Puerto Rico y el capitalismo del desastre

| Publicado el 1 septiembre 2019

Desastre natural y desastre político a dos años del huracán María

Yolanda Rivera
Bandera Roja

A raíz del huracán María, la clase trabajadora sufrió mucho la falta de luz, agua, techo, la pérdida de seres queridos y muchos otras cosas. Pero también sufrimos la pérdida de nuestros empleos, el cierre de las escuelas públicas, las multas del autoexpreso, el aumento en los costos de matrícula en la Universidad de Puerto Rico, el aumento de precios en la comida, la luz y el agua, y mucho más. Si sufrimos un desastre tan terrible, entonces, ¿por qué el gobierno y la Junta de Control Fiscal quieren asfixiarnos, destruir nuestra economía y nuestros servicios públicos? ¿No deberían darnos más y quitarnos menos?

Cuando nos hacemos estas preguntas, pensamos desde la solidaridad. Pero no podemos esperar lo mismo del gobierno ni de la Junta porque ambos trabajan para los ricos, no para las/los puertorriqueños de clase trabajadora. Y, a los ricos, solo le importa el dinero, aunque esto signifique matarnos de hambre. Aprovechan lo que pasó después del huracán para quitarnos todo. A esto, Naomi Klein le llama “el capitalismo del desastre”.

En Louisiana, esto pasó también después del huracán Katrina. El gobierno y los ricos conspiraron para privatizar las escuelas públicas y para privatizar la vivienda pública y destruir los residenciales. En Tailandia, pasó después del maremoto. Privatizaron las playas, tal y como Ricky quiere hacerlo ahora con las áreas naturales y el cambio de clasificación de los terrenos públicos. 

Pero no nos creamos que esto solamente pasa después de un desastre natural. El capitalismo muchas veces ha creado artificialmente una crisis para privatizar y empobrecer a la clase trabajadora. Antes de María, Ricky Rosselló ya nos decía (El Nuevo Día, 13 de mayo de 2017) que había que recortar gastos en el gobierno. No tiene que ocurrir un desastre natural para que los ricos destruyan lo poco que tiene la clase trabajadora; pero el desastre natural es la oportunidad perfecta para que los capitalistas les arranquen a los trabajadores lo poco que tienen porque la gente está muy ocupada con sobrevivir.

El capitalismo del desastre es el capitalismo de siempre. El capitalismo se levanta sobre el desastre para la clase trabajadora.

En estas crisis, son lo más pobres, como las mujeres, los de mayor edad y los niños, quienes más sufren. Tras el huracán María, no solo muchas mujeres trabajadoras perdieron su trabajo, sino que muchas tuvieron que lidiar con condiciones de supervivencia extremas, sin luz y agua y con niños pequeños que cuidar. 

La crisis de la deuda y cómo mantener las ganancias a costa de los trabajadores

Antes del huracán, ya los bonistas habían creado una crisis. Para lograr ganancias con sus préstamos, el gobierno norteamericano nombró a una junta de ricos para cortarle beneficios a la clase trabajadora. En Puerto Rico, la Junta de Control Fiscal y el gobierno de Ricky van destruyendo nuestra economía y nuestras vidas. El mejor ejemplo de que la Junta no está buscando mejorar la economía es el hecho de que quería eliminar la Ley 80. Esta ley representa unos derechos ganados por la clase trabajadora durante el siglo XX.

Samir Amin, decía en el 2003 (Más allá del capitalismo senil), que los ricos capitalistas tienen que encontrar una salida al exceso de ganancias que tienen, porque, si no lo hacen, estas ganancias pierden valor. Esta es SU CRISIS, que quieren solucionar creándole una CRISIS NUEVA a los trabajadores. Así que buscan la salida destruyendo la vida de millones de personas. Para lograrlo, hacen seis cosas, según Amin:

  1. 1. Quitan los derechos sindicales
  2. 2. Eliminan los controles para mantener un salario mínimo
  3. 3. Eliminan los controles de precios
  4. 4. Reducen el gasto público (recortes a la UPR, los CDT, las agencias del gobierno)
  5. 5. Privatizan
  6. 6. Liberalizan las relaciones con el exterior 

Estas medidas, que se presentan bajo el nombre de “neoliberalismo” se basan en la mentira de que, al liberalizar las regulaciones para hacer negocios, quitarles derechos a la clase trabajadora y pasar el dinero del estado a manos privadas, la economía mejora, llega a un balance naturalmente. Pero en el capitalismo NUNCA hay un balance pues el capitalismo, de por sí, no tiene nada que lo regule, no hay planificación ni orden. Así, los trabajadores siempre pierden bajo el neoliberalismo pues ellos se volverán más pobres cuando los ricos se apoderen de todos los servicios del gobierno.

Pero también sabemos que para evitar que la gente se levante, buscan la manera de aplastar a la gente, perseguirla, encarcelarla, poner en peligro su trabajo o su jubilación. Esto, junto a la “doctrina del shock”, dice Naomi Klein (2000-La doctrina del “shock”), mantiene a la gente paralizada ante lo que está pasando.

El trauma o “la doctrina del shock” y el capitalismo del desastre

¿Y cómo es posible que todo esto siga pasando sin que nos levantemos a luchar contra ellos? Lo que hace el gobierno de Ricky y Rivera Schatz y la Junta de Control Fiscal es aprovechar el “shock”, la crisis que nos ha creado el huracán, para tirarnos con todo, quitarnos todo a la vez; de tal manera que con estos golpes no podamos ni reaccionar. 

El gobierno empezó por imponer un toque de queda para limitar nuestras vidas tras el huracán. Luego, vino la escasez de alimentos, agua y baterías. En el mes de agosto de 2018, la prensa nos había mostrado que los vagones de ayuda que debía repartirse entre la población, fueron escondidos por la Guardia Nacional. 

Luego tuvimos la tardanza en reponer el sistema eléctrico. A más de once meses del huracán, no todos los puertorriqueños tenían luz. Durante lo peor de la crisis, el gobernador se dedicó a entregar los bienes públicos a manos privadas: Energía Eléctrica, las escuelas públicas, la transportación pública y las pensiones.

La privatización de la energía eléctrica ya había empezado con la contratación de co-generadoras privadas, como la carbonera AES, que generan energía con el combustible que el pueblo paga en sus facturas.

 La privatización del sistema educativo público, desde el kínder a la universidad, ha sido el sueño de los ricos desde el tiempo de Roselló, padre. Para lograr la privatización, el gobierno de Ricky ha cerrado más de doscientas escuelas, ha creado un sistema de escuelas chárter y el mantengo de escuelas privadas con los vales educativos que la legislatura aprobó y que propuso el equipo del gobernador con Julia Keleher, profesora de negocios de la Universidad de George Washington y fundadora de Keleher & Associates. No cuenta con trasfondo como educadora de sistemas K-12. La secretaria es miembro de la Junta de Gobierno de la UPR y participa, no solo en la privatización del sistema escolar, sino de la corporatización de la UPR.

El aumento excesivo de los pasajes a Vieques y Culebra viene con la privatización del sistema de lanchas a las islas municipio. Las pensiones de los maestros, servidores públicos y empleados de corporaciones penden de un hilo. De un sistema donde el patrono aportaba parte del dinero para la pensión, nos mueven a un sistema de “ahorro”, que va a llevar a los pensionados a mayor pobreza. Lo irónico de todo esto es que quienes quebraron el Sistema de Retiro fueron dos bancos (el Banco Popular y UBS) en acuerdo con la Administración de Sistemas de Retiro (Noticel, 22 de agosto de 2018). Y son los bancos los únicos que se benefician del sistema de ahorro, porque son los bancos los que venden estos productos. Ahora mismo, los viejos quedarán desprovistos, ya que los municipios y las corporaciones públicas no han pagado 513 millones de dólares que debían pagar al Sistema de Retiro (El Nuevo Día 18 de julio de 2018).

A todo esto se añade la imposición de leyes a la trágala:

  1. 1. La eliminación de la Ley 80
  2. 2. La reforma del sistema universitario público con un aumento en la matrícula y el cierre de recintos
  3. 3. La imposición de un nuevo código civil para favorecer las iglesias que contribuyen al PNP
  4. 4. La Ley para la expropiación forzosa (Ley 926).
  5. 5. Entre otras leyes que eliminan y permiten la privatización de reservas naturales.

El primer semestre del año 2018-2019 en la UPR, las y los estudiantes sufrieron un aumento de 200% en su matrícula. A la UPR se le eliminará más de la mitad de los fondos, lo cual la dejará inoperante. La división de Strafford Loans del Banco Santander tiene que estar muy feliz. Subirán la matrícula y ellos tendrán miles de estudiantes endeudados/as. 

Puerto Rico ocupaba el lugar #17 en préstamos estudiantiles en los EEUU en 2015 (Abboud Chalhoub & Cristal Matos. 2015. The Whys and Wherefores of Student Debt in Puerto Rico, Ingenios,  21). El crédito en el 2015 costaba $53 dólares, mientras el promedio en la universidades privadas es de $205 por crédito; sin embargo, con el aumento de matrícula, esto cambiará radicalmente. Esto se empeorará con la eliminación de las exenciones de matrícula. ¿Cómo van a pagar las y los estudiantes, sino endeudándose más como ocurre en los Estado Unidos? 

De hecho, Joseph Stiglitz (2013) ha señalado que la deuda de préstamos estudiantiles será la próxima gran crisis del capital. Muchos estudiantes terminan de pagar sus préstamos cuando tienen 49 años, pasan más de la mitad de su vida productiva (56%) pagando préstamos estudiantiles. A diferencia de lo que reclaman en las noticias, la mayor parte de las y los estudiantes en Puerto Rico usa el dinero de préstamos y tarjetas de crédito para comprar comida (86%). Esto indica cómo la pobreza arropa a nuestros estudiantes, que usan sus tarjetas de crédito para poder comer.

Por otra parte, los fondos solicitados al gobierno federal para la reconstrucción, les permitirá a los alcaldes quitarles las casas a la gente pobre que vive en las playas y otros lugares de desarrollo turístico para lucrar a los amigos del alma, a los que contribuyen a las campañas políticas. No es de extrañarnos que FEMA, la agencia que ha dado cientos de contratos a compañías privadas, busque se gestionen títulos de propiedad para los que no los tienen, ya que así se justifica la expropiación. Más aún, el gobierno ha desprovisto de fondos a las organizaciones del G8, que buscan proteger derechos propietaros de los pobres.

Aunque este gobierno y la Junta ejercen su violencia contra toda la clase trabajadora, poniéndole luz a los sectores más pudientes y dejando a los trabajadores y los viejos a su suerte, cerrando las escuelas, arrastrando los pies para proveer ayudas, es cierto también que quienes tienen que sufrir la carga más pesada de la crisis son las mujeres, los viejos pobres y los niños. Debemos señalar, además, cómo se ha disparado la violencia contra la mujer, los crímenes sexuales y los asesinatos de pareja. 

En medio de este desastre, ha sido más que claro que el gobierno trabaja para los ricos, tanto el gobierno federal como el local. ¿Dónde está la ayuda? FEMA se ha dedicado a acusar de fraude a los pobres que solicitan ayuda. El gobierno local y el cuerpo de ingenieros se han dedicado a darles contratos multimillonarios a compañías privadas como White Fish y Flour. Y, a pesar de tanto dinero, un año después del huracán, todavía hay gente sin luz.  Los recientes escándalos de contratos de cientos de miles de dólares a La Secretaría de Educación, Julia Keleher (250,000), al Comisionado de Seguridad Pública, Héctor Pesquera (250,000), a Jorge Haddock (240,000), nuevo presidente de la Universidad de Puerto Rico, al funcionario de Turismo que trabaja para la compañía DMO (350,000) demuestran que sí hay dinero para hacer más ricos a funcionarios de la alta jerarquía en el gobierno. Mientras tanto, Natalie Jaresko (quien gana 650,000) pide más recortes para la clase trabajadora con una reforma laboral peor que la ya aprobada. 

La doctrina del shock se inició antes de María; pero ha implementado con toda su fuerza después de esta tragedia. Pero hay grandes intereses, mucho dinero envuelto en estas medidas del gobierno y la Junta. No son medidas de austeridad, sino medidas de saqueo. Este es el capitalismo del desastre.

La derecha de Estados Unidos, los grandes intereses y el gobierno

¿Y qué dicen los economistas? ¿No están todos de acuerdo con el Plan de la Junta? Stiglitz, ha dicho que estas medidas de austeridad, que son peores que las que causaron la debacle económica en Grecia, serían nefastas, contraproducentes y que los recortes serían negativos para la economía del país. 

En la antesala de recortes masivos en los servicios médicos para los pobres, la educación pública y el retiro de los puertorriqueños, el gobernador Ricardo (Ricky) Rosselló le ofreció una charla el 24 de abril al Heritage Foundation. José Carrón III, jefe de la Junta de Control Fiscal, viajó poco después a darle una charla a este grupo de ultraconservadores. Por otra parte, Andrew Briggs, miembro de la Junta, está entre los dirigentes del American Enterprise Institute. Estas organizaciones son los llamados “think tanks”, que impulsan las políticas de quitarles dinero a las instituciones públicas de los EEUU para pasarlo a entidades privadas, subirles los impuestos a los trabajadores y bajarles los impuestos a los ricos. Son los ideólogos del neoliberalismo.

El gobierno ha propuesto un plan fiscal que recorta 450 millones de dólares del presupuesto de la Universidad de Puerto Rico y más de 1,000 millones de dólares del sistema de salud pública (Mi Salud); mientras le da 500 millones en subsidios a Monsanto. El mismo plan fiscal que reduce los fondos públicos, también les reduce 1,000 millones de dólares en impuestos a las corporaciones foráneas (Act 154, p.11 Certified Commonwealth Fiscal Plan).

Por otro lado, la propaganda sobre la “crisis” justifica el asignar una parte importante del presupuesto a pagar la deuda con los inversionistas, aun cuando gran parte de esta deuda consista de los intereses y no del principal. Las “ideas” de la Junta de Control Fiscal y Natalie Jaresko no son nada originales, sino que repiten como papagayo el discurso de la derecha multimillonaria que controla a los congresistas en los EEUU.

El Congreso republicano de los Estados Unidos, con Marco Rubio, aliado de Jennifer González, nos impuso PROMESA. Este ente colonial representa los intereses de los bonistas y de quienes quieren privatizar los planes de retiro. Los Koch, que tienen el American Future Fund,  60+, planes de retiro con ahorro individual, propusieron la privatización del Seguro Social, sustituyéndolo con los planes de retiro con ahorro individual y sin aportación patronal. 

Hay muchos grandes intereses que tienen bonos en la isla y tratan de manejar el gobierno. Está Ken Griffith, fundador de CITADEL, dueño de inversiones en el Banco Popular de Puerto Rico y First Bank. Robert Mercer, de Reinassaince Techonologies (donante de los hermanos Koch) y Dick Weiss, de Wells Capital Management, ambos tienen bonos en Puerto Rico.

La gente trabajadora ha sufrido mucho después del huracán pues, en realidad, nos azotaron cuatro huracanes: Irma, María, el gobierno de Ricky Rosselló y la Junta de Control Fiscal.

Entonces, podemos preguntarnos qué hacemos tras el desastre, ¿qué alternativa tenemos? Tenemos ejemplos históricos de que la situación de las trabajadoras y los trabajadores puede ser diferente bajo el socialismo. Necesitamos cambiar este sistema en que mandan los que se roban la riqueza que producen otros. Necesitamos un sistema donde mande la gente que trabaja, la que produce la riqueza. Ante esto, debemos salir del “shock” y sacudirnos, El Verano Combativo demostró la fuerza de la gente cuando lucha en la calle. Debemos rechazar las medidas tomadas por el gobierno bajo el capitalismo del desastre, y escoger la lucha y la solidaridad.