| Publicado el 3 agosto 2015
Tras seis años de protesta social por un fatídico e injustificado golpe de estado, Honduras continúa resistiendo y combatiendo a un sistema corrupto que empobrece a su población. Fue el pasado 28 de junio de 2009, cuando Micheletti tomó por la fuerza de un golpe el poder hondureño, sacando asimismo al democráticamente electo presidente Manuel Zelaya. El país centroamericano ha pasado por altibajas de movilizaciones y resistencia, y ahora, nuevamente, se recrudece la lucha.
El Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) ha sido uno de los focos de este nuevo proceso. El mismo ha sido desfalcado por la clase política del país y se ha generado una gran movilización donde, entre otras cosas, se solicita la dimisión del actual presidente Juan Hernández. Además, se solicita que se instale una Comisión Internacional contra la impunidad que ayude a erradicar la corrupción que no se atreve castigar el Sistema Judicial del país, casado con la fuerza política del estado.
Ante la inacción política tanto nacional como internacional y la invisibilización de lo que ocurre en el hermano país latinoamericano, los “indignadosª del país organizaron una huelga de hambre que se extendió desde el pasado 22 de junio hasta hace pocos días, exigiendo que se establezca dicha comisión. Por más de un mes de esta huelga, la solidaridad del pueblo se hizo sentir. Los indignados en huelga recibieron amigos y familiares durante el día y en las noches se les unieron más personas que completaban un ambiente festivo. Grupos como Café Guancasco, Patechucho Social Club, Nelson Pavón y Karla Lara entre otros han dicho presente en apoyo a los huelguistas y han condenado una y otra vez al corrupto gobierno.
A pesar que Honduras es uno de los países más inseguros de América, parece ser que lo más temible son las fuerzas represivas del estado. El país está completamente militarizado, no se puede caminar sin ver carabineros por doquier. Además, la fuerza policial torturaba a los huelguistas por las noches, en ocasiones tirando gas pimienta y moviendo constantemente vallas y barrotes para no dejar dormir a los manifestantes. La huelga de hambre está en pausa, ahora se reagrupan contingentes para determina cual será el próximo paso en este proceso de lucha y resistencia.
Se siente en Honduras un ambiente hostíl, que a su vez contrarresta grandemente con la calidad humana de su población. El pueblo resiste valientemente y lucha de manera incansable por lo que saben justo. Se palpa la contradicción entre su hermosa gente y su horrible gobierno. La falta de atención por parte del la sociedad internacional es una barrera que borraremos divulgando este asunto, sumándonos a las acciones contra los gobiernos abusivos y uniéndonos como pueblos solidarios.
¡Honduras, resiste, Puerto Rico y latinoamérica estamos contigo!