Ante lo que parece ser un colapso de la derecha en Puerto Rico, el partido Proyecto Dignidad (PD) se presenta como la nueva derecha que surge de lo que sus líderes llaman “una falta de fuerza conservadora». Pero ¿hacia dónde se orientan estos intereses de esa fuerza conservadora que esa ultraderecha desea representar y qué significa para el país?
Tal y como la ultraderecha en Latinoamérica y EEUU, el plan de país de PD busca atender asuntos que se limitan a los intereses de los ricos y de la burguesía fundamentalista. Esa fuerza conservadora se orienta por una vía religiosa que se aleja de resolver los problemas actuales del país. El fundador y líder de PD, César Vázquez, representa la base fundamentalista de PD haciendo eco de los mantras de algunos proyectos de organizaciones religiosas en torno a temas de solo sexualidad y moralismos. En vez de atender asuntos tales como: el cierre de escuelas, la falta de acceso a servicios de salud, los aumentos en las facturas y el costo de vida gracias a la privatización de múltiples servicios, las políticas públicas de PD se orientan hacia avanzar planes de privatización; tendencia que por décadas ha ido llevando al país a la ruina.
Además, se han organizado en apoyo al acoso de pacientes gestantes en las aceras de clínicas de planificación familiar y abortos como parte de las iniciativas de esas organizaciones. Detrás de las “clínicas fatulas» hay una lista de múltiples organizaciones religiosas sin fines de lucro nuevas, fundadas al mismo tiempo que PD. Estas organizaciones reciben donativos y administran el dinero de esas iniciativas. Por otra parte, las organizaciones de base religiosa que han sido fundadas desde los 70 son y han sido administradas por líderes de diversas denominaciones religiosas por medio de juntas directivas de las cuales Vázquez ha sido miembro o ha asumido alguna posición de liderazgo. PD surgió del descontento social en tiempos de crisis para evitar la radicalización y la lucha: solo busca expedir los intereses de los ricos y privatizadores que precisamente nos han llevado a la miseria. Su discurso anticiencia, antiderechos y hasta en contra de la salud y la educación buscan un apoyo en masa por medio de la polarización violenta con la bendición de su iglesia. Bajo la pretensión de protección, PD busca el control y la censura del derecho a la información y el acceso a la salud, lo cual es ilógico.
El “cristianismo burgués” es una contradicción en sí, ya que la burguesía es individualista y no profesa el amor universal cristiano que es intrínsecamente comunitario. La tendencia de los ricos profesarse cristianos es una estrategia que procura crear alianzas que les garanticen poder y protección, capitalizar con mega iglesias, administración de donativos y manejo de fondos de organizaciones. PD adapta esa tendencia a los elementos en la isla y busca alianzas con figuras de la derecha y la burguesía -que han llevado al país a crisis- desde los intereses de sectores religiosos revelando quiénes son la parte beneficiaria de su agenda. Los problemas reales que enfrenta la clase obrera y los sectores desaventajados no existen en su plan para el país, pese a que les mencionan como parte antagonista en sus discursos de odio.