¿Después del paro qué? A organizar la huelga multisectorial

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| Publicado el 1 noviembre 2009

2009-11-01 20:00
Comité Central MST
No cabe la menor duda que el paro del 15 de octubre fue exitoso en varios aspectos. En primer lugar movilizó una gran cantidad de trabajadores, deteniendo el tránsito en la autopista y varias calles principales del área metropolitana, y cerrando el principal centro comercial de la isla. El paro recibió una buena cobertura mediática que proyectó la actividad como la de mayor participación desde la huelga de la telefónica hace ya 10 años. Sin embargo nadie debe llamarse a engaño, el paro del 15 de octubre y actividades similares no son sucientes para revertir los despidos en el gobierno. Hace falta organizar una huelga multisectorial cuyo objetivo no sea llenar los periódicos y noticieros de titulares e imágenes impactantes solamente, sino que hay que detener la producción y afectar la actividad económica de forma que los que controlan al país sientan la presión del pueblo sobre sus abultados bolsillos. 
Se ha demostrado que las acciones de desobediencia civil, y las manifestaciones “innovadoras” y vistosas no son sucientes. No basta con llamar la atención, hace falta comenzar a ejercer presión sobre el patrono. La huelga es el método de lucha más poderoso con que contamos los trabajadores, pero una huelga signica detener la producción de mercancías, signica detener la extracción de riquezas. No es suciente con ausentarse al trabajo, para detener la producción hay que evitar a toda costa la entrada de rompe-huelgas a los centros de trabajo, hay que organizar Comités de Huelga en todos los centros de trabajo cuya función sea garantizar que mientras dure la huelga los patronos no logren producir. Lamentablemente una huelga de esta envergadura tendrá su efecto sobre todos y todas, pero la clase trabajadora tendrá que estar lo sucientemente preparada como para que sea mayor el peso de la huelga sobre los hombros de los capitalistas que sobre los trabajadores. 
Lamentablemente los lideratos obreros de la SEIU, AFL-CIO y la CPT no están dispuestos a arriesgar sus cómodas sillas aunque eso les cueste el empleo de los trabajadores que juraron defender,por eso dedican más tiempo en acciones ostentosas y vistosas que lo que dedican en los centros de trabajo organizando la huelga. El discurso anti-huelga que estos líderes obreros acuñaron durante el cuatrenio pasado está rebotándoles en la cara. Hoy les es cuesta arriba convencer a sus propias matrículas de la posibilidad y deseabilidad de una huelga. Durante el paro del pasado 15 de octubre varias uniones, entre ellas la UAW y la SPU llamaron a romperla huelga. En el caso de la SPT, la unión que organiza a los conserjes, tuvieron una raquítica participación a pesar de que el gobierno se propone despedirle a más de la mitad de su matrícula. Federico Torres Montalvo de la CPT, quién fuera uno de los principales detractores de la huelga magisterial en el 2008, hoy tiene problemas convenciendo a sus matrículas de la necesidad de tirarse a la calle. 
La realidad objetiva en la que se encuentra el países que pocos sectores están tomando pasos armativos dirigidos a organizar una huelga exitosa. Organizar una huelga general requiere abrir el espacio para que se creen Comités de Huelga autónomos que sean capaces de detener la producción en sus centros de trabajo, que posiblemente trasciendan a los sindicatos y que seguramente se convertirán en espacios de democracia, apertura, diálogo y crítica. La huelga no surgirá de la noche a la mañana sino que será necesario desarrollar planes de orientación y organización de forma que se desarrolle un proceso de lucha ascendente y organizado. 
Cada día la lucha de clases se hace más evidente. Por un lado los ricos y poderosos controlan el gobierno, los tribunales, y la legislatura imponiéndonos una ley 7 y unas reformas laborales que lo que bus-a es arreciar la explotación de los trabajadores en Puerto Rico. Por el otro lado estamos los trabajadores del empleo público, pero también de la empresa privada, que nos afectamos por las medidas represivas y anti-obreras del gobierno. Los trabajadores tenemos que fomentar la unidad de nuestra clase social, tenemos que trascender los partidos políticos tradicionales y forjar instrumentos de lucha que deendan nuestros intereses.
¡Sindicato que no fomenta la lucha militante, sindicato que no sirve!