| Publicado el 29 octubre 1999
En las últimas semanas se ha visto un desfile de datos de como se ha utilizado el dinero del pueblo en la Reforma de Salud. Ya no solo es la venta en baratillo de los Centros de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) y hospitales. Las aseguradoras no temen afirmar: «La Reforma es un buen negocio, por eso estamos en ella», como dijo José Cuevas, presidente de United Health Care.
Para Humana la reforma representó 92% de los ingresos totales recibidos por concepto de primas en el 1998, Triple S ha duplicado sus activos desde que entró a la Reforma en 1995 y 37% de sus ingresos en el 1998 fueron de la reforma. El Dr. Carlos Muñoz, presidente de Triple C (subsidiaria de Triple S para la Reforma), ha dicho que la misma no solo es un buen negocio por el volumen de suscriptores, sino por el poder de negociación que tiene la aseguradora con los grupos médicos. Esto repercutirá eventualmente en los planes privados, en el afán de las aseguradoras por controlar costos y maximizar la ganancia.
El Gobierno pagó en primas a United Health Care $121 millones en el 1998 y esta solo gastó $114 millones, Triple S recibió $307 y pagó $270, Humana recibió $253 y pagó $256, la Cruz Azul recibió $63 y pagó $58. Entre las cuatro compañías se quedaron con $76 millones en ganancia. Mientras tanto, los médicos se quejan de que las aseguradoras no les pagan, por lo que periódicamente paran el servicio. En el medio de la controversia están los pacientes que en distintas instancias se han quedado sin servicio.
Otros pulpos económicos en la Reforma lo son las farmacéuticas. Aunque era razonable pensar que sus ganancias disminuirían con la reforma, por ser un plan de control de costo, la realidad resultó distinta. Datos ofrecidos por el ex-representante independentista David Noriega revelan que las ganancias han aumentado. Antes de la Reforma, el Departamento de Salud, gracias al enorme volumen de compra, adquiría las medicinas más baratas con un descuento de 40%. Al fraccionarse la compra ha resultado que una canasta de medicamentos que le costaba $32.27 a AFASS (la extinta administración de hospitales públicos) cuesta $96.95 en la Reforma. Lejos de ver una pérdida de ganancias asociado a la Reforma se observa que las farmacéuticas aumentaron sus ganancias, tal como Schering-Plough que tuvo un aumentó de 80.5% en seis meses, lo que representó $1,439 millones.
Mientras el pueblo sufre un racionamiento en los servicios de salud, aseguradoras y farmacéuticas se chupan los fondos públicos que debieran ser para proveer servicio de salud de calidad al pueblo. El gobierno sigue aumentando el déficit, vende las facilidades en baratillo y se queda con la deuda. En su nuevo rol de «facilitador», el Gobierno «facilita» el control del mercado por estos pulpos que maximizan sus ganancias ahora y en el futuro.