación de dinero del Estado por entidades privadas y la mano suave con la corrupción.

 A él y los administradores de la UPR les contestamos: tenemos otra visión de la Universidad. Esta será la Universidad sin recortes, la Universidad accesible, con seguridad de empleo, la Universidad pública, no de los bancos ni de los contratistas. Esta es la Universidad de los 11 recintos, una UPR.