El reciente ataque por parte de Irán contra el estado invasor de Israel revela cómo la dinámica mundial está cambiando. A principios del siglo 21, Estados Unidos estaba en pleno apogeo y en tiempo de unipolaridad. Durante este periodo llevarle la contraria o el sólo hecho de no tener buenas relaciones con EE.UU era una condena a la miseria. Como pudimos ver en las guerras con Iraq, Siria, Libia, Afganistán y con las sanciones contra Corea del Norte, Cuba y Venezuela.
Los Estados Unidos, como todo imperio, ha llegado al periodo de decadencia. Desde la administración Trump ha quedado claro que ha surgido un competidor capaz en todos los frentes. A diferencia de Rusia, y anteriormente la Unión Soviética, que sólo podían competir en aspectos militares y sociales, China puede competir en el aspecto económico. Sanción tras sanción, y a pesar de los ataques económicos en su contra, China todavía sigue en pie y en cierta medida desarrollándose más rápido que EE.UU.
Todavía Estados Unidos es una fuerza geopolítica gigante, pero al no ser la única, ha dado espacio a un mundo en el cual los enfrentamientos contra él son más comunes. Con la guerra proxy en Ucrania, Estados Unidos trató de eliminar a una de las pocas naciones que está a su par militarmente. El triunfo de Rusia en prevenir un colapso económico y nacional, le ha dado un ejemplo al mundo de que EE.UU no es un país todopoderoso y que se puede vivir sin él.
El enfrentamiento de Irán ante los EE.UU. representa la continuación de esta caída. El ataque en contra del aliado más apoyado y querido por los Estados Unidos en el Medio Oriente, Israel, ha enseñado que ya no se le tiene temor a la superpotencia. El mundo ha visto como Estados Unidos ha apoyado el genocidio del pueblo palestino y al mismo tiempo predica sobre los derechos humanos. La hipocresía de la que hemos sido testigos ha destrozado la imagen de Estados Unidos como el gran policía del mundo, que “apoya a la promoción y propagación de la democracia y los derechos humanos”. Con este ataque de Irán, el mundo ha visto que Estados Unidos y sus aliados no son intocables.