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BREL1| Publicado el 20 marzo 2015
El Impuesto al Valor Añadido, en adelante I.V.A. es la nueva carga que pretende imponernos este gobierno. El disgusto por su posible implementación ha sido masivo y contundente. Es importante recalcar que las mujeres trabajadoras serán el sector más afectado por esta medida. Estadísticas recientes reflejan que existen 947,303 (54%) mujeres con un nivel bajo de pobreza versus 809,997 (46%) hombres. De igual manera datos del negociado del Censo 2013 indican que 300,668 mujeres son jefas de familia y que el 59% de estas viven bajo los niveles de pobreza. Esto constituye un 34% del total de los hogares, (cifra que continúa en aumento con el pasar de los años), en comparación con el 8% liderado por varones solos. La mayoría de las mujeres que viven bajo los niveles de pobreza tiene hijos(as) menores de 18 años, lo que dificulta grandemente su búsqueda de trabajo y la estabilidad de empleo. Un impuesto a los bienes de consumo, encarecerá aún más las vidas de esas familias.
El I.V.A. no vendrá a resolver el déficit fiscal del país, así como tampoco le hará justicia a la clase trabajadora. Expresiones de ese tipo, por parte de los representantes del gobierno son una demagogia insensata. La reforma contributiva encarecerá aún aquellos servicios que alegan estarán exentos del impuesto, debido a la inflación que se producirá. Los supermercados, farmacias, tiendas por departamento, etc., necesitarán subsanar la crecida en sus gastos y lo harán a través del aumento en los precios. A esto hay que añadirle el aumento directo del I.V.A. en aquellos productos que así lo determinen. Con esto, las mujeres nos enfrentamos ante un panorama violento, producto de una colonia capitalista que se fundamenta en una estructura patriarcal.
Si este gobierno realmente cree en una educación con perspectiva de género debe reconocer las desigualdades ante las que ya nos enfrentamos las mujeres por razón de nuestro sexo y de la construcción del género. Promover una verdadera perspectiva de género sería crear política pública que nos haga justicia y nos retribuya aquello que la historia nos ha robado. El I.V.A. se aleja de ese anhelo, convirtiéndose en una implementación machista y patriarcal. Ante eso, y en conmemoración de las mujeres que lucharon por mejores condiciones laborales, y por las que recordamos el 8 de marzo, en el MST estamos claras y dispuestas a dar la batalla contra este y cualquier otro impuesto regresivo para nuestro país.