El accidente sufrido recientemente por un joven en una cancha de baloncesto de Utuado es un reflejo de la deplorable situación de la infraestructura deportiva en Puerto Rico. Existe una crisis de abandono y falta de inversión estatal en áreas fundamentales para el desarrollo de nuestros jóvenes. Canchas sin iluminación adecuada, techos caídos o inexistentes, baños en condiciones deplorables, falta de pintura y de limpieza, así como áreas verdes desatendidas, son realidades comunes en las instalaciones deportivas de todo el país. Estas condiciones no sólo limitan la práctica del deporte, sino que envían un mensaje claro de desinterés hacia el bienestar de la población, particularmente de las comunidades más vulnerables. Es necesario que los municipios, en coordinación con el gobierno central, asuman la responsabilidad de mantenimiento, garantizando que las instalaciones se mantengan en condiciones óptimas a largo plazo.
El deporte en Puerto Rico necesita un cambio radical. Es hora de que el gobierno y los municipios se hagan responsables y desarrollen un plan integral que no sólo rehabilite las instalaciones deportivas, sino que también garantice el acceso igualitario para todos los jóvenes, independientemente de su clase social. Sólo así podremos construir una sociedad más saludable, inclusiva y con mayores oportunidades para nuestros futuros atletas.