En Argentina se resiste el intento del nuevo gobierno de Javier Milei por imponer una reforma neoliberal para eliminar derechos al pueblo y la clase trabajadora. Desde que éste asumiera como presidente de la República, la gente se tiró a las calles del país suramericano a protestar contra las propuestas conservadoras, reaccionarias y antiobreras promovidas por el gobierno de turno.
Durante todo el mes de enero se viene discutiendo la propuesta del gobierno para aprobar la llamada Ley Ómnibus, una propuesta de ley con más de 180 páginas y 664 artículos. Este proyecto busca declarar estado de emergencia en materias como economía, finanzas, seguridad, salud, tarifaria, energía y administración. La Ley Ómnibus incluye la propuesta de privatización de empresas y dependencias públicas como los ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas, Fabricaciones Militares y la Agencia Télam, entre otras. La aprobación de la ley abre la puerta a la eliminación de puestos de trabajo y de derechos laborales. Al proyecto de Ley se le suma el paquete de medidas aprobadas por el Ministro de Economía y el Decreto de Necesidad que buscan quitarle derechos y pasarle el costo de la crisis al pueblo. En el corto periodo de gobierno de Milei la inflación se ha disparado en Argentina.
Las manifestaciones, movilizaciones y paros se han extendido varias semanas. Se han convocado varias movilizaciones y Paros Nacionales, que han contado con una participación masiva del pueblo pobre y trabajador. La resistencia popular recibió la más dura represión por parte del Estado argentino, lanzando la policía contra las manifestaciones, quienes utilizaron gases y balas de goma para dispersar a los manifestantes. También han golpeado y arrestado, llegando a agredir a legisladores del Frente de Izquierda y Trabajadores – Unidad (FIT-U).